Rompiendo las normas || Sirius Black.

21.

Capítulo 21: Valle de Godric.

Llegando el mes de agosto, la convivencia se estaba haciendo bastante dura para Demetria.

Peleaba con su familia muy seguido, a diario.

No podía aguantar más, no aguantaba ni un solo segundo más entre esas cuatro paredes.

Tras una pelea con sus hermanos Rodolphus y Rabastan, fue a su habitación.

Sin pensarlo dos veces, metió sus cosas en su baúl y a Zeus, su crup, en la jaula.

Bajó las escaleras haciendo ruido por el peso del baúl, captando la atención de todos sus familiares.

-¿Dónde te crees que vas?- Preguntó su madre.

-¡Donde sea! ¡Cualquier sitio es mejor que este!- Exclamó, soltando toda la ira que llevaba por dentro.

-Qué niña tan repelente.- Soltó Rodolphus.

La risa escandalosa de su madre hizo que todas las miradas fueran hacia ella.

-Si no tienes donde caerte muerta. Dentro de dos días estás aquí.

-¿Estás segura de eso?- Dijo Demetria con carcajadas irónicas. -¿Qué apostamos?

-Si no estás aquí dentro de una semana, te deseredamos.

-Como si a mi me importase vuestro asqueroso y sucio dinero.

Se dio media vuelta para irse, pero cuando fue a poner la mano en el pomo de la puerta sintió como si mil cuchillos se estuvieran clavando en su cuerpo.

El dolor inconfundible de la maldición cruciatus.

No supo cuánto tiempo había estado sintiendo ese dolor, lo único que supo fue que ya era de noche cuando tuvo las fuerzas para levantarse del suelo.

Cogió su baúl y a Zeus y se fue de allí tan deprisa como sus piernas le permitieron.

Desde fuera, miró por última la casa de los Lestrange con lágrimas en los ojos y se fue de allí lo antes posible.

Fue a un parque cercano y dejó la jaula y el baúl en el suelo.

Sacó su varita, y pronunció alto y claro.

-Lumos.

De repente, un gran autobús de color morado se presentó ante ella, con un gran letrero que se leía a la perfección.

Tenía frente a ella el autobús noctámbulo.

-Bienvenida al autobús noctámbulo, transporte de emergencia para el mago o bruja abandonado a su suerte. Extienda la varita, suba a bordo y lo llevaremos a donde quiera.- Dijo de memoria el cobrador.

Demetria fue a coger su baúl y la jaula del suelo, pero el chico no la dejó.

-No, no, tú sube. Yo me ocupo.

Demi subió al autobús y tras ella, el cobrador.

Se sentó en uno de los asientos libres y el chico le dio un ticket.

-¿Dónde decías que ibas?

-No lo he dicho. Al Valle de Godric.

-¿Lo has oído, Ern?- Preguntó, dándole golpes a un cristal de lo interior del autobús. -Al valle de Godric. ¡Dale caña!

-¡Eso, dale canita, Ernie!- Exclamó un colgante con figura de calavera.

El conductor Ernie se despertó de golpe ante los gritos, y empezó a conducir.