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[Raquel]

Sabía que aquel reproche no lo merecía pero por otro lado también sabía que pronto acabarían aquellas injusticias, llevaba tanto tiempo ahorrando que cada vez faltaba menos para poder abandonar el lugar que me vio crecer.

Era un nuevo día, la primavera cada vez se acercaba más, podía notarlo en el ambiente.
Tomé un sorbo de mi té mientras veía el amanecer desde la terraza de la cafetería, no pasaron más de dos minutos y me dispuse a salir de la cafetería, entre al salón, vi a Mónica y Ángel ya instalados en el lugar. - Raquel Murillo, llegando después que yo - Dijo Ángel haciéndose el sorprendido. - Estaba en la cafetería, no te ilusiones - Dije sentandome y tomando de mi té. - Algún día - Dijo y agrego una risita, desvíe la mirada hacia Mónica. - ¿Y tú? - Pregunté en un tono elevado para captar su atención ya que estaba con su celular, levantó la mirada rápido y sonrió corto. - Nada, estoy - dio una pausa y suspiro - ¿Bien? - Dijo dudosa, fue una preocupación mutua la que tuvimos Ángel y yo. - ¿Bien, "bien"? o ¿Bien mal? - Pregunto Ángel, sonreí por aquella pregunta. - Bien maso - Respondió con una leve sonrisa. - ¿Que ocurre? - Pregunte. - Problemas de pareja, ya sabes - Respondió bajando la mirada nuevamente a su celular, mire de soslayo a Ángel y el me miró a mi. - Sabes que puedes decirnos todo - Dijo Ángel acomodándose en su lugar. - Lo sé - Se escuchó bajo de parte de Mónica. La clase había empezado y no era precisamente la que estaba esperando, la que esperaba era la última, clases de tiro. - Entonces, ¿Alguien entendió algo? - Pregunto Ángel al salir del salón, negué con la cabeza. - Ni puta idea, sólo quería que terminará - Dijo Mónica, reí bajo al igual que Ángel. - Voy al baño, ¿Vienes, Moni? - Dije parando mi caminar en la entrada de este, Mónica asintió y de soslayo vi Ángel. - Nos vemos, chicas - Dijo con una pequeña sonrisa y se retiró, entre al baño junto a Mónica. - ¿Que pasa con el sopla pollas de tu novio? - Pregunte seria, había guardado esa pregunta toda la clase y ya no podía esconderla más, Mónica abrió los ojos sorprendida, se negó a responder por unos segundos, se veía en su rostro la lucha constante en si decirlo o no. - El tío tiene miedo de que lo engañe - Dijo en un tono bajo y casi avergonzado, solté un bufido, ¿Será gilipollas?, pensé por un segundo, miré a Mónica moverse hacia el lavabo, hice una mueca y me acerqué, puse mi mano en su hombro y di una corta caricia. - ¿Tu estás bien? - Pregunte, asintió. - Todo se va a solucionar - Dije, Mónica volteó a verme y sonrió dulce. - ¿Y tú?, ¿No estás emocionada? - Pregunto, la miré confusa. - No puedo creer que lo hayas olvidado, Raquel - Dijo, dándome otra oportunidad, nada se me venía a la mente. - Ilumíname - Dije. - Tu cumpleaños - Dijo Mónica con una sonrisa, abrí los ojos sorprendida. - Mierda, ¿Cómo lo había olvidado? - Dije soltando una risita. - ¿Que tienes pensado hacer? - Pregunto cruzándose de brazos, lo pensé unos segundos. - Nada aún - Dije sincera, una risita salió de Mónica. - Pensaré en algo - Agregue. - Apresurate en pensar - Dijo en tono burlón, reí y rode los ojos con una pequeña sonrisa, sentí el minúsculo ruido de la puerta abrirse y volteé la mirada. - Maestra Sierra - Dijo Mónica y aclaro su garganta en un notorio nerviosismo. - Señorita Gaztambide - Dijo entrando al baño, Mónica me miró y apuntó con su mirada la puerta, asentí levemente. - Te veo en el salón - Dijo Mónica en un tono apresurado, no alcancé a recitar ninguna palabra y su presencia ya no estaba en el baño, sera hija de puta, miré a Alicia, inmediatamente mi cuerpo reaccionó al tener tiempo a solas con Alicia. - ¿Interrumpí algo? - Preguntó secando sus manos, negué con la cabeza. - ¿Cómo le ha ido, maestra? - Pregunte, me acerqué lentamente. - He estado bien, Murillo, ¿Que me cuenta usted? - Dijo en un tono burlón con una pequeña sonrisa, me preguntaba el porque, Alicia dio una paso dejando el espacio personal a un lado, observé sus manos por unos segundos y luego subí la mirada a su rostro, sonreí al ver cada detalle de este, su delineado de hoy era totalmente perfecto. - Bien, bien - Respondí bajando la mirada. - Raquel - Dijo cuando dejé de mirarla. - Puedes mirarme - Dijo, levante nuevamente la mirada con un pequeño miedo, no sabía el significado de este pero aún así habitaba en mi, su mirada se vinculó con la mía, una sonrisa que mostro sus dientes superiores. - ¿Harás algo el fin de semana? - Pregunto Alicia aún con esa sonrisa que ya me estaba volviendo loca, negué con la cabeza, hice una mueca al recordar. - De hecho - Solté un risita - Es mi cumpleaños - Dije con una tonta sonrisa, Alicia abrió los ojos sorprendida y asintió desviando su mirada hacia la ventana del baño, hubo un pequeño silencio, su mirada volvió a mi. - Ya tienes un plan - Dijo acercándose. - ¿A sí? - Sonreí levemente - ¿Es el sábado? - Pregunto, asentí rápido. - Bien, entonces el sábado será - Dijo afirmando nuestra salida. - ¿De acuerdo? - Pregunto. - Si, totalmente de acuerdo - Me acerqué cortamente y pude apreciar sus ojos con profundidad, sus pupilas estaban dilatadas, Alicia se acercó a mi rostro y dejo un corto beso en mis labios. - Tengo que irme, lo siento - Dijo Alicia yendo hacia la puerta. - No importa - Dije bajo aún embobada en aquel beso. - No te olvides del sábado, pasaré por ti - Dijo Alicia saliendo de aquel lugar. - No lo haré - Dije pero Alicia ya no estaba, me miré al espejo y al darme cuenta de mi tonta expresión sólo pude reírme de mi misma, no sabia exactamente que había hecho la maestra Sierra en mi.

A Punta de Espada//Ralicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora