¿En qué momento me poseyó el Eros? +18 (Aizawa, Dabi y tú)

84. Permanente

1 semana después

No habías escuchado nada sobre Dabi ni Aizawa durante toda la semana. En las noticias no se reportaron pérdidas humanas. Desconocían el origen del incendio. De Shigaraki tampoco sabías. No sabías qué había pasado entre ellos. El miedo de que siguieras en peligro no te dejaba dormir.

Con el poco dinero que tenías, por lo menos habías encontrado un techo y comida. Las llamas de Dabi habían hecho de las suyas de nuevo. Aizawa tampoco te había contactado. Tu estado de ánimo se veía gravemente afectado una vez más por tu involucramiento con esos hombres. Sin embargo, tu corazón los quería a ambos y estabas sumamente preocupada por su bienestar.

Habías pensado visitar la U. A. para ver a Aizawa, pero siempre te retachabas. No era tu papel ir a buscarlo después de que éste te abandonara de esa forma después de todo. Aún así te calaba demasiado este hecho y el enojo se convertía en tristeza.

En cuanto a Dabi, no sabías si siquiera seguía vivo. Era normal que un villano de su calibre fuera difícil de encontrar sin conectes. Te costaba admitir que te dolía demasiado pensar que pudiera estar muerto.

Los extrañabas demasiado. Te dolía no verlos. Los amabas a ambos, seguramente.

1 mes después

Tardaste un poco pero, viendo que no corrías peligro y con ayuda de los profesionales y de tu familia, te animaste finalmente a salir a retomar tu vida una vez más. La tranquilidad de ser una persona normal aunque aburría, tenía muchos beneficios.

Conseguiste una entrevista de trabajo en la cuál te contrataron. Era una empresa bastante importante. Tu salario era bueno y estable. Estabas igualmente buscando un lugar nuevo dónde vivir. A tu edad, ya eran esperadas muchas cosas, entre ellas la independencia.

Poco a poco las piezas de tu antigua vida empezaban a juntarse. Empezaste a trabajar y, justo como en tu trabajo anterior, te hiciste de una buena amistad con la cual frecuentabas restaurantes, bares y otras actividades.

Pudiste reír de nuevo.

Entonces te mudaste. Tuviste un open house el cual atendieron todos tus conocidos, excepto ellos, a quienes anhelabas.

Se hizo tarde y te preparabas para ir a la cama; te pusiste tus pijamas de Elmo y, sin más advertencia, sonó el timbre. Fuiste a abrir la puerta pero no había nadie. En su lugar, había una caja en el piso con una nota. Te agachaste para tomarla y, estando agachada escuchaste pasos acercarse a ti. Cuando te paraste, lograste ver claramente la cara de quién estaba ahí.

Parado casualmente frente a ti estaba Aizawa con un ramo de flores. Tuviste que parpadear varias veces para comprobar que no fuese una ilusión.

"A-Aizawa? ¿Eres tú?" preguntaste incrédula

"Estoy aquí..." dijo con una pequeña voz.

Tus ojos empezaron a doler. Las lágrimas empezaron a formarse rápidamente y caían sin control sobre tu rostro. Olvidando todo lo que había pasado, fuiste a abrazarlo fuertemente mientras tus lágrimas seguían saliendo.

Sollozando, empezaste a balbucear.

"¿Qué estás tratando de decirme gatita?" dijo riendo un poco.

"Estoy tratando de decirte que eres un idiota. Te odio." dijiste aún sollozando.

Lo soltaste para que pudieran hablar cara a cara.

"Yo...lo lamento." dijo evitando verte a los ojos. "Las cosas son complicadas. En verdad fui muy cobarde para verte antes pero supe que te habías mudado y vine a dejarte estas flores." dijo viendo la caja en tus manos y arqueó la ceja pero no dijo más.

"Yo solo me alegro que estés bien. Estaba muy asustada." le confesaste.

"Lo se..." dijo arrepentido, "Voy a ser honesto contigo ahora, mereces saberlo..."

Lo dejaste entrar a tu nuevo departamento y se sentaron. Ahí Aizawa te contó la situación. Tu sonrisa poco a poco desaparecía.

"Dabi...regresó al control de Shigaraki. Y yo, pues...volví al control del gobierno. Es así de simple." dijo sin rodeos. "No se que tipo de trato desagradable tuvo que hacer con ese demonio para que te dejara en paz. Pero te advierto que si te vuelves a topar con Dabi, corre." dijo seriamente "Es posible que haya intercambiado la poca humanidad que había ganado estando a tu lado por tu vida ese día. Y, francamente dudo que te vaya a dejar ilesa si te lo topas de nuevo."

Tu corazón latía más y más rápido. Todo era tan injusto aunque tuviera mucho sentido hablando objetivamente.

"¿Qué va a pasar ahora?" dijiste temblando un poco.

"Eso depende de ti. Aún tienes que tomar una decisión, ¿no es así?" dijo viendote intensamente a los ojos.

"Sí, tienes razón. Sólo que esta decisión parece ser algo así como escoge si mueres asada o mueres frita..." dijiste bromeando

Aizawa se rió un poco, "aún en estas situaciones haciendo bromas..."

"Yo sólo quiero lo mejor para todos. Eso incluye a Dabi." suspiraste, "Yo entiendo que hay una guerra y que no hay lugar para mí ahí. Sé que tu deber es matar a Dabi y que el deber de Dabi es cumplirle los caprichos a Shigaraki pero..."

Aizawa suspiró, "No puedo hablar mucho sobre el tema porque es confidencial, pero ya que estás más involucrada de lo que me gustaría, solo te puedo decir que los planes de Shigaraki son verdaderamente malvados. Él y la Liga, incluyendo a Dabi, planean destruir lo que All Might construyó todos estos años. Quieren que el miedo domine en el corazón de todos." pausó un poco, "Yo no quiero que tu vivas así. Yo ehh.. no sabes lo difícil que fue para mí mantenerme lejos. Yo...te sigo amando." dijo con una pequeña sonrisa viendo hacia el piso.

"Yo...también te amo Aizawa." dijiste, viste como éste se sorprendió, "Pero también lo amo a él.." finalmente confesaste. "Sin embargo, ambos sabemos que no puedo estar con él. Pero sabemos que tampoco puedo estar contigo." Acariciaste su mejilla un poco y lo viste a los ojos, "quizás bajo otras circunstancias tu y yo hubiéramos sido muy felices..."

Aizawa se quedó callado. Se notaba su total decepción. Suspiró y finalmente habló:

"Entiendo..." se paró de su asiento, listo para irse.

"Sin embargo, eso no significa que pretenda poder vivir sin verte." te paraste también y le negaste el acceso a la puerta.

"No me abandones de nuevo..." le dijiste con lágrimas frescas saliendo de tus ojos.

Aizawa sonrió de nuevo, "Siempre que me lo pidas estaré junto a ti...y si quieres deshacerte de mí, también lo respetaré" te dijo suavemente.

Sus rostros estaban cada vez más juntos hasta que se juntaron y compartieron un beso lleno de dolor. Entre lágrimas saladas, se besaron hasta que sus prendas empezaron a caer al piso y terminaran sus cuerpos desnudos en tu cama en donde compartieron sus lamentos entre besos, lágrimas y gemidos.