78. La cita de Aizawa 3

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Caminaron de regreso al agua que había tomado fuerza y las olas salpicaban un poco más que hacía unas horas. Entraron y casi inmediatamente las olas salpicaron agua y les mojó el traje de baño y el kimono que te habías puesto.

"Ahhh!" gritaste de la sorpresa al sentir el frío en la parte inferior de tu cuerpo.

Aizawa se burló de tu grito agudo y entonces pateaste el agua para que él se mojara aún más.

Éste te vio con una mirada retadora y entonces pateó también el agua para que te mojaras más.

"¡Tu! Dijiste tomando vuelo para salir corriendo.

Aizawa se dio cuenta de tus intenciones y salió corriendo para evitar ser salpicado. Lo correteaste hasta que por fin tuviste rango para patearle un poco de agua y mojarle más el torso. Ambos parecían niños en el chapoteadero teniendo guerra pateando un poco el agua para que el otro se mojara más.  Al final ambos estaban empapados.

Tu kimono pegaba contra tu piel, revelando una transparencia. Perseguías a risas a Aizawa que había estado corriendo cuando de repente éste se para y, sin poder perder la velocidad, te estrellaste contra su pecho. Sentiste cómo éste se aferró a ti y te dio un gran abrazo.

No supiste cómo reaccionar ante el ataque sorpresa así que tu cuerpo se tensó y te quedaste pasmada en el momento. Estabas tan cerca del pecho de Aizawa que podías escuchar claramente el latido de su corazón que mantenía un ritmo constante y reconfortante.

El abrazo silencioso duró unos momentos hasta que éste habló.

"Quiero estar así contigo para siempre." dijo apretando un poco más.

"Bueno...si estamos así para siempre seguramente me matarás porque me asfixio..." contestaste un poco nerviosa.

Aizawa te soltó un poco pero no te dejó ir del todo.

"Me rindo...he perdido la batalla." dijo

"¿Cuál bata..." empezaste a decir pero te interrumpió con un beso.

Había pasado mucho tiempo desde que sus labios se encontraban. Pudiste sentir de nuevo el hambre que tenía Aizawa por tí. Sus besos siempre eran apasionados y llenos de impaciencia. Encendían algo dentro de ti que ninguno de esos hombres del pasado lograban.

Sus labios se conectaban como si fueran perfectos el uno para el otro y sus lenguas ansiosas por probarse después de haberse comido una y otra vez hacía más de un año. Tu corazón ganaba ritmo y tu respiración se hacía más corta pero rápida a la vez.

Aizawa comenzó a darle pequeños besos a tu cuello y bajó a tus hombros los cuales estaban cubiertos por el kimono. Con su mano tomó la delgada tela y la hizo a un lado lentamente. El ligero roce te dio escalofríos. Comenzó entonces a dar pequeños besos en tus hombros para luego regresar a tu cuello y finalmente a tus labios de nuevo.

"Sabes...siempre he querido tener sexo en la playa..." dijo

Lo viste a los ojos esperando que no fuera en serio.

"¿De qué demonios estás hablando? Eso solo suena bien en palabras." dijiste riendo

"¿Entonces estás de acuerdo que suena bien?" dijo arqueando una ceja.

"Ahh te odio" dijiste avergonzada.

Aizawa entonces te abrazó una vez más y empezó a reír. "Ahh, solo bromeaba. Ven vamos a disfrutar de lo que nos queda de sol.

Regresaron a la palapa a platicar y a tomar el sol hasta que notaron que el sol empezaba a esconderse.

"Deberíamos regresar a la cabaña antes de que refresque mucho." dijo Aizawa.

Asentiste con la cabeza y entonces recogieron sus cosas y regresaron a su cabaña en donde comieron sandwiches. El sol se había escondido y el aire refrescó. Decidieron entonces poner leña en el pozo de fuego para calentarse un poco y disfrutar del paisaje playero nocturno. Estabas picoteando la leña con un palo cuando de repente apareció Aizawa con unas piñas coladas que había preparado.

"Ten." dijo

"Mmm, gracias." dijiste felizmente

"¿Te ha gustado el día de hoy?" te preguntó en lo que se sentaba junto a ti.

"Sí, por supuesto que sí." dijiste sin pensar.

"Pensé al principio que quizás esto era muy aburrido." dijo soltando una pequeña risa "No creo poder compararme con Dabi en ese sentido. Soy maestro de preparatoria y me la paso dormido, no soy el más romántico ni el más creativo en estas cosas." dijo viendo fijamente las irregulares flamas de la fogata.

"No necesitas ser el más romántico o el más creativo. Tu me conoces muy bien y, aunque no estabas seguro de esto, me terminó encantando." dijiste con una sonrisa. "La verdad es que había estado muy pensativa con toda esta situación, no te voy a mentir. Todo esto de las citas fue una excusa para cubrir el hecho de que aún no lo supero." dijiste con una pequeña sonrisa.

"¿Aún no lo superas eh?" dijo viendo al piso.

"Creo que no puedo abandonar cómo me rompieron y pegaron...yo se que ustedes intentaban protegerme a su propia manera pero...tu dijiste que era fuerte y siento que por un momento no me creyeron capaz de valerme por mí misma." continuaste

"Es verdad. Suena feo pero tienes toda la razón. Aún así a mí me callaste la boca. Fuiste muy resistente. Nunca te rendiste e incluso escapaste de ambos agarres exitosamente y te escondiste por un año entero." te contestó

"Y aún así nunca pude dejar de pensar en ustedes..." confesaste "Ustedes me maldijeron y aquí estoy intentando voltear el juego pero...sigue siendo un juego al final."

"Ya no lo es..." dijo él "Tú no eres para nada un juego, ni un premio de éste. Puedes decidir desaparecer una vez más y estaría bien. Tu mayor fuerza es tu capacidad para decidir."

Volteaste a verlo y te diste cuenta que ya no estaba viendo el fuego, sino a ti.

"Estoy completamente enamorado de tí, gatita."

Tu corazón saltó. Esto se sintió tan sincero que sabías que le había costado confesarse. Tus ojos se abrieron y entonces no pudiste encontrar las palabras para responderle.

"No tienes que decir nada..." dijo acercándose a ti. "Sólo acéptame en tu vida, por favor."

¿En qué momento me poseyó el Eros? +18 (Aizawa, Dabi y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora