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[Raquel]

Dejé caer un jadeo corto cuando mi espalda toco la pared. -Raquel- dijo Alicia desabrochando su camisa lentamente. - Dime lo que quieres - Dijo por último volviendo atacar mi boca, la necesitaba, necesitaba sentirla en mi, estaba esperando este momento, Alicia bajo lentamente a mi cuello dando pequeños besos y oliendo mi aroma, puse mis manos en su cintura atrayendola hacia mi. - No haré nada si no me dices lo que quieres - Dijo Alicia mirándome, tenía una sonrisa maliciosa en su rostro, ella sabía que yo estaba desesperada y quería escucharlo. - A ti -.

- ¡Raquel, cariño! - Se escuchó una voz, sacandome de ese gran sueño que había dejado secuelas reales, era mi madre, intenté disimular que había tenido el mejor sueño de mi vida y la observé en silencio. - Por fin despiertas, ayer estuve toda la noche llamandote - Dijo Mariví sentándose en la punta de la cama. - Estaba en casa de Mónica, perdón por no avisar - Respondí, aún estaba adormecida. - ¿Que pasa si me hubiera pasado algo? - Preguntó Mariví comenzando una discusión que probablemente no tendría fin. - Madre, estoy acá, a salvo y tu también - Dije intentando calmar la situación. - Dios te escuche - Dijo por último antes de irse, siempre metía a Dios en cualquier conversación, de cualquier contexto. que bonita forma de empezar el día.

[Alicia]

El amargo café de las mañanas, que podría despertar a un muerto, el muerto precisamente era yo. El sonido de la puerta abriéndose fue lo que menos esperaba en este momento, Germán era aquel hombre que cruzaba por la cocina hacia su oficina, Mierda, ni siquiera me di el tiempo de procesar cuando Germán bajo nuevamente, su presencia se hizo presente en la cocina. -¿Quien mierda movió mis cosas?- Preguntó Germán con tono molesto. - Buenos días - Respondí tomando de mi café. - No te hagas la tonta Alicia - Dijo Germán acercándose a mi. - Dejaste a tu hija sola en mitad de una tormenta y desapareciste, ¿Quién tiene que pedirle explicaciones a quien?- Dije seria y me levanté dejando la taza en la mesa, dispuesta a salir pero fui detenida por Germán. -Te estoy haciendo una puta pregunta- Dijo Germán tirando un poco de saliva en cada palabra que decía, limpie mi rostro que fue víctima de aquella lluvia de saliva y lo alejé levemente. - Fui yo, a sacar tabaco porque el mío se había acabado- Respondí cuando apretó mi brazo, lo miré despectiva. - ¿Y cómo me explicas el desorden de mi mesa?- Pregunto Germán, sonreí leve recordando aquello. - Estaba así cuando entré- Dije y me dispuse a salir de la cocina dejando en medio de un ataque de rabia a Germán, miré mi brazo, aquello estaba rojo y lo más probable es que quedaría un hematoma.

[Raquel]

El fin de semana había pasado y no era precisamente lo mejor para mi en esos momentos, sólo esperaba que Alberto se hubiera olvidado de mi existencia, si no tendría que decirle que no y vivir con las consecuencias.

Mónica había llegado antes que yo, me sonrió a lo lejos y fui hacía ella. - Te extrañé - Dijo Mónica y sonreí. - Yo también - Dije, no habíamos hablado en todo el fin de semana, me la pasé durmiendo y estudiando, no tuve tiempo de revisar mi celular ni siquiera un segundo. - No paso nada pero estoy segura que le gusto - Dijo Mónica hablando del chico con el que se había juntado el viernes. - Si te haces novia de el, no me abandones- Dije haciendo un pequeño puchero sarcástico y una risa se hizo presente en Mónica. Sus pasos característicos se hicieron presentes en el salón, la clase había empezado, no dijo ninguna palabra sólo entrego los resultados de algunos exámenes, estaba esperando estos resultados hace unas semanas y por fin llegaron, no me podía quejar en ninguno pero tampoco podía evadir el hecho que podía mejorar, aquello subió mi ánimo un poco pero la mirada de alguien se hacía presente en mi y no era precisamente Alicia, era Alberto, el no había olvidado eso, cuando la clase termino pude sentirme un poco más aliviada, pude darle una larga mirada a Alicia antes de salir, cualquier interacción que tuviera con ella me animaba.

- Me jubile de las fiestas, chicos - Le dije a Mónica y Ángel. - Pero será divertido, Raquel- Dijo Mónica suplicando por mi asistencia, siempre terminaba aceptando y nuevamente esta no fue la excepción. - Venga, me convencieron- Dije aceptando, espero que en verdad sea divertido o me arrepentiré nuevamente de asistir en vez de quedarme en casa.

[Alicia]

Sonreí cálidamente hacia la bibliotecaria, ya había terminado las clases por hoy, necesitaba sacar unas fotocopias y además revisar trabajos por correo, el tiempo no me daba para todo pero hacía lo que podía. Me senté a corregir exámenes, me concentré en aquello, pero fui interrumpida por la bibliotecaria, ella era tan tierna y amable que no podía enojarme o mostrarme molesta con ella. - Alicia, me surgió una emergencia y tendré que irme, ¿Puedes cerrar la biblioteca tú?- Pregunto la señora, ni siquiera lo pensé cuando acepté, me entrego las llaves y se fue rápidamente, no me costaba nada, seguí en lo que estaba pero nuevamente fui interrumpida por los ruidos de la estanterías.

[Raquel]

-Bien, te he dado mucho tiempo para que pienses todo, ahora por favor, dame una respuesta positiva- Dijo Alberto acercándose a mi, hice una mueca, el estaba alterado y ni siquiera le había dado una respuesta. - Alberto - aclare mi garganta dejando ver mi nerviosismo, el estaba pendiente a cada actitud que tenía en ese momento. - No quiero ser tu novia - Dije entrecortada y dejando salir ese peso que tenía encima, Alberto frunció el ceño y bufo enojado, era obvio que se iba a poner así. - ¿Estuve esperando dos semanas para esta mierda?- Pregunto, no respondí, la respuesta era obvia. - O sea, ¿quien te crees que eres para despreciarme así? - Pregunto Alberto subiendo un poco la voz. -Alberto, hay gente en la biblioteca- Dije en un tono bajo, una risa sarcástica salió de su boca. - Ahora te importa lo que la gente opine, ¿no?- Dijo Alberto acercándose a mi, dejando ver su respiración agitada. - ¿Tienes a alguien más? - Pregunto Alberto levantando mi mentón, no respondí. - Es eso, tienes a alguien más- Dijo Alberto. - No hay nadie más, simplemente no quiero estar contigo - Dije seria. - ¿Que mierda dijiste?, eso es imposible, Raquel- Dijo Alberto tomando mis muñecas con fuerza, solté un pequeño jadeo intentando soltarme de su agarre pero era prácticamente imposible. -Responde lo que estoy preguntando, Raquel- Dijo Alberto haciendo más fuerza en las muñecas. - O te juro que vas lamentar haber- Alberto no pudo terminar la oración cuando una presencia femenina se hizo presente en la situación. -¿Que se supone que va a lamentar Raquel?- Pregunto Alicia acercándose a Alberto, por suerte me había liberado de su agarre, acaricie levemente mis muñecas y suspire. - No veo ninguna respuesta de su parte, Vicuña- Dijo Alicia con voz dominante y Alberto se alejó de mi. - Nada, señorita- Respondió Alberto con la mirada baja. - Bien, ahora sal de aquí o el que va a lamentar va a ser otro- Dijo por último Alicia y la presencia de aquel hombre se esfumó. Alicia se quedó en silencio observandome unos segundos - ¿Estás bien? - Pregunto Alicia acariciando cortamente mi espalda. - Si, estoy bien - Dije entrecortada, sentía ganas de llorar y dolor en las muñecas, era obvio que no estaba bien, Alicia tomó mis muñecas entre sus manos y las acarició lentamente mientras me miraba, era lo que necesitaba en ese momento, mis muñecas quedaron rojas y dolidas pero aquel efímero momento lo había solucionado de alguna manera. - No quiero que Alberto se te vuelva acercar de esa manera - Dijo Alicia aún con aquel tono de voz dominante. - Si te hace daño nuevamente - Alicia dio una pausa y suspiro - Sólo dilo - Soltó por último. - Esta bien, maestra - Dije con la mirada en ella.










Najwa Nimri supremacy 🤺

A Punta de Espada//Ralicia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora