Hayir ( Hayir Robot - Hayir Yildiz)

5. Irritante

Dicen que no hay nada más irritante que el deseo de ver una planta florecer y que engañe a dos primaveras sin dejarse ver en su esplendor, quizás es como esas mañanas de inicios que prometen ser fuctíferas y coloridas como las flores, pero en realidad son carentes de alegría, como la primavera llena de polen irritante, pero sin poder ver la belleza de una flor.

Sin embargo Eda por suerte nunca se queda sin ver una flor durante toda una primavera, porque ella busca la forma siempre de que florezca todo con su positividad.

Eda esta mañana ha estado nerviosa pensando en cómo presentarse a esa oficina, quiere sentirse como en primavera, llena de color e ilusión, por ello duda en qué elegir para ir vestida en su primer día: realmente ama vestir cómoda, de colores alegres y no sobrios pero también le gusta la moda. Ha sacado un vestido de colores suaves formal en primera instancia, pero al notar el día tan sumamente caluroso y ver de nuevo los pantalones blancos cortos impolutos recién lavados de nuevo por las manos de su tía sonríe.

Realmente según el correo de su profesor hoy sólo conocerá la empresa, no tendrá ninguna reunión ni nada similar y sospecha que ir vestida de manera informal molestará a Serkan, por otro lado no tiene porqué impresionar a nadie y decide usar esos mismos pantalones con una sencilla camiseta azul y sacar una americana del mismo tono azul pastel, mientras para contrastar saca unos precioso zapatos rojos a conjunto con su bolso y sus gafas para darle un toque alegre.

Se mira en el espejo y se siente bien, va formal pero informal a su vez, realmente si se quitase la americana podría ir así incluso a la playa piensa, recordando como Serkan le pregunto si iba a la playa por ir con esos mismos pantalones ayer, y aunque él pretendía que sonase a ofensa, a Eda no se le ocurre mejor plan para un día soleado de verano, recordando su último baño en una playa italiana hace unas semanas.

Cuando estaba allí echaba de menos Estambul y ahora que está en Estambul anhela la sensación de sentirse en una película antigua y rodeada del encanto europeo.

Mira hacia su maleta que aún sigue arrinconada en una esquina, recordándole que está esperando por ella para volver a Italia y se plantea si hace bien quedándose o por el contrario debería de mirar más allá e intentar cumplir su sueño de ser una arquitecta reconocida en Europa.

Sin embargo las risas y voces de sus amigas y su tía la hacen recordar que ha tomado una gran decisión, ellas son su familia, distinta a la estructura estándar,pero son la suya y ama a todas y cada una de ellas, y puede llegar a ser una arquitecta reconocida también trabajando en la ciudad que la vio crecer y donde se encuentra su hogar.

Eda sonríe mirando la escena de las personas que más quiere sentadas en torno a un desayuno colorido y riquísimo que sus amigas han preparado junto a su tía para desearle un gran primer día, en el cual los besos y abrazos han volado por encima de uvas, dulces, té y café.

El ánimo de Eda no puede ser mejor cuando se dirige a Art Life en el viejo jeep de la floristería Yildiz, es un reformado y mil veces restaurado jeep que tiene casi la edad de su conductora, sin embargo no lo cambiaría por nada, por ello no se avergüenza de su coche con mil dibujos de flores cuando pasa por la puerta de Art Life donde un presumido tiene en medio un coche negro descapotable que tiene que esquivar porque el espacio es estrecho ya que iba pasando un coche por el carril ocupado, Eda pasa demasiado cerca de ese coche y juraría que ha oído algo pero sigue adelnate, porque ya va tarde y tiene que buscar aparcamiento, no sin poca dificultad.

Veinte minutos después Eda se mira en el espejo retrovisor cuando ha conseguido aparcar y se pinta sus labios para levantar su ánimo que no va a permitir que decaiga.

Camina hacia la oficina con calma disfrutando del paisaje, la calle está llena de árboles que puede reconocer y la entrada de Art Life es relajante con tantos setos verdes.