36. Foreplay

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El caliente aliento de Aizawa se condensaba al tocar la piel de tu cuello, tu piel estaba un poco fría al estar expuesta. Te encontrabas sólamente en ropa interior y él... ¿totalmente vestido?

¿Qué demonios? pensaste. Tomaste su camiseta y la subiste con intención de retirarla; alcanzaste a ver sus abdominales de lavadero y te distrajiste, dejando la tarea a medias.

"Oye, ¿vas a quitarme esto o no?" rió

Eras un chiste teniendo relaciones sexuales.

"Cállate" le reclamaste avergonzada.

Terminaste de quitarle la camiseta y, como de esperarse, quedaste embobada al ver su torso desnudo. Todos sus músculos estaban visiblemente marcados, representando horas de entrenamiento físico. Su rostro estaba rojo, y sus cabellitos bebés pegados en el sudor de su frente. Muy guapo pensaste.

"¿Crees que voy a dejarte ir esta vez después de que me chuleas así?" dijo con una sonrisa picarona.

¿Qué? ¿Lo habías dicho en voz alta? Demonios.

Volteaste la cara para evitar verlo a los ojos, te daba mucha pena. Sin embargo, éste la tomó en sus manos y la volteó a la fuerza para que sus labios se encontraran una vez más.

"Ya no puedo contenerme más, quiero hacerte mía justo ahora" al terminar la oración, desabrochó su cinturón y se bajó los pantalones, pateandolos al suelo; quedando en ropa interior al igual que tu.

Aizawa besaba tu cuello y sentías como empezaba a encenderse de nuevo el calor en tu cuerpo. Con su lengua dejó un camino de tu cuello a tus pechos que aún se encontraban en tu sostén.

"Esto molesta" murmuró y bajó tus tirantes impacientemente, bajando tu sostén aún enganchado.

Se fue directamente a succionar tu pezón derecho y sentiste una onda de placer extraña. Estaba jugando con su lengua con tu pezón y extrañamente se sentía genial. Lo tomaste del pelo mientras gemías que te gustaba. Sacó sus labios de tu pezón que ahora estaba erecto y en su máximo esplendor. Después, se cambió de pecho para hacerle lo mismo a tu pezón izquierdo, su lengua se movía rápidamente haciendo que tus interiores se retorcieran en placer.

Cuando terminó contigo, Aizawa se puso de rodillas en la cama y notaste que algo quería salir desesperadamente de sus boxers. Alguien tenía que ayudarle a escapar de la privación de libertad y, aunque no fueras una heroína, podías cumplir con esa misión.

Te posicionaste frente a él y bajaste sus boxers. Te sorprendió un poco ver cómo el pene más grande que habías visto en tu vida, rebotó hacia arriba al salir de los confinamientos del boxer.

Nunca habías dado sexo oral a un hombre y francamente menos a uno con un pene mutante que definitivamente no podrías meter por completo en tu boca. Gracias al internet (y no pregunten por qué) habías investigado las mejores técnicas para satisfacer a los hombres... será imposible que note que soy principiante en esto 😌 pensaste.

Tomaste su pene y lo apretaste un poco, haciendo que un poco de líquido preseminal saliera de la punta. Con tu dedo lo esparciste por la cabeza y, rezándole al Eros que no la cagaras, metiste su pene a tu boca.

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Siento mucho dejarles en tal momento culminante pero quiero estar al 100 cuando escriba lo que ustedes ya saben que pasará en el próximo capítulo. Estoy con nauseas de hace días pero aquí estoy siempre cumpliendo mis entregas <3 ¡¡¡Les quiero mucho!!! xoxox

¿En qué momento me poseyó el Eros? +18 (Aizawa, Dabi y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora