44. Indicado

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Dicen que nunca es el momento indicado 

Dicen que nunca es perfecta la realidad a las expectativas

Que no somos más que lo que soñamos anhelando despiertos

Y que pocas veces la realidad supera a lo que nuestro subconsciente idea

Dicen que no hay momento indicado sino persona indicada

Y que no hay lugar o espacio perfecto sino estado indicado

Y es que da igual como hagamos o planeémos las cosas

Porque sí, la vida es eso que ocurre mientras hacemos planes

¡Y qué bonito es disfrutarla sin plan, ni prisa, ni tiempo indicado!

Así es como Serkan y Eda han pasado las últimas horas en esa cascada. Que han disfrutado en la tranquilidad de la naturaleza, solos por completo, o por el contrario sintiéndose menos solos que nunca, y es que no es solo la comunicación de la piel sino de las miradas y las palabras las que han hecho magia para recuperar la paz entre ellos y sobre ellos mismos que ambos merecían.

Ha sido liberal sus recuerdos y temores sin miedo lo que les ha permitido realmente llegar al otro, y ojalá haberlo hecho antes pero realmente no hay un antes o un después posible, porque simplemente ha ocurrido en el momento indicado.

Quizás si fuera antes no valorarían tanto el preciso instante en que echan una última mirada a ese enclave de ensueño y se toman de la mano subiendo esas escaleras, ahora juntos que anteriormente bajaron separados y se sonríen de medio lado como de fácil es ascender de la mano de alguien, porque puedes hacerlo solo pero el camino es más bello acompañado.

serkan sonríe pensando en cómo pudo estar tan ciego queriendo estar siempre solo mientras Eda se sonroja antes de mirar de reojo a Serkan sin su camiseta, la cual aún sigue sin secarse y ríe.

-No te rías-pide Serkan cuando llegan al último escalón.

-Tamam-dice mirándolo cuando llegan al coche-De nuevo alquilaste un Hammer.

-Evet-responde afirmativamente soltando su mano para sacar una camisa de repuesto.

-Siempre tan previsor Serkan Bolat-observa ella.

-Siempre tan observadora Eda Yildiz-responde él mientras ella mira encantada ese coche mordiéndose los labios.

-Que joya- susurra Eda observándolo, colocando una mano en el cristal del mismo para ver el interior y soltar un silbido.

Serkan observa como Eda mira ese coche con admiración y una sonrisa tan esplendorosa como la de un niño ante un juguete prohibido y recuerda esa conversación en la que Eda le decía que una mujer puede manejar su destino, un velero o un hammer. Y no es que no la creyera, sino que siempre había sido protector por defecto al haberse criado junto a una atrevida hermana, pero ella no era su hermana a la que tampoco le dejaba el timón de un velero ni el volante de su coche. No puede compararlas, aunque a veces, coincidan en muchas cosas, en tantas que no negará que pareciese una confabulación del destino, sin embargo la mujer que tiene en frente es Eda Yildiz no Şefkat Bolat, aunque sea duro su hermana ya sólo puede observa desde la noche como una estrella, sin embargo la estrella que tiene frente a él sí puede vivir y disfrutar experiencias.

Serkan cierra la puerta del maletero de donde tomó su camisa de repuesto y mira a Eda decidido a disfrutar y exprimir cada momento, a vivir y tiende las llaves.

-¿Qué?-pregunta Eda confusa.

-¿No querías conducir un Hammer?-plantea Serkan dando la vuelta al jeep dejando estupefacta a Eda.

Hayir ( Hayir Robot - Hayir Yildiz) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora