7. Tu nuevo trabajo

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Intentaste pararte pero Aizawa te agarró del brazo y te observó, como si estuviera estudiándote.

"Puedes quedarte," te dijo, "puedes ser mi catsitter, creo que ya estamos a mano en cuanto se trata de atacar al otro, ¿no crees?".

Se te escapó una gran sonrisa, "jajaja creo que sí" le contestaste. Te soltó del brazo y te paraste; le ayudaste a Aizawa a pararse también. "¿Entonces puedo quedarme? ¿Estoy contratada?" dijiste muy entusiasmada.

"Sí, así es, solo que no puedes decirle a nadie que trabajas para mí, ¿de acuerdo? sería demasiado lío." continuó, "Primero, por obvias razones voy a hacerte una breve entrevista para ver si tienes las agallas para sobrevivir a este trabajo".

Observaste la casa de Aizawa, estaba un poco desordenada. Todos los muebles estaban desgarrados y con evidente pelo. Fuera de eso, era un lugar acogedor. Aizawa te hizo algunas preguntas básicas sobre tu experiencia con gatos, tus hábitos y tu disponibilidad. Tu cabeceabas una y otra vez indicando que sí miles de veces ya que no importaba qué te pidiera hacer, necesitabas el dinero. La entrevista había terminado.

"Bien, entonces te voy a presentar a tus clientes." Caminaron hacia una puerta, cuando se abrió ésta, de inmediato empezó un maullido sobre otro.

No podías creer la cantidad de gatos que tenía este hombre; 10 gatos muy lindos, de distintos colores y tamaños se encontraban en un enorme cuarto adaptado: torres, rascadores, areneros y un sinnúmero de juguetes en el piso decoraban dicha habitación.

"Te los presento, mira éste se llama Morfeo, luego está Aurora, también está Peluche, Velvet..." continuó diciendo los nombres, "Tienes que aprenderte sus nombres y sus cuidados especiales; aparte de darles comida a ciertas horas; lavarles el arenero y de una vez puedes sacudir mis muebles, tienen mucho pelo" sentiste que se te salía el alma por tu boca abierta. "Te pagaré bien, ya que estás taan desesperada; empiezas mañana."

"Bien, muchas gracias Señor Aizawa, se lo agradezco" dijiste genuinamente agradecida.

"No me digas señor, demonios; me hace sentir demasiado viejo. No soy mucho mayor que tú, háblame de forma casual, por favor."

Estabas muy emocionada por haber conseguido el trabajo, diste las gracias una vez más y fuiste a tu hogar de nuevo en tu bicicleta, preparándote mentalmente para el ardúo trabajo que iniciarías el próximo día.

¿En qué momento me poseyó el Eros? +18 (Aizawa, Dabi y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora