11. Tu segundo trabajo

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"No quiero decirte" le dijiste, "la razón no importa, ya te respondí; ahora déjame ir papi, quiero acostarme ya".

Esperabas que las burlas lo distrajeran mientras tu intentabas zafarte de la cuerda que amarraban tus manos. Dabi sonrió de oreja a oreja y se paró. Se posicionó detrás de tí y apretó el nudo que habías estado aflojando; "demonios, lo descubrió" pensaste; después quitó el nudo que te mantenía sentada a la silla. Antes de que pudieras hacer algo, éste te cargó y te llevó a tu habitación en donde te lanzó a tu cama, aún con las manos amarradas. Después él se lanzó arriba de tí, asegurándote a la cama.

Podías distinguir su aroma, olía sorprendentemente bien, a pesar de oler a quemado te recordaba al olor de las velas o a las fogatas de campamento.

"¿Querías acostarte no? Eres una pervertida, me hubieras invitado a una cita con café tan siquiera jajaja.".

Tenías la cara de Dabi a pocos centímetros de la tuya. Tu mente gritaba que intentaras escapar pero tu cuerpo quería quedarse.

Se acercó más a tu rostro.

"Creo que no entiendes la situación aquí, ¿verdad?; eres demasiado confiada para no tener habilidad física ni una peculiaridad que puedas utilizar." te susurró en la oreja; sentiste millones de escalofríos. "No puedes depender del hecho de que estés hermosa, ¿sabes?" continuó.

Era imposible que te sonrojaras aún más a este punto.

"Esta es la situación niña, vas a empezar a trabajar para mí también."

"Ya tengo trabajo papito, mi agenda está llena." le respondiste sarcásticamente; te dió una bofetada.

"No puedes rechazarla, bebé" te siguió el juego de roles.

"Verás, si no obedeces..." decía mientras lentamente trazaba con su dedo una línea iniciando de entre tus pechos hasta donde comenzaban tus pantalones; empezaste a sentir que tu pelvis se contraía, estabas excitada, "papi se enfadará y hará cosas muy malas en tu contra para que aprendas" finalmente se quitó de encima tuyo y se sentó en tu escritorio.

"Vas a ser mi espía de ahora en adelante; vas a comunicarme absolutamente todo lo que haga o diga Aizawa. Vas a estar al pendiente de llamadas, visitantes y objetos que parezcan importantes. Estoy buscando algo muy importante para la Liga, posiblemente esté en una memoria, CD, o algo similar, ¿puedes hacer eso no? A menos que no sé, quieras ver todo lo importante para tí arder" dijo materializando flamas azules de su mano y apuntando a las fotos de tus seres queridos que colgaste en tu habitación.

Tragaste saliva; Dabi era extremadamente intimidante.

"Bien, acepto; pero porfavor no le hagas daño a mi familia, a Aizawa ni a los michis" le dijiste con ojos llorosos.

En verdad no tenías interés en la lucha de héroes y villanos; sólo no querías meter a tus amigos y familiares en riesgo.

"Bien, te estaré esperando aquí en tu casa después de que termines tu turno" te dijo "Oh, y por si no fuera obvio, no puedes mencionarle a Aizawa que te contacté ni hablar de nada de lo que hablamos aquí, si no quieres tener problemas conmigo eso es."

"Bien, bien, entiendo" le dijiste, "¿pero ya puedes desatarme?" Dabi sonrió y te desató, después de eso salió del cuarto.

Lo seguiste hasta la salida de tu casa en donde éste se preparaba para salir. Se detuvo un momento y volteó,

"Por cierto, deberías cambiarte de ropa bebé, te mojaste toda jajaja, papi te hubiera ayudado a quitártela, pero tiene prisa en este momento." te dijo mientras te guiñaba. Volteó la cara y se fue sin ver atrás.

"Adiós dignidad" pensaste derrotada; caminaste fuera de tu casa a buscar tus lentes y regresaste a tu casa.

¿En qué momento me poseyó el Eros? +18 (Aizawa, Dabi y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora