34. Aclarando dudas

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Por más que esperabas tu dulce reunión con Aizawa, aún tenías varias dudas que éste no te ha respondido. Retiraste su mano de tu cintura y lo viste a los ojos:

"No se como esperas que te trate pero ya no eres mi jefe, ¿cierto?" dijiste arqueando una ceja.

"No, técnicamente ya no soy tu jefe...pero ¿a qué viene esto?" estaba visiblemente confundido.

"Ah eso es muy obvio, significa que no tengo por qué limpiar este lugar." Aizawa arqueó una ceja, "Bueno, por lo menos no sola..." dijiste subiendo y bajando las cejas de forma burlona.

"No tengo tiempo para esas cosas, alguien de confianza vendrá a limpiar, entonces tampoco debes preocuparte por eso; tómatelo como unas vacaciones con chaperón."

Le lanzaste una cara berrinchuda. No era justo que tuvieras chaperones a los 23 años. Entendías lo de la libertad condicional pero aún así era molesto. Y más aún, ¿esperaban que ese chaperón fuera Aizawa? ¿Que no este hombre ya tiene dos trabajos? ¿Estarías igual de sola que en el escondite de Dabi? Más y más preguntas inundaron tu consciencia, haciendo que arrugaras un poco el ceño. Aizawa se dio cuenta de prisa.

"¿Algo pasa?" preguntó mientras ponía un dedo sobre tu frente arrugada, moviéndolo para que relajaras tu rostro. "Te vas a arrugar rápido si haces esa cara."

Aizawa era un hombre de mucho tacto...como si eso fuera cierto.

"Antes de que ocurra otra cosa, necesito que me expliques lo que sucede aquí."

"Bien, deja te cuento cómo ocurrió todo esto.." Aizawa respiró hondo y exhaló fuertemente. Viendo al piso, como si estuviera avergonzado empezó, "Bien, como te habrás dado cuenta tu...me gustas"

No era digamos, información nueva para ti que le gustabas Aizawa. Era sólo que...no te lo había dicho tan...directamente -y sobrio-. Te sonrojaste y, aunque él no estuviera viéndote, no pudiste evitar más que voltear en otra dirección.

Estabas a punto de decir algo pero Aizawa te interrumpió, "No tienes que decir nada, esto es solo mi parte de la historia..." te lanzó un pequeño vistazo y su tez se volvió igual de roja que la tuya. Tragó saliva, le estaba costando trabajo continuar; seguramente se está cagando los pantalones pensaste.

"La verdad es que nunca planeé tener una catsitter o lo que sea, mi mejor amigo Mike te contactó para que pudieras cuidar de los michis y que yo tuviera más tiempo para salir con él." él estaba arrastrando las palabras como si solamente quisiera terminar de una buena vez.

"Cuando te vi en la escuela pensé que eras cómplice de Dabi por lo de la mochila, pero ese no fue el caso. Me enojé mucho conmigo mismo porque incluso..." pausó un momento, dudando si debería decir lo siguiente o no. "Yo incluso me sentí atraído hacia tí desde ese momento." Sus manos no encontraban otra superficie así que sus dedos frotaban y pellizcaban su camiseta.

Está terriblemente avergonzado, es un poco extraño verlo así, pero aún así es tan apuesto pensaste.

Su ansiedad, claramente evidente estaba obstaculizando el flujo de ideas de Aizawa, se le estaba trabajando la lengua y terminaba diciendo cosas sin sentido.

"Espera un momento, Aizawa por favor relájate, lo que sea que me puedas decir no puede ser peor de lo que yo te hice a ti, sólo suelta la sopa." Empezaste a recitar varias recetas para vaciar la cabeza -que claro nunca utilizabas en ti misma-.

Después de un tiempo de vomitar información sobre meditación de alguien con 0 de experiencia, notaste que Aizawe no había estado hablando; volteaste a verlo y éste estaba mirando fijamente, con una gran sonrisa en la cara.

No había muchas cosas en la vida que te hicieran sentir mariposas "de las buenas" de esas que sientes al darle un primer bocado a tu comida favorita, o cuando tomas un sorbo de té en un día helado. El calor de la felicidad pura viajó por todo tu cuerpo mientras quedaste atónita viendo a Shota Aizawa verte como si fueras el último pedazo de pastel en el mundo.

¿En qué momento me poseyó el Eros? +18 (Aizawa, Dabi y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora