[Raquel]
El primer examen había terminado, aún faltaban dos más. Me encontraba en la cafetería con Ángel y Mónica. – ¿Por qué ustedes marcaron la "B"? – Pregunto Ángel preocupado – Yo marque la "C" –Dijo dándole un bocado a su comida. – En una que te equivoques, no creo que sea tan grave – Dije pasando a la siguiente hoja del libro. – Espero que sea solo una – Dijo Mónica con una pequeña risita al final, Ángel río burlón y entrecerró sus ojos, lo que ocasionó una risa más alta de Mónica, sonreí y le di un mordisco a mi sándwich, sus risas se detuvieron de repente y me preguntaba el porque, levanté la mirada rápido y los miré, sus miradas se dirigían hacía mi lado, aclaré mi garganta y miré a mi lado, aquella chica con la cual en la mañana tuve una corta pero agradable conversación estaba sentada a mi lado, aquel ambiente se había vuelto tan incómodo y no sabía el porque. – Chicos – Solté captando la mirada de los tres. – Ella es Tokio – La presente. – Tokio, ella es Mónica y el Ángel – Dije por último, Tokio saludó en un tono bajo y algo tímido, a los pocos minutos pudimos formar una conversación agradable, supimos que compartíamos dos clases con aquella chica y en parte me alegraba, Mónica no se veía tan convencida con Tokio. – ¿Que lees?– Me pregunto Tokio ignorando aquella anécdota que estaba contando Ángel hacía el resto. – Estoy repasando, tengo examen después del almuerzo – Respondí y Tokio acercó su silla a mi lado para poder leer el enorme texto, murmuró algunas palabras y me miró un par de segundos, en su mirada cesó toda la timidez que aparentaba, sonreí nerviosa a ver su rostro tan cerca y me alejé para darle el último mordisco a mi sándwich, su mirada seguía en mi y aunque su sonrisa era bastante encantadora sentía que algo me impedía seguir ese duelo de miradas, levante la mirada y miré a mi alrededor, además de la pesada mirada de Mónica a Tokio y el desinterés de Ángel hacia la situación, me hizo llevar mi mirada hacia otro lugar, esa mesa, la mesa de los profesores, estaba algo alejada pero aún así podía ver perfectamente quién estaba ahí, mirando toda la situación con una mirada que sinceramente nunca había visto de su parte, la maestra Sierra entrecerro sus ojos, cuando me crucé con su mirada, tal vez para ver mejor, pensé pero era obvio que no, sus ojos mostraban una expresión tan distinta que hasta me causó algo de gracia, mordió su labio inferior y hizo una mueca para desviar su mirada de mi.
Negué con la cabeza pensando en aquella acción, volví mi mente a la situación y actué rápido, miré cortamente el reloj que descansaba en mi muñeca y suspire, aún faltaba tiempo para escaparme dando cómo excusa que mi examen comenzaría dentro de poco. Me levanté y recogí mi libro. – Tengo que irme – Dije sin más. – ¿A dónde? – Pregunto Tokio levantándose y quedando nuevamente cerca mío – Podría acompañarte – Dijo por último, negué con la cabeza. – Estoy bien, puedo ir sola – Dije comenzando a caminar hacia la salida, antes de pasar por esta le di una corta mirada, tan corta pero a la vez tan comunicativa.
Ven. Acompáñame. Sígueme.
Fue lo único que pensaba cuando le di esa corta mirada, jugaba ansiosa con el lomo del libro mientras me dirigía a la biblioteca, no había otro lugar, sólo pensé en ese y esperaba que ella también, aquella estantería que estaba en las finales de todo, oscura, solo la iluminaba la poca luz que recibía de las últimas lámparas y se veía tras los libros. Entré rápido, ni siquiera vi quién estaba. Mi propósito estaba muy claro y al cumplirlo ni siquiera pasaron dos minutos cuando escuche la puerta de la biblioteca, deseando que fuera Alicia Sierra, escuche sus tacones resonar por toda la biblioteca y trague saliva con la emoción en mi mismísima garganta, sonreí leve al verla, ella caminó hasta mi y me observó unos segundos, subió su mano a mi hombro y lentamente esta recorrió hasta mi nuca, Alicia me acercó un poco más y seguido puso su mano en mi cintura, miré en profundidad a sus ojos, su mirada estaba pegada en mi boca, lamí cortamente mis labios y me abalancé a los suyos, Alicia bajo su otra mano a mi cintura y apretó mi cintura, caminó unos cuantos pasos para apoyarme en la estantería, los libros se sacudieron un par de segundos cuando Alicia prácticamente me empujó hacia la estantería, besé su cuello antes de separarme de su piel, la miré atenta, su mirada aún tenía una pizca de extrañeza y eso aunque no debería me causaba gracia, tome sus mejillas entre mis manos y me acerqué a su rostro para dejar un tierno beso en sus labios, una pequeña sonrisa se escapó de su boca, solté una risita, Alicia me miró detenidamente, movió algunos mechones de cabello dejando estos detrás de mi oreja, me lancé a sus labios una vez más, sintiendo todo su sabor tan adictivo, dejé una de mis manos en su mandíbula sosteniendo esta mientras el beso seguía. Unos murmuros se hicieron presentes en el lugar lo que hizo que nuestras reacciones se juntaran, nos separamos a la par, toque mis labios que aún estaban húmedos y podía sentir la pequeña adrenalina pasar por mi columna, los pasos se alejaron y el silencio se hizo presente nuevamente en el lugar, mi mirada estaba baja pero aún así podía ver los labios de Alicia formar una hermosa sonrisa, aclaro su garganta y movió sus manos en un acto de nerviosismo. – El viernes – Dijo y conectó con mi mirada – ¿Harás algo? – Pregunto, negué con la cabeza. – ¿Quieres cenar conmigo? – Soltó. – Claro – Respondí con una sonrisa totalmente involuntaria. – Bien – Sonrió y se acercó nuevamente para dar un corto beso en mis labios.
Quien dijo que el amor era ciego,
es porque no te vio venir
con sólo una muestra de tu vino
podría elevarme hasta la luna
perdida en tu amor.
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A Punta de Espada//Ralicia
FanfictionSabía lo difícil que era el amor, aun me preguntaba si existía ya que nunca lo he vivido cómo tal, nunca había sentido el amor verdadero. ¿es eso algo malo?. pero en el momento en que la vi, pude sentir el cosquilleo en la garganta, lo único malo e...