Capítulo 10

1.2K 109 180
                                    

18 de setiembre de 2021, Madrid

Miriam

Noe abrió los ojos como platos, estaba alucinando. Mientras que yo quería excavar un agujero en la tierra y meterme allí durante un tiempo. 

- Yo estoy flipando ahora mismo.-dijo Noe algo más flojo, como para sí misma.

- Mimi, esta es mi compañera de piso, Noe.-dije rodando los ojos.

- ¿Perdona?-preguntó con una fingida sorpresa- Me traes a Mimi, supongo, ¿y me presentas así? A tu vergüenza ni se la conoce ni se la espera, Rodríguez.-añadió cruzando los brazos sobre su pecho.

- ¿Soy famosa por esta casa?-preguntó Mimi divertida ante el comentario de Noe.

- Ay si tú supieras...-dijo Noe riendo.

Yo, muerta de la vergüenza, debía estar más roja que los tomates de la nevera. Negué con la cabeza. Menudo dúo acababa de conocerse... 

- Uy, pues mira, ahora me gustaría saber.-dijo mirándome con una amplia sonrisa maliciosa.

Antes de que Noe empezara a relatar a saber qué momentos, sonó un teléfono. El sonido venía de mi habitación y mi teléfono no era, así que solo podía ser el de Mimi. La granadina fue hacia la habitación con decisión.

- Estoy flipando contigo ahora mismo, yo pensaba que bueno habría cuatro besitos tontos, TIA PERO QUE HABÉIS FOLLADO.-dijo en un susurro aunque gesticulando muchísimo.- Si es que ya decía yo que esos suspiros no podían ser de pesadilla.-añadió con una pequeña risita.

- Noe, ya.-dije tratando de cortar las bromitas de mi amiga.

- No me puedes decir Noe, ya, cuando llegas a las tantas haciendo muchísimo ruido, FOLLAS EN LA HABITACIÓN DEL LADO, pero es que encima no es con un ligue cualquiera, no, no, es con la rubia que te trae de cabeza desde punto y hora que la viste.-expuso con esa gracia que tenía cuando se indignaba.

- Ay chica, qué exagerada, ni tanto. Tampoco te debiste enterar demasiado porque no hicimos ruido apenas.-traté de excusarme.

- Mira, no voy a ponerme a recrear los ruiditos porque a esta muchacha la acabo de conocer y no quiero asustarla tan pronto, pero de verdad que a tu vergüenza ni se la conoce ni se la espera por aquí.-dijo negando con la cabeza.- Que el barco estaba vacío decía la tonta esta, el barco va viento en popa y a toda vela.-añadió haciendo un movimiento de hombro rápido.

Rodé los ojos y Mimi salió de la habitación totalmente cambiada y con el semblante serio. Fruncí el ceño. 

- Bueno, me tengo que ir.-dijo esquivando la mirada.

Aquella actitud me descolocó todavía más. Noe me miró fugazmente también sorprendida y se marchó para dejarnos a solas. 

- ¿No quieres desayunar?-pregunté aunque una parte de mí sabía que la respuesta iba a ser negativa.

- No, no, tengo prisa.-negó con la cabeza.

- Bueno como quieras.-respondí suspirando. 

Avanzó por el pasillo y fui tras ella. El miedo poco a poco empezaba a instalarse en mí por mucho que tratara mantener la calma. Llegamos a la puerta, abrió la puerta y me dedicó una mirada fugaz.

- ¿Está todo bien?-pregunté para tratar de entender qué estaba sucediendo.

- Sí, es solo que me ha llamado mi compañero de piso y es algo urgente pero no te preocupes.-dijo tratando de sonar tranquilizadora, aunque su actitud hacía imposible aquel efecto. Estaba inquieta, incómoda incluso.

Que hablenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora