33.

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Capítulo 33: Noticia Inesperada.

-¿Y bien, pareja Black? ¿Aceptan unirse a la Orden del Fénix?

Después de formular aquella pregunta, Dumbledore dio un sorbo a su copa.

-Profesor Dumbledore, trabajo para proteger al mundo mágico de los magos tenebrosos, ¿cree usted que no me voy a unir?- Respondió Demetria.

-¡Estupendo! No me imaginaba otra respuesta viniendo de usted. ¿Y usted, Sirius, qué me dice?

-Será todo un placer unirme a la Orden, señor.

-Fantástico. Me alegra de que hayan aceptado, estoy convencido de que serán de gran ayuda.

-El placer es nuestro.- Dijo Demetria, educadamente.

-Entonces, mi deber está cumplido. Debo volver a Hogwarts.

Dumbledore se terminó el contenido de su copa de Brandy de un trago y fue hacia la puerta, acompañada de la mujer de la casa.

-Antes de que me vaya, tengo que decirle una cosa, señorita Black.- Dijo antes de salir por la puerta.

-Le escucho.

-No he tenido oportunidad de decirlo antes, pero lo digo ahora. Vuestra boda ha sido la mejor a la que he asistido en mucho tiempo, me alegro de que hayan decidido dar ese paso.

-Muchas gracias, señor.- Agradeció, sintiéndose bastante halagada por el comentario.

-Por cierto, se me olvidaba. Quiero que sepa que sus amigos, el matrimonio formado por Amy y Andrew Stone, también forman parte de la Orden del Fénix.

-¡Genial! Me alegra mucho escuchar eso. Ambos son unos magos excelentes.

Finalmente, Albus Dumbledore salió de casa, y Demetria pudo dejar de fingir y borrar la sonrisa de su rostro.

Porque sí, durante todos esos años en los que vivió junto a Sirius, nada le hizo estar inquieta, pero ese día fue una gran excepción.

Se había pasado horas y horas delante de la gente fingiendo estar alegre y contenta, pero realmente sentía una angustia tremenda.

Al volver al salón, no vio a Sirius por ningún lado, así que supuso que estaría en la planta de arriba de la casa.

-¡Cariño, voy un momento a la casa de Andrew y Amy!- Dijo con el tono de voz elevado para que su marido lo escuchara.

-¡De acuerdo!

Al recibir respuesta, Demetria se metió en la chimenea, y cogió un puñado de Polvos Flu.

-Hospital San Mungo.

Lanzó los polvos con fuerza y decisión y apareció al momento en el hospital de enfermedades y heridas mágicas.

Tras explicarle a las sanadoras lo que le sucedía, se la llevaron a una sala para hacerle unas pruebas y confirmar lo que le pasaba.

Estuvo unos cuantos minutos esperando los resultados con algo de impaciencia en una silla del pasillo.

Sus nervios aumentaron repentinamente en cuanto vio a su enfermera dirigirse hacia ella.

-¿Y bien?- Preguntó impaciente.

-Enhorabuena, estás embarazada de casi dos meses.

Al ver que no daba crédito, la sanadora se fue para dejarla sola y que asimilara la noticia.

Tras estar unos minutos más en el pasillo repitiendo mentalmente las palabras que había dicho aquella mujer, se fue a su casa.

Cuando llegó mediante la red flu, vio a Sirius sentado en el sofá del salón, esperando la llegada de su esposa.

-¿Y bien? ¿Qué tal todo por la casa de los Stone?

-Sirius, yo...

-¿Ocurre algo?- Preguntó preocupado, al ver que Demi tenía el rostro completamente pálido.

-Haber como te cuento esto.- Susurró mientras que se sentaba a su lado, en el sofá. -No he ido a ver a mis amigos.

-¿No? Eso fue lo que me dijiste.- Dijo algo confundido. -¿Dónde fuiste entonces?

-A San Mungo.

-¿Qué? ¿Por qué? ¿Te encuentras mal, te duele algo?

-Sirius, estoy embarazada.

El rostro de Demetria era notablemente de preocupación y tristeza, pero al ver la reacción de Sirius, pasó a uno un poco más alegre.

-Estás embarazada...- Repitió, casi en un susurro. -¿Voy a ser papá?

La chica asintió con la cabeza empezando a emocionarse.

Sirius agarró su mano y empezó a acariciarla, mientras que en su rostro se formaba una sonrisa que le llegaba de oreja a oreja.

-Sabes que eso es una noticia fantástica, ¿no?- Aseguró Sirius.

-Bueno, no sé.

-Sí, claro que lo es. Tienes dudas, por eso tenias esa cara.

Sirius empezó a reír, alegrando a su mujer.

-¡Vamos a ser papás! ¡Vamos a ser papás!- Gritó Sirius repetidas veces.

Al tener su mano todavía sobre la de ella, se levantó del sofá y Demetria tuvo que repetir su acción al ser tirada por él.

-No esperaba que reaccionaras así.- Admitió Demi notablemente emocionada. -Pensaba que no te iba a gustar la noticia.

-¿Cómo voy a reaccionar entonces? Gracias a ti voy a tener un precioso hijo, ¡un pequeño cachorro!

Ambos rieron y Sirius la abrazó con ganas.

-¿De cuánto estás?

-Según las enfermeras, de casi dos meses.

-Es el mejor regalo que me has podido hacer. Te prometo que a ese bebé no le va a faltar de nada y va a ser muy feliz. Feliz Navidad, mi amor.

-Feliz Navidad, Sirius.

Siete meses después, más concretamente el trece de Julio de 1980, nació el hijo del matrimonio formado por Demetria y Sirius Black, llamado Adam Remus Black.

Su padrino no podía ser otra persona, tenía que ser Remus Lupin, íntimo amigo de la pareja Black.

Sin embargo, Lupin no se lo esperaba para nada, pero estuvo encantado con la noticia y se sintió muy afortunado.

Dieciocho días después, nació Harry James Potter, el hijo del matrimonio formado por Lily y James Potter.

En este caso, el padrino fue Sirius Black, el mejor amigo de James, y aunque todo el mundo lo sabía desde que anunciaron el embarazo, Sirius no podía evitar alegrarse cada vez que se acordaba.

Rompiendo las normas || Sirius Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora