33. Interés

2.6K 122 901
                                    

Nunca hay interés sin sentimientos

Y nunca hay sentimiento sin interés

Puede significar tanto tener interés y es tan distinto estar por interés...

Pero hay algo común y es que sin interés no hay curiosidad y sin curiosidad no se conoce a nadie... Ni a nosotros mismos.

Conocernos nos hace crecer, evolucionar a pesar del caos que puede ser la vida mientras intentamos encontrar nuestro lugar en el mundo, tenga lógica o no...

Sin embargo, el viaje hacia descubrir que nos motiva e interesa a través del caos es lo que es la vida...

Caos que se compone de alegría y penas, momentos buenos y malos. Y si, uno puede sentirse cohibido y triste por los cambios bruscos o puede ver el caos como algo que admite dinamismo y emoción a su vida.

Muchos dirían que es una locura estar feliz y dichoso cuando hay tantos cambios en tu vida, como ahora le ocurre a una Aydan  que parece eufórica y llena de energía al ver llegar a Eda y Serkan prometiendo quedarse todo el fin de semana con ella para apoyarla en lo que ambos imaginaron que sería una serie de llantos por un matrimonio perdido de más de tres décadas. No obstante,  Aydan se siente liberada, pues ya no tiene interés en un hombre que ya no ama, ya no le interesaba mantener un matrimonio que no era nada, sino el eco de lo que una vez soñó.
Es por ello que los sorprende exultante y sonriendo, accediendo a plantar las bellas plantas florecidas que trae Eda, en lugar de la hoguera que Serkan ha prohibido encender.

Esas flores que Eda trajo de paso, al haber ido previamente por la floristería Yıldız dónde dejar las órdenes de reparto preparadas, para cuando su tía volviese de Mardin, en teoría el lunes, así como avisar a una somnolienta Melo de donde estaría para que no se preocupase.

Sin embargo duda que su amiga la haya oído pues Melo los sábados hasta las once no es persona, y nadie más sabía donde estaba, pues Eda se había encargado de pasar sigilosamente por el salón donde Ceren y Fifi dormían cerca de la mesa donde observaba el Monopoly presente y los billetes en el lado negro como era de esperar.

Eda le encantaban esas noches de Monopoly con sus chicas, no quiere que las chicas sientan que pierde interés en la amistad por el amor, así que se promete buscar un equilibro y recuperar esa noche de juegos, aunque en absoluto se arrepentía de haberse perdido la de la noche anterior, porque saltar al vacío junto con Serkan le había proporcionado esa sensación de calma tras el caos que aún le provocaba cosquillas en su interior, que aún la hacía sonreír.

Estaba ilusionada y emocionada, cosa que le gustaría explicarles, aunque ya habría tiempo, pidiéndole a Melo que no contase nada a las chicas hasta el domingo por la noche cuando volviese, aunque una parte de ella asumía que era un imposible si Melo en su duermevela la había oído, pues la boca de Melo se abría con más facilidad que con la que se abre una flor al sol.

En esos pensamientos se había quedado Eda en un estúpido intento de leer un libro que tenía a medias en su bolso, tras comer bastante tarde ese sábado de jardinería con Aydan y Seyfi, mientras por petición de la propia Eda, Serkan se refugiaba en el trabajo para no pensar demasiado en lo ocurrido con Alptekin.

-¿Habéis acabado con la jardinería?-pregunta Serkan rodeando a Eda desde atrás.

-Creo que sí-le contesta sonriendo.

-¿Y mi madre?-pregunta Serkan.

-Pues subió a cambiarse, pero lleva mucho rato-dice Eda comprendiendo que ha leído tres capítulos de ese libro.

-¡Seyfi!-llama Serkan.

-Serkan Bay.

-¿Y mi madre?-pregunta.

Hayir ( Hayir Robot - Hayir Yildiz) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora