Capítulo 12

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Mimi

- Chica, la puerta, la puerta.-dijo Miriam nerviosa tratando de cerrar la puerta.

- Chiquilla, que ya nos ha visto, que ahora por mucho que cierres la puerta, no lo puede desver.-respondí jocosa.

Miriam resopló y se tapó la cara con cierta timidez.

- Sí, ahora ponte vergonzosa...-dijo María buscando a Miriam con la mirada.- Si es que ya me lo olía yo, tan buen rollito, tanta miradita, tanta desesperación buscándola...-dijo como para sí misma.

Miré a Miriam alzando una ceja y con una sonrisa burlona.

- A ver, tampoco te pases, eh, que solo me asusté al no verla por ningún lado después de verla agobiada.-dijo tratando de restarle importancia a las palabras de María, sin darse cuenta de que se estaba delatando. 

Había estado más pendiente de mí de lo que creía. Volví a lanzarle la misma mirada y nerviosa negó y se levantó.

- Ay mira ya, no puedo con vosotras, me voy con los niños.-dijo tratando de marcharse para evitar quedar descubierta.

- Oye pero no te enfades, si a mí me encanta que me mires.-dije atrapando su brazo atrayéndola ligeramente hacia mí.

Su mirada se enterneció y se posó sobre mis ojos. Hizo una mueca con la boca que provocó que fugazmente se le formaran hoyuelos alrededor de la comisura de los labios.

- Ahora mismo, me siento Lumière de La bella y la bestia.-comentó María a la vez que sacaba rápidamente un mechero de su chaqueta y prendía la llama de este.- Suena una canción, que hace suspirar...-canturreó.

Ambas reímos ante la intervención de María y decidimos salir. Fuimos hacia los exteriores donde nos esperaban los alumnos y los padres. Retomamos la visita, aunque esta vez de un modo muy distinto, Miriam y yo ya no estábamos distantes. Volvieron esas miradas, ese vértigo al sentirle cerca, ese olor que su perfume emanaba y que me nublaba la razón. Hacía tiempo que no sentía ese pellizco por alguien y eso, me mantenía en alerta aunque no iba a ponerle freno.

- ¿Mimi?-preguntó Miriam sacándome de mi ensimismamiento.

- D-Dime.-dije nerviosa.

Me lanzó una mirada hacia el grupo, aunque no entendí muy bien a qué se refería.

- La observación reflexiva.-dijo en un murmullo tratando de disimular algo nerviosa.

- Aaahh... la observación.-dije haciendo ver que me acordaba, pero únicamente intentaba ganar unos segundos para saber de qué me hablaba.- Ah, sí, sí la observación reflexiva.-dije en cuanto vi qué teníamos delante.

Miriam negó con la cabeza, tapándose la cara con la palma de la mano derecha.

- Equipo, ahora haremos una cosa.-empezó a explicar Miriam.- Cada uno de vosotros y vosotras, cogerá su libreta y su lápiz, daréis una vuelta por la exposición, observando las diferentes obras y anotaréis cuál es la que más os ha llamado la atención y el por qué. Aquí os hemos preparado una guía que os ayudará a escribir el por qué.-dijo con las fotocopias que habíamos preparado.

Repartimos las fotocopias y los niños fueron dispersándose por el centro de arte. Miriam no dudó en acercarse cuando quedamos prácticamente solas.

- Te fuiste a Albacete eh.-dijo burlona.

- Por una vez que soy yo... La de veces que tú te vas a la luna como cerca.-respondí en el mismo tono que ella.

- Murió de exagerada.-respondió rodando los ojos.- ¿Has visto lo de la reunión?-preguntó sin aquel tono burlón.

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