Rompiendo las normas || Sirius Black.

44.

Capítulo 44: Huida de los Prófugos.

Sirius y Demetria fueron corriendo hacia Remus para que entrara en razón, pero fue prácticamente imposible.

Peter aprovechó que estaban distraídos y cogió la varita del bolsillo de Remus.

-¡Expelliarmus!- Gritó Harry con su varita en mano.

Pero no había nada que hacer.

Peter se transformó en rata y se fue.

Harry iba a ir tras él, pero el aullido de Remus ya transformado en lobo se lo impidió.

Remus se quitó de encima al matrimonio Black y eso preocupó a Adam.

-¡Papá, mamá!

Adam iba a ir tras ellos, pero el profesor Snape salió de la Casa de los Gritos y lo agarró por la camisa.

-Tú no vas a ningún lado, canalla.

Iba a regañar a los cuatro chicos, pero se dio cuenta de la presencia del hombre lobo.

Intentó proteger a los chicos al ver que el lobo se iba acercando, pero este le dio una gran zarpada e hizo que los cinco cayeran al suelo.

Todos se tenían lo peor, el licántropo se iba acercando cada vez más.

Pero aparecieron dos grandes perros y lo atacaron.

Una pelea empezó entre los tres grandes animales.

Los cuatro chicos y el profesor volvieron a ponerse en pie, y el adulto intentó protegerlos poniéndose frente a ellos.

Los dos perros se fueron y el lobo fue tras ellos.

-¡Papá, mamá!- Exclamó Adam.

-¡Sirius!- Gritó Harry.

Los dos chicos salieron corriendo, escapando así del agarre de Snape.

Cuando llegaron, pudieron ver a los dos perros heridos y al lobo en perfectas condiciones para atacar a cualquiera que se le pusiera por delante.

El lobo se dio cuenta de la presencia de Adam y Harry, y comenzó a ir hacia ellos con intenciones de matarles.

De repente, se escuchó otro aullido.

Remus se fue de allí para ver qué había sido ese ruido, entonces, Adam y Harry vieron cómo el matrimonio Black volvía a su forma humana y se iban, notablemente heridos.

-Vamos con ellos.

Harry le hizo caso a su amigo y fueron por el mismo camino que ellos.

Llegaron a orillas de un lago y allí estaban los dos tumbados, como si fuera su final.

Fueron corriendo hacia ellos y vieron las heridas que tenían en sus cuerpos.

-¡No, Sirius!- Gritó Harry.

Harry se quedó junto a su padrino y Adam fue con su madre.

-Mamá, por favor. No me puedes dejar.

Adam dejó de lamentarse al sentir un frío inmenso y vio como el lago comenzaba a congelarse.