Capítulo 6

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Miriam

La reunión tal como intuí fue de lo más introductoria. El equipo directivo repasó los dictámenes y planes individualizados vigentes, presentaron a la profesional de equipo del equipo de asesoramiento psicopedagógico del departamento de educación y acordamos una segunda reunión a un mes vista.

Aunque durante la reunión no podía parar de pensar en lo que había escuchado antes de la reunión. Analicé la actitud de Alba y Nerea, flanqueando a Ana, siempre atentas a lo que ella pudiera requerir. Pero lo que más me chocó fue que Alba dejó entre ver que Mimi era la que mostraba interés por Ana, cuando lo que había visto yo hasta aquel momento era más bien al revés. 

Aquello no me gustó, los murmullos a escondidas, las tergiversaciones e usar el pasado de alguien para alimentar los cuchicheos. Me parecía del todo injusto, además que me enfadaba especialmente porque delante de Mimi su actitud era del todo distinta. Eso era lo que en parte me descolocaba, ¿Qué carallo buscaban? ¿Si no la soportaban, por qué a la cara todo era halagos? 

- Bien pues si todo ha quedado claro y nadie más quiere aportar nada, damos la reunión por finalizada y nos vamos a comer.-dijo Ana cerrando la junta.

Nadie dijo nada, así que dimos por finalizada aquella asamblea. Me levanté de la silla, recogí mis cosas y di un sorbo a la botella de agua que llevaba junto a mí.

- ¿Y esta?-escuché que susurraba Nerea clavando su mirada en mí.

De nuevo los cuchicheos y esta vez me había tocado a mí. Intentaban disimular pero no es que se les diera especialmente bien esa tarea.

- Pues no sé, amiguita de Mimi, solo habla con ella.-respondió en un murmullo Alba en un tono simplista.- Aunque el otro día se discutieron de lo lindo, llevan un rollo rarísimo.-añadió.

Aquello me hizo pensar en las palabras de Mimi. Tensé la mandíbula. No me gustaba nada aquella fea costumbre que tenían ese par de meterse donde nadie les llamaba y además, ir cuchicheando sin disimulo.

- Que rara.-respondió Nerea sin apartar su mirada de mí.- ¿Tú crees que es bollera? La veo yo muy pijita como para que le gusten las tías.-preguntó inmersa en la tertulia.

Aquello me cabreó de sobremanera. Sí, lo era pero ¿acaso aquello debía ser motivo de cotilleo? ¿acaso mi forma de vestir podía determinar algo? Me estaba siendo sumamente complicado morderme la lengua. Además que cabe recordar que ellas eran parte del equipo directivo y no me hacía especial ilusión tener un encontronazo con ellas.

- Las pijitas ahí donde las ves son las más bolleras de todas.-comentó con desdén Alba.- ¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso te gusta la rarita?-preguntó alzando las cejas. 

- ¿A mí? No, no, no, bueno a ver, es guapa pero, no, no.-respondió nerviosa Nerea.- Lo decía por lo que decías de Mimi.-se excusó rápidamente.

Lo que me faltó escuchar. Clavé mi mirada en ellas alzando una ceja, claramente enfadada. Nerea nerviosa miró a Alba. Esta me miró y sonrió con una de sus mejores sonrisas. Falsa, obviamente.

Ana, los docentes de lenguas extranjeras y la profesional externa se marcharon y ellas trataron de salir tras Ana pero obviamente no iba a permitir que aquello se quedara así.

- Esperad, Alba y Nerea, ¿podéis quedaros un momentito? Es que quería comentaros un temita.-dije fingiendo amabilidad.

Ana ni siquiera prestó atención a mi injerencia y ellas dos se miraron y se quedaron donde estaban. Nos habíamos quedado solas. Me acerqué con paso firme y la mandíbula tensada. Con un cabreo monumental.

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