6. ¿Una oruga?

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Era la mañana siguiente; sentiste el calor del sol abrazarte. Estabas muy cómoda en tu cama cuando te diste cuenta que no pusiste la alarma (por andar de pecadora ándale) y que tenías menos de media hora para que fuera la hora de reunión, "maldita sea, maldita sea" maldecías sin parar mientras te cambiabas. No tuviste tiempo de comer por tarada y saliste corriendo con un pan tostado en la boca. Fuiste al punto de reunión, llegaste 7 minutos tarde.

Tu ropa estaba arrugada; tu cabello despeinado; no te maquillaste; tenías migajas de pan tostado en tu cara y ropa. Tocaste el timbre de la casa en cuestión y te abrió... ¿una oruga? sí, definitivamente era una oruga desvelada: ojeras pronunciadas, cabello despeinado, bigote y barba que apenas y crecían. La persona que se encontraba frente a ti era Shota Aizawa versión oruga.

Observaste a Aizawa incrédulamente; estaba él envuelto en una bolsa de dormir. Honestamente parecía que acababa de despertar.

"Así que nos vemos de nuevo, no tienes alguna otra de mis pertenencias, ¿verdad?" te dijo. No te salieron las palabras así que balbuceaste algo como "...vergüenza...desarreglada...de todos él". Aizawa estaba bastante confundido,

"¿Te comió la lengua el gato o qué?" te dijo entre un bostezo gigante.

Tu cara estaba tan roja como carmín; acababas de profanar a este hombre en tu imaginación hace solo algunas horas y estaba ahí mismo parado enfrente de tí. Aunque en tu imaginación era mucho menos eh... ¿orugoso?

"Discúlpeme, señor Aizawa, soy quien aplicó para el trabajo de catsitter." dijiste haciendo una pequeña reverencia, "Entiendo que nuestro primer encuentro fue algo extraordinario, pero en verdad necesito este trabajo" le dijiste casi suplicando.

"¿Eh? No recuerdo haber puesto nada de catsi..." pausó en medio de la oración, "piiiinche Mike, esto de seguro fue una broma de él."

En ese momento recordaste que quien te había hablado por teléfono no era la voz de Aizawa, definitivamente lo hubieras reconocido.

"Lo siento, entiendo que necesites el trabajo, pero no necesito una catsitter, gracias." Aizawa se dio la vuelta y cerró la puerta.

Jamás en la vida te habías sentido tan enfurecida; cuando te enfureces te sucede algo parecido a cuando tienes un antojo al extremo (no sabes cómo controlar tus emociones e instintos más primitivos); dejas de pensar y actuar con claridad y prudencia. Tocaste el timbre un sinnúmero de veces hasta que Aizawa abrió la puerta y, sin dejarlo hablar, lo empujaste dentro de su casa y caíste sobre él. Empezaste entonces a vomitar palabras; le dijiste hasta de lo que moriría, que se merecía ser profanado por tí -sin dar detalles-, y que él quisiera o no ibas a ser su jodida catsitter.

Para esto Aizawa seguía enroscado en su bolsa de dormir y sólo se te quedó viendo. Se quedaron en silencio por un momento,

"Tienes migajas de pan en la cara" te dijo rompiéndolo.

Pasaste tu mano por tu cara y efectivamente encontraste migajas de pan tostado. Fue en ese entonces que reaccionaste y te diste cuenta que estabas arriba de Aizawa y que le habías dicho tanta cosa. Te sonrojaste tanto que te empezó a doler la cabeza; no lo podías ver a la cara.

"P-p-perdóname por eso, vaya que vergüenza, en verdad lo siento, no sé por qué me pasa esto, pero en verdad estoy desesperada, necesitaba este trabajo, entonces cuando me rechazaste perdí la cabeza, ya me voy.

¿En qué momento me poseyó el Eros? +18 (Aizawa, Dabi y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora