¿En qué momento me poseyó el Eros? +18 (Aizawa, Dabi y tú)

14. Confesiones

Tambaleando aún, se dirigió hacia donde estabas tú. Te empezó a acariciar el rostro.

"Estás hermosa, gatita" te dijo "no sabes cuantas veces he pensado en tomarte mientras te veía trabajar, usas esos pantalones ajustados; tu trasero se ve genial."

No podías creer lo que tu jefe te estaba declarando justo ahora pero te alegraba pues francamente también te gustaba.

"Desde que te ví el primer día en la UA pensé que quería tocarte donde sólo tocan los amantes. Pero pensaba que estabas involucrada con Dabi jajaja, que tarado soy."

Tu sonrisa desapareció, recordaste tu situación.

Empezó a pestañear. "Imagínate lo que pasó por mi cabeza cuando apareciste frente a mi casa jajaja gatita enojada..."

Se acostó a un lado tuyo y empezó a murmurar cosas ininteligibles. Después de un rato, se quedó dormido.

Te sentiste culpable; Aizawa se te declaró en medio de su borrachera, diciendo cosas bastante atrevidas pero no pudiste sentirte bien al respecto ni corresponderle, pues ahora efectivamente eras cómplice de Dabi.

En verdad no querías dañar a Aizawa pero Dabi te daba miedo y no querías que le hiciera algo a él, a sus gatos, a tus seres queridos o a tí. Empezaste a buscar en silencio todos los cajones de la habitación.

En uno encontraste algo interesante; un fondo falso. Lo quitaste y ahí encontraste una memoria extraíble (USB), esto es algo que le interesaría a Dabi, quizás esto sea suficiente para que ese bastardo deje de amenazarte casi a diario. Guardaste el USB en tu bolsa y dejaste a Aizawa semi desnudo y borracho en su cama.

"Lo siento mucho" le dijiste, con lágrimas en los ojos, aunque no te escuche, lo decías en serio.

Llegaste a tu casa, donde te esperaba Dabi.

"¿Sabes la hora que es, bebé? En donde chingados estabas? te dijo enojado.

"No te esponjes, te traje un regalo" le dijiste desanimada. "¿Eso es suficiente para que ya nos dejes en paz?"

Dabi observó el USB, "si esto es lo que yo creo que es, habrías completado tu misión" te dijo y exhalaste con gran alivio. "Pero, ¿quién dice que yo quiera dejarte en paz a tí, mi bebé?"

Dabi te jaló y te sentó en sus piernas. Era bastante incómodo para ti estar encima de alguien más.

"Eres muy divertida, me gustaría divertirme más tiempo contigo" susurró en tu oído.

Te acarició el rostro con sus manos; sorprendentemente estaba siendo muy gentil. Pensaste entonces en cómo Aizawa te acarició el rostro también y empezaste a llorar.

Dabi secó tus lágrimas,

"Eres infeliz gracias a mí, no es así? Bien, dejaré que me castigues..."