Rompiendo las normas || Sirius Black.

47.

Capítulo 47: Lord Voldemort en el Ministerio.

Al verla, Adam se abalanzó hacia Bellatrix pero ella le lanzó otra maldición.

Él la esquivó escondiéndose detrás de la Fuente de la Hermandad Mágica, ya que el conjuro pasó volando sobre él y chocó contra las puertas en el otro extremo.

Bellatrix paró de correr y no se oyó nada durante unos segundos, hasta que la bruja habló.

-¡Sal! ¡Sal, pequeño Adam!- Le llamó con voz burlona, similar a la de una niña chica.

Al ver que no respondía, volvió a hablar.

-¿Para qué me seguiste entonces? Intenté matar a mi querido primo, y también a la entrometida de tu madre. ¡Pensaba que me ibas a enfrentar!

-¡Y eso haré!

Adam sentía demasiado odio acumulado hacia esa mujer.

Salió de su escondite con varita en mano, y no pensó dos veces en la maldición que tenía que lanzar.

-¡Crucio!

Bellatrix se quejó ante el hechizo.

El maleficio la había derribado, pero siguió estática en su sitio, sin retorcerse de dolor y sin gritar.

Adam se escondió nuevamente al finalizar la maldición imperdonable.

Ella lanzó un contra hechizo que dio en la cabeza de él, haciéndole volar por los aires.

-Nunca has usado una maldición imperdonable, ¿verdad?- Gritó con su voz normal, no con la voz de niña pequeña. -Tienes que desear causar dolor, y al parecer, aunque traté de matar a tus padres no quieres hacerme sufrir. Te enseñaré cómo se hace.

Adam le estaba dando la vuelta a la fuente cuando la escuchó.

-¡Crucio!

El chico se vio forzado a agacharse.

-¡Vamos, pequeño Black! No puedes ganarme.

Podía escucharla moviéndose hacia la derecha, tratando de tener una mejor visión sobre él.

Retrocedió alrededor de la estatua alejándose, escondiéndose.

-Fui y soy la sierva más leal del Señor Tenebroso, aprendí las Artes Oscuras de él y conozco hechizos de tal poder que tú, patético mocoso, nunca podrías pretender competir contra ellos.

-¡Stupefy!- Gritó Adam.

Había avanzado hacia la derecha y le había apuntado a la espalda mientras ella iba alrededor de la fuente.

Bellatrix reaccionó tan rápido que él apenas tuvo tiempo para volver a esconderse.

-¡Protego!

El destello de luz roja rebotó hacia él.

Adam se agachó detrás de la fuente.

-Te voy a dar una oportunidad.- Gritó la mujer. -Haz que ese tal Potter me entregue la profecía y puede que te perdone la vida.

-Pues tendrás que matarme, ¡porque ya no existe! Y Voldemort lo sabe, tu viejo amigo lo sabe. No estará muy contento contigo, ¿no?

Adam se burló de ella mientras reía escandalosamente.

-¿Qué estás diciendo, niñato?

-La profecía se rompió. ¿Qué crees que dirá Voldemort al respecto?