¿En qué momento me poseyó el Eros? +18 (Aizawa, Dabi y tú)

38. Adaptable

Recordaste lo bien que te sentiste al ver a Dabi retorcerse de placer en tus pies patéticamente. Sería poco decir que con Aizawa era casi lo contrario. Verlo retorcerse del placer sólo te daban ganas de darle más y más. Tus manos se habían coordinado perfectamente para que una te ayudara con el movimiento del tallo mientras la otra masajeaba sus testículos, volviéndolo loco.

"Aprendes...mmmm...muy rápido...." apenas y podía formar oraciones.

Las venas que mandaban sangre a su enorme erección parecían al borde de explotar. Su pene ya no tenía nada de elasticidad, estaba más duro que cualquier roca (no pienses en kirishima, no pienses en kirishima).

"Ya es tiempo, no puedo esperar más, quiero follarte."

Otra vez muy romántico pensaste. Pero sí quiero hacerlo.

"Recuéstate en la cama." te dijo mientras abría el cajón de la mesa de noche.

Sacó un condón.

Okay, este es el momento, debes prepararte. Dicen que duele, pero que no mucho, otros dicen que sangras otros que no, las lesbianas dicen que esto ni se siente bien, ¿qué si me rompe la vagina con ese pene mutante? Si se rompe el condón y quedo embarazada ¿qué haría? tu monólogo interior no ayudaba a calmarte.

"¿Estás nerviosa verdad?" te dijo seriamente

"Sí, un poco."

"No tienes por qué preocuparte por nada, si estás conmigo nada malo te pasará" te lanzó una sonrisa dulce.

Cómo pasas de "quiero follarte" a "nada malo te pasará si estas conmigo"... exitosamente pensaste un poco molesta de lo perfecto que parecía ser Shota Aizawa.

"Además, estás mojadísima, puedes revisar si quieres." dijo guiñando el ojo.

Sentiste calor en las mejillas. Con tus manos exploraste tu sexo y, efectivamente, estaba muy húmedo ahí abajo. Tu cuerpo no podía engañar a nadie, tu también efectivamente querías follarlo a él.

Aizawa abrió el paquete del condón cuidadosamente con la mano y lo deslizó por su pene.

"Tranquila, seré gentil, si quieres que pare lo haré." te dijo mirándote a los ojos.

"Okay" fue lo único que salió de tu boca.

Aizawa se posicionó sobre tí, colocando su pene cerca de tu entrada. Antes de que entrara ya sentías lo grande que era.

"Aquí voy." dijo mientras deslizó la punta dentro de tí, estirando músculos que no habían sido estirados antes y, como era de esperarse, sentiste una punzada de dolor. Podría ser un dolor intolerable si no hubiera sido por el hecho de que Aizawa no se detuvo y empezó a mover sus caderas para penetrarte aún más, haciéndolo gemir instantáneamente.

"Estás jodidamente apretada, gatita, ahh me estás comiendo." dijo cerrando los ojos y relajando su boca.

Si no fuera por la vista que tenías del cuerpo de Aizawa sobre ti, quizás hubieras estado de acuerdo con las lesbianas. Sus caderas empezaron a moverse más rápido, metiendo y sacando su pene de tu vagina. En ese entonces, lo sentiste. El dolor empezaba a desaparecer y en su lugar algo empezaba a sentirse...bien.

"¿Ya te relajaste, cierto?"

Con la cabeza señalaste que sí. Sentiste el calor hospedado dentro de tu cuerpo crecer y crecer mientras veías los músculos de las abdominales de Aizawa contraerse al hacer los movimientos para penetrarte. Era una vista verdaderamente erótica. Quedaste hipnotizada por su fenomenal cuerpo.

"¿Acaso no quieres ver a la persona que te hace el amor a los ojos?" bromeó.