Hayir ( Hayir Robot - Hayir Yildiz)

37. Navegar

Dicen que navegamos en aguas mansas y surcamos tormentas...
Que flotamos en agua salada y nadamos en agua dulce...
Sin embargo nadie dijo que uno no pudiese ahogarse en un vaso de agua y es dulce, ni que hay tormentas en las que se navegan durante años hasta que conseguimos disfrutar del trayecto y comprendemos que no depende del estado del mar si un trayecto se convierte en una pesadilla o en un sueño, sino que es nuestra actitud la que hace de un viaje un recuerdo tormentoso o un recuerdo placentero.

Y es que todo trayecto tormentoso lleva en algún momento a un remanso de paz, a disfrutar de la travería a navegar...

Y eso es lo que piensa Serkan al amanecer junto a la estrella que la ha guiado en la etapa más tormentosa y placentera de su travesía.
Y es que no puede dejar de pensar que al fin navega, en vez de surcar su vida, como una travesía.

Es fácil pensar así cuando amaneces en los brazos de alguien correspondido, y sí, es un sueño en sí mismo más que descansar el cuerpo 8 o 6 horas...
Serkan tiene costumbre de dormir 6 horas los días de vacaciones y 4 los días laborales, mientras que Eda es capaz de dormir 10 horas del tirón al igual que es capaz de no dormir una noche por la emoción de acabar un proyecto.

Quizás el término medio estuviese en 8 pero la realidad es que Serkan lleva más de una hora consciente de lo que le rodea pero sin abrir los ojos, simplemente navegando en duermevela y con el placer de sentir a Eda cerca, con su brazo encima de ella y pudiendo inhalar el aroma de su cabello que juraría que antes olía a lavanda , pero ha entendido que es su ropa la que lo hace, ella huele a una flor casi tan bella y defensiva como ella; una rosa. Y lo reconoce porque su piel sabe a agua de rosas como bien comprobó la noche anterior a través de los besos que regaló a su cuerpo como demostración de todo lo que ella le regala a su vida, un sentimiento que cada vez está más seguro que siente pero que sabe que Eda teme mencionar.

Y es que Serkan sabe que está enamorado, porque nunca se quedaría un sábado, que para él es día laboral, una hora mas de lo habitual dormido entre los brazos, no de morfeo sino de otra diosa, por ello ha dejado pasar una hora más admirando a la misma diosa.

Juraría que hacía siglos que no dormía ocho horas en esa cama, quizás nunca ha dormido ocho horas sin estar de vacaciones en esa casa, o tal vez lleva sin dormir ocho horas del tirón desde hace años hasta que ha llegado ella, y es que así es el amor, le da vueltas a todo en tu vida y tiene lógica porque es ese sentimiento el que se lo dice.

Quizás Eda sin saberlo representa eso, da igual lo que haga pero termina siempre convenciendo a Serkan, independientemente de lo que se proponga, porque la quiere y aunque no tiene lógica a veces eso basta, aunque también es cierto que Eda escucha y entiende a Serkan, y sabe que si le da una razón o busca una lógica por retorcida y alejada que parezca el dirá que si.

Eda se remueve y Serkan sonríe al reconocer ese gesto en la cara de Eda de tristeza por despertar que ya entrevio la primera vez que durmieron juntos y ahora le parece aún más adorable ese puchero cuando suena ese mmy mmy mmy de sus labios despertandose poco a poco arrastrando su cara por la almohada.

Serkan no puede contener una risa susurrada cuando Eda es consciente de esa voz y entreabre los ojos mirando hacia atrás, encontrándose con Serkan apoyando su cara en su mano y mirándola.

Eda suspira y cierra los ojos para comprobar que no es un sueño.
Saca la mano que tenía bajo la almohada y la lleva bajo su pecho como tiene por costumbre cuando nota la mano de Serkan ahí y entonces mira hacia abajo encontrándose con una imagen que la hace sentir que flota, como cuando navega en esos ferries que le dan la paz en sus paseos solitarios por El Bósforo, y quizás Serkan es también paz para ella y por ello agarra la mano y sonríe.