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Moja el desierto de mi alma
con tu mirar, con tu tierna voz,
con tu mano en mi mano
por la eternidad

[Alicia]

Caí rendida en el frío suelo del baño, con un cigarro consumiéndose en el cenicero, pegué mis piernas a mi pecho, intentando encontrar paz entre tanto caos que había en mi mente, todo estaba yendo mal, ni siquiera reconocía muy bien cual era aquella persona que hace unos momentos me abofeteó sin ningún tipo de piedad, recordando aquel trágico momento, que no podía olvidar tan fácil ya que su prueba estaba en mi mejilla, las horas pasaron y el dolor empeoró, ardía mucho más, estaba amaneciendo, podía sentirlo por los pájaros cantar, sin ganas ni fuerza me levanté del suelo y me metí a la ducha, podía sentir el agua quemar mi piel pero que más daba, era increíble cómo podía aclarar mejor mis pensamientos en una ducha.

Pero era la hora de la verdad: mirarme al espejo. Toque cortamente mi mejilla viendo lo roja que aún estaba pero al recordar y sentir lo mucho que dolía baje mi mano. - Mierda - Fue lo único que recite. Me sentía tan penosa al ocultar aquello en maquillaje pero tenía que hacerlo.

[Raquel]

Salí de la biblioteca victoriosa, tenía pensado a la primera hora venir a sacar los libros que necesitaba para aquella clase de conductas, saque libros también para Ángel y Mónica, guardé estos mientras me encaminaba hacía el salón, aunque mi mente estaba en un constante desorden, estaba empezando a vivir con ello y el hecho que casi la mayoría de mis pensamientos se trataran de Alicia no me hacía ningún mal, al contrario, era más agradable vivir conmigo misma.

Me senté dejando el pesado bolso de lado, tomé mi celular pero a los minutos tuve dejarlo de lado ya que Mónica había llegado al salón. - ¿Que tal? - Pregunté acomodándome en el asiento. - Todo bien, ¿sacaste los libros? - Dijo Mónica, asentí rápidamente. - ¿Cómo vas con tu chico? - Pregunté - Vamos, ¿bien? - Dijo Mónica haciendo la seña con sus dedos. - Es cómo un niño pequeño - Agrego en un tono serio. - ¿Muy inmaduro? - Pregunté, Mónica asintió con una pequeña mueca, suspire y acaricie cortamente su hombro, estuvimos un rato conversando de su extraña pareja, al rato llegó Ángel y el salón se llenó pero la maestra Sierra aún no se hacía presente. - Creo que no habrán clases - Dijo Ángel celebrando aquello, Mónica me miró detenidamente, hice una corta mueca. - Llegará un suplente - Dijo Mónica quitándole aquellas esperanzas a Ángel. - Pues yo creo que no - Dijo Ángel pero ambos se equivocaron, cuando Alicia atravesó esa puerta, su cabello estaba notablemente mojado y su expresión no era la más favorable, dejó los libros en la mesa y tomó de su taza de café, miró hacía al frente por unos segundos, ninguna palabra salió de su boca, fue hacia el pizarrón y comenzó a escribir lo que hoy haríamos. Aclaro su garganta y tomó otro sorbo de su café. - En el hipotético caso que ustedes tengan que interrogar a alguien - Miró a todo el salón y se detuvo en mi - ¿Que le dirían para convencerle de dar algún tipo de información? - Preguntó, me alegro el hecho que aquello se había convertido en un debate. - Depende el contexto - Se escuchó a lo lejos, Alicia asintió. - Digamos que fue un robo, cinco ladrones pero sólo cuatro pudieron escapar, tienes a uno, quieres sacarle la mayor información posible, ¿Que haces para convencerlo? - Dijo Alicia aclarando la situación. - Lo torturaría - Se escuchó la voz de Alberto acompañado de algunas risas, aquella broma no le había hecho ninguna gracia a Alicia ni al resto de la clase, Alicia suspiro. - ¿Así es cómo resuelves tus problemas? - Pregunto Alicia. - ¿Con violencia? - Agregó, Alberto se encogió de hombros y negó con la cabeza, Alicia volteó la mirada hacía el frente nuevamente, con la intención de seguir. Lo peor de sus clases era cuando estas terminaban, no quería salir de aquel salón. Me levanté y crucé mirada con Alicia, no sé le veía nada bien, pude ver hasta una mueca en su boca cuando bajó la mirada, dudé si en acercarme o no pero el llamado de Mónica me detuvo.

- Entonces, ¿no te comerás eso? - Pregunto Ángel apuntando mi plato de comida, negué con la cabeza y me levanté del asiento. - No puedo seguir cargando con el bolso - Dije levantando este. - Iré a dejar los libros y vuelvo en seguida, así que no te lo comas todo - Dije antes de salir de la cafetería, la espalda me estaba matando por cargar el bolso, sólo eran tres libros pero aún así me estaba muriendo por ello, entré a la biblioteca y me dirigí al final de esta, recuerdo que me había demorado una eternidad buscando los libros, estaban separados y se me hizo completamente imposible pero al fin al cabo los encontré, abrí mi bolso y dejé el primer libro en su sitio, aún tenía que dejar los demás, me moví a la otra estantería, me parecían interesantes aquellos libros gigantes que descansaban en la estantería, saque uno de estos y lo abrí, salió un peculiar olor de antiguo, se podía decir que pesaba más que los libros que había cargado todo el día, una pisada crujiente en el suelo de la biblioteca que resonó por todo el lugar me hizo levantar la mirada, sonreí embobada al verla. - Maestra Sierra - Dije serena y guardé el libro en la estantería, Alicia se acercó sin decir ninguna palabra, tampoco tenía la mejor expresión, levantó la mirada y pude sentirla. - ¿Pasa algo? - Pregunte acercándome, Alicia negó con la cabeza y se acercó aún más, lleve mi mano a su hombro y acaricie este levemente, un suspiro quebradizo se hizo presente en Alicia, la acerqué levemente a mi, Alicia me miró detenidamente con una expresión profunda, tomó mis mejillas y se abalanzó a mis labios rápidamente, no le importó nada, seguí el beso, entre la confusión y la felicidad que me causaba aquella situación prefería quedarme con la segunda, lleve mis manos a su cintura y la acerqué levemente, Alicia se alejó de mis labios, rodeó mi cuello con sus brazos y me acercó a ella en un cálido abrazo, acaricie su espalda y otro suspiro quebradizo salió de su boca. - Ali - Dije en un tono bajo. - ¿Estás bien? - Pregunte aún con aquellas caricias. - Te necesito - Soltó Alicia, apreté aún más aquel abrazo cuando escuche esas palabras, mi respiración se detuvo por un momento, después de unos segundos en aquel cálido abrazo, me separé pudiendo ver el rostro de Alicia. - Si no me dices, esta bien - Tome su mano y le di una corta caricia. - Sólo quiero que estés bien - Dije por último. - Tuve una discusión con Germán - Dijo Alicia desviando su mirada - Acerca del divorcio - Agrego, abrí los ojos sorprendida, había sido mucha información en muy poco tiempo. - Eso es todo - Dijo y volvió la vista hacia mi, asentí levemente y la miré de vuelta, subí mi mano a su mejilla y le di una corta caricia, un pequeño quejido salió de su boca, la miré confundida y bajé mi mano. - Todo estará bien, ya verás - Dije, sonreí levemente, pude sacar una pequeña sonrisa en Alicia. - ¿Que haces aquí? - Pregunto Alicia refrescando el ambiente. - Cierto, venía a dejar los libros que habíamos ocupado en su clase - Respondí dándole una corta mirada a mi bolso. - ¿Usted? - Agregue en un tono bajo. - Trabajando, cómo ves - Dijo y soltó una risita, aquella pregunta había sido tan tonta, baje la mirada con una pequeña vergüenza, Alicia levanto mi mentón y dejo un corto beso en mi nariz. - Tengo que seguir, ¿sí? - Dijo Alicia mirándome, asentí desviando la mirada hacia el lado, escuche pasos acercarse y un pequeño miedo se adueñó de mi, logré despedirme de Alicia antes que ella se fuera por el mismo pasillo de donde venía, aquellos pasos eran propios de Alberto, lo supe cuando de soslayo vi su silueta pasar hacia mi estantería, juraría que el no había visto nada, dejé los libros restantes en un lugar al azar y me retiré de aquel lugar rápidamente.

AAAAA muchas gracias por todo el apoyo<3 pisenme skmdñajdisj🧍‍♀️

A Punta de Espada//Ralicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora