43. Pies en la tierra

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Volteaste a ver a Dabi. Habías imaginado un posible reencuentro con él varias veces. En todas sentías gran ansiedad y miedo a que te privara de tu libertad. Sin embargo, tu libertad seguía siendo privada y no era gracias a Dabi.

Él parecía estar despreocupado y tenía un porte relajado. Su ropa estaba sucia. No sabías qué decir pues estabas nerviosa y no sabías qué hacía él ahí.

Se quedaron en silencio viéndose a los ojos. Sus penetrantes ojos azules parecían esconder todos los secretos del mundo. Se veía igual de intimidante que siempre. El silencio se alargaba y empezaba a hacerte sentir incómoda. Decidiste hablar.

"¿Así que sobreviviste a esa redada eh?" dijiste torpemente.

Una pequeña risa salió de los labios de Dabi. "He soportado cosas peores."

Charlar con Dabi te recordó a tu tiempo de prisionera. Hubo buenos momentos en donde en verdad te sentiste cercana a Dabi, incluso bromeando y viendo televisión como personas normales. Te ruborizaste con el recuerdo.

"No quiero ni saber cómo te escapaste de esa..." dijiste viendo el suelo y acomodando tu cabello fuera de tu rostro.

Escuchaste que Dabi se acercó a ti y, sin decir nada más, tomó tu rostro con su mano y la levantó suavemente para que tus labios se juntaran con los de él. Caíste rendida en el beso y le correspondiste. Sus labios estaban tan cálidos como siempre. Te besaba tan gentilmente como si te fueras a romper si ejercía más presión.

Movió su mano y la colocó en tu espalda, no dejando pasar ni una sola molécula de aire pasar de entre sus cuerpos. Te abrazó mientras te besaba. Sentías su anhelo por tenerte tan real como el calor del sol en tus brazos descubiertos.

Tus labios empezaron a doler después de tu sesión de besos pero no querías parar.

"No seas tan ambiciosa niña." te dijo como si estuviera leyendo tu mente. "Tenemos que ponernos al día ¿no es así?"

"Ah es verdad, ¿cómo supiste donde estaba?" preguntaste.

"Esa es una historia para otro día pero te diré, no fue fácil. Esa perra perfumada me la puso difícil." refunfuño "Verás, el camuflaje, o lo que sea, está especialmente diseñado para que yo no pueda verlo, tocarlo, olerlo o incluso probarlo."

"Y aún así lo encontraste." dijiste con cierto sentimiento de orgullo.

"Y aún así te encontré." te dijo sonriendo.

Sentiste el calor regresar a tu rostro de nuevo.

"Ese bastardo es un sádico. Se dice ser un Pro Hero y sin embargo hace cosas dignas de la Liga" dijo mordiendo un poco su labio inferior.

"¿A qué te refieres?" preguntaste

Espero no esté haciendo referencia a nuestros eh, encuentros nocturnos... pensaste

"¿Eh? ¿No lo has descifrado? Demonios no has cambiado. Sigues siendo estúpida" dijo con una mano en la cara.

"Te explico en el camino." dijo tomando tu brazo.

"Espera." soltaste tu brazo, "¿De qué demonios hablas? ¿Camino a dónde?"

"Tengo un nuevo escondite para nosotros, está mejor que el pasado lo prometo." tomó de nuevo tu brazo.

Te soltaste de nuevo.

"¿Es en serio?" dijiste molesta "Esperas que me vaya contigo nadamás así? ¿Esperas que me convierta en tu prisionera de nuevo nada más así?" lágrimas salieron de tus ojos, "Soy una tonta, no sé por qué me puse feliz de que llegaras, pensando que tu y yo teníamos una relación normal. Tu nadamas haces lo que se te pega la gana, tal como ...un villano."

No sabías por qué habías pensado diferente, aunque fuera solo por un momento. Te molestaba que Dabi quisiera llevarte sin siquiera preguntar qué era lo que tú querías. Nadie lo hacía a decir verdad.

Dabi te vio de abajo hacia arriba.

"¿Ya te acostaste con él verdad?" dijo con ojos sádicos.

¿En qué momento me poseyó el Eros? +18 (Aizawa, Dabi y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora