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[Alicia]

Sonreí tocando cortamente mis labios, estaban totalmente hinchados. - Maestra, ¿puedo preguntarle algo? - Dijo Raquel separándose y volviendo a su compostura normal. - Raquel, no me digas maestra afuera de la academia - Dije sonriendo levemente, Raquel murmuró cortamente. - ¿Puedo hacerte una pregunta? - Se corrigió así misma, asentí. - No sé si está bien preguntar esto - Dijo Raquel y suspire bajo - Sólo quiero saber si estás bien - Agrego Raquel, la observé unos segundos. - Claro que estoy bien, mira con quien estoy - Dije ocultando aquel pequeño dolor que aun vivía en mi. - Maes... - Carraspeó - ¿De verdad? - Dijo Raquel. - Germán, tuvo una intoxicación- Dije tratando de no dar tanto detalle, una mueca se hizo presente en Raquel. - ¿Esta mejor? - Pregunto Raquel moviendo su pierna inquieta. - Si, ya esta en casa - Dije y trague saliva desviando la mirada hacia la ventana, sentí su tacto en mi mano, dando leves caricias en esta, sonreí levemente. - Espero que estés bien - Dijo Raquel. - Lo estoy - Acaricie su mejilla, veía sus ojos, podía ver aquella preocupación en ellos. - ¿Que pasa, Raquel?- Pregunte y Raquel bajo la mirada. - Estuve toda la semana preocupada por ti - Dijo Raquel - Me estaba volviendo loca - Agrego por último soltando una risilla. - Ya estoy aquí, no me iré a ningún lado - Dije aún con las caricias en su mejilla. - Promete eso - Dijo Raquel en un tono bajo, sonreí y levanté su rostro. - Lo - me acerqué a sus labios - Prometo - Bese sus labios. Raquel me producía algo inefable, su mirada y su preocupación era lo más característico de ella, además de su divertida forma de ser, era aquella persona que me faltaba, un complemento que necesitaba en mi vida. - Ali - Dijo Raquel casi en un susurro. - ¿Cómo me dijiste? - Pregunte enternecida - Repítelo - Dije con una sonrisa. - Ali - Repitió Raquel - ¿Esta bien? - Pregunto confusa. -Esta perfecto- Besé cortamente sus labios. - ¿Te puedo dar mi número? - Pregunto Raquel - Ya sabes, por cualquier cosa - Se dio a explicar y asentí. - Claro que sí - después de intercambiar números, prendí el coche, Raquel me indicó donde estaba su casa, a los pocos minutos llegamos, detuve el coche. - Gracias por traerme - Dijo Raquel mirándome. - No me digas gracias por esto - Dije haciendo una pequeña mueca, aquel momento fue tan efímero, me encantaría que durará toda la vida. - Nos vemos mañana - Dijo Raquel con una pequeña sonrisa - Ali - Agrego antes de salir del auto. Cómo aquel apodo salía de su boca, simplemente me enloquecia.

- Tu sabes perfectamente que no estás en condiciones para volver a trabajar - Dije intentando detener a Germán. - Ahora estás preocupada - Dijo abrochando su camisa. - No digas mierdas, Germán, estás actuando cómo un niño - Dije y Germán me miró detenidamente. - ¿Y qué mierda te interesa a ti? - Pregunto Germán, en parte tenía razón, suspire por último antes de salir de su habitación. - Volveré mañana - Se escuchó a lo lejos.

[Raquel]

Aquello había sido cómo una fantasía realidad, Alicia Sierra, ese nombre no salía de mi cabeza nunca, ella era la persona con la que quería hablar de amor, eso lo tenía bastante y ningún pensamiento decía lo contrario, pensar y estar con ella era mágico, simplemente me sentía completamente viva.

- Raquel, cariño, que bueno que llegas - Se escuchó en la cocina. - Justo vamos a cenar - Dijo mi madre cuando fui hacia la cocina. - Hola madre - Dije acercándome hacía ella. - ¿Cómo fue tú día? - Pregunto Mariví revolviendo la salsa que estaba en el sartén. - Me fue bien, sólo que estoy llena de trabajos - Dije sirviéndome agua. - Que bueno, cariño - Ella no había escuchado nada de lo que dije, suspire bajo y pude sentir su mirada en mi. - Raquel, hija, ¿Puedo hacerte una pregunta? - Dijo Mariví, traté de no botar el agua que consumía y asentí cortamente. - ¿Estas de novios? - Pregunto Mariví con voz preocupada, no sabía cuál era la respuesta correcta. - No, no, ¿Por qué?- Pregunte confusa. - Raquel, ya viene siendo hora que busques un novio, luego va a ser muy tarde y no te vas a poder casar - Comenzó Mariví, nuevamente con sus charlas, bodas, hijos, hombres. - Y yo quiero tener nietos, antes de partir - Señaló con su dedo índice hacía arriba - Además si tienes novio, sería tu primera vez - Mis mejillas se tornaron de un color rojizo - Y eso sería perfecto después de casarte - Dijo por último, aveces no sabía en qué año vivía, asentí leve y la miré. - ¿Algún amigo? - Pregunto Mariví. - Si, sólo que no tengo tiempo para esas cosas ahora - Respondí con incomodidad, un suspiro se escapó de Mariví, un silencio bastante desagradable se hizo presente. - Voy a mi cuarto - Dije prácticamente escapando de aquel lugar, subí a mi habitación y me tiré a la cama, estaba exhausta y no era físico, mi cabeza iba a mil por hora, sentimientos de culpa atacaban mi mente. Pensaba en todo lo que había pasado en tan poco tiempo. Mi celular vibró, sacándome de aquel mar de pensamientos, "Número desconocido". Alicia me había enviado una foto suya junto con un audio. - No me pude despedir bien - Dijo Alicia casi susurrando en aquel audio que de seguro escucharía en bucle toda la noche, una sonrisa se hizo presente en mi rostro. "No importa eso". Respondí y dejé de lado el celular, aún seguía con esa sonrisa.

A Punta de Espada//Ralicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora