Capítulo 38: El Mapa del Merodeador.
A los pocos días tuvo lugar el partido de Gryffindor contra Hufflepuff.
El tiempo no ayudaba en absoluto, puesto que estaba lloviendo y hacía mucho frío a consecuencia de la proximidad de los guardianes de Azkaban.
Sirius y Demetria se enteraron de esa noticia, y sabían que Adam estaría jugando.
Para comprobar que no pasara nada con la rata de Ron, es decir, con Pettigrew, decidieron ir transformados en perros.
Ambos se quedaron en los terrenos de Hogwarts, fuera del campo de juego.
Ningún estudiante los podía ver, sólo los jugadores por la altura en la que jugaban, pero estaban demasiado concentrados como para fijarse en un par de perros.
La mujer no pudo evitar sentirse orgullosa al ver que su hijo jugaba al quidditch, al igual que ella cuando cursó su sexto año en Hogwarts.
Demetria pudo ver en las gradas a Draco Malfoy, el hijo de Lucius.
No le costó demasiado reconocerlo, pues era una copia exacta de su padre.
Lo primero que pensó nada más verle, fue que si ella se hubiera querido casar con Lucius, ese niño no existiría.
Los Black pensaron que nadie los vería durante el partido, pero no fue el caso.
Su propio hijo los vio.
A consecuencia de esto, perdió la posesión de la quaffle.
Ambos notaron cómo su hijo les miraba, pero lo que no sabían, es que Adam supo que eran ellos.
Remus le contó que eran animagos no registrados, más concretamente un perro negro y una perra blanca.
Adam se olvidó por un momento de sus padres cuando vio que Harry caía de su escoba a gran velocidad.
-¡Arresto Momentum!- Conjuró Albus Dumbledore desde la grada.
El hijo de los Black vio a sus padres por última vez, ya que estos se estaban marchando, y descendió en su escoba para ver cómo estaba su amigo.
Esa misma tarde, Adam fue a ver a su padrino a su despacho.
Pegó en la puerta un par de veces hasta que este le dio permiso para entrar.
-Adam, ¿qué haces aquí? ¿Acaso tienes dudas de la lección de ayer?
-Los he visto. He visto a papá y a mamá.
A Remus se le cambió la expresión de la cara y se levantó de su escritorio para cerrar la puerta.
-¿Dónde los viste?
-Esta mañana en los terrenos del castillo. Estaban viendo el partido de quidditch y no me quitaron la vista de encima.
Lupin no respondió, sólo andaba por todo su despacho con sus manos entrelazadas.
-¿Crees que han venido aquí para matar a Harry? ¿O tal vez para matarme a mi?- Preguntó el chico con un hilo de voz.
-Si te digo la verdad, no lo creo. Os podrían haber matado hace ya bastante.
-¿Entonces? ¿Por qué escaparon de Azkaban si no es para matarnos?
-Tengo tantas dudas o incluso más que tú, Adam.
Después de estar un rato pensando y comentando la situación, Adam se fue para que Remus corrigiera los trabajos de sus alumnos.
Luego de un par de días del partido, Harry salió de la enfermería, y las ganas que tenía de ir a Hogsmeade aumentaron.
Harry decidió que iba a usar su capa de invisibilidad para ir, y aunque Adam sí tenía permiso para ir, decidió acompañarle.
Ambos pasaron por el patio de la Torre del Reloj bajo la capa, pero fueron interrumpidos por Fred y George.
Los gemelos les agarraron del brazo y los arrastraron hasta estar dentro del castillo.
-¿Se puede saber qué hacéis?- Exclamó Harry cuando salieron de debajo de la capa.
-¡Sh!- Le mandó a callar George, entregándole un pergamino en blanco.
-¿Qué es esta mierda?
Los dos hermanos soltaron unas carcajadas.
-Mierda le llama. Esa mierda es el secreto de nuestro triunfo.- Dijo Fred.
-Darío nos duele.
-Pero creemos que ahora lo necesitáis más que nosotros.
George se aclaró la voz y puso la punta de su varita sobre el pergamino.
-Juro solemnemente que esto es una travesura.
En ese momento, unas letras se empezaron a ver en el pergamino.
-Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta presentan el mapa del merodeador.- Leyó Adam en voz alta.
Se quedó de piedra.
Sabía perfectamente quienes eran cada una de esas personas.
-Les debemos mucho.- Agradeció George.
Harry abrió el mapa y pudo encontrarse cada uno de los pasillos de Hogwarts y las personas que estaban en él.
Adam se quedó fascinado, sabía que los merodeadores habían hecho multitud de cosas en su juventud, pero ese mapa era una auténtica maravilla.
-Un momento. Ese es...- Dijo Harry.
-Dumbledore.- Le interrumpió Fred.
-En su despacho.
-Paseando.
-Como siempre.
-Este mapa muestra a todos.- Dijo Adam.
-Exacto.- Le dio la razón George.
-¡Genial! ¿De dónde salió?- Preguntó Harry.
-Se lo robamos a Filch en primer año.
-Escuchar. Hay siete pasadizos que llevan a Hogsmeade, pero nosotros te recomendamos.
-Este.- Dijeron al unísono señalando un punto del mapa.
-Os llevará al sótano de Honeydukes, pero daros prisa. Se acerca Filch.- Señaló Fred.
-Y al terminar no olvidéis decir "travesura realizada" si no, cualquiera podría leerlo.
Harry y Adam vieron como el pergamino volvía a estar en blanco.
Ambos empezaron a caminar para irse, pero Fred sujetó el brazo de Adam para frenarle.
-Tú tienes permiso, ¿por qué no has ido con Hermione y Ron?
-Para no dejar solo a Harry. Debe de ser horrible pensar que tus amigos se lo están pasando de maravilla sin ti, así que yo me quedo con él para que no piense eso.
Los gemelos se extrañaron al escucharle, pero les pareció un acto de amistad muy bonito.
Finalmente, Adam y Harry llegaron a Honeydukes y el joven Black se quitó la capa.
Fueron hasta la casa de los gritos donde estaban Ron y Hermione, los cuales estaban siendo intimidados por Draco y su pandilla.
Adam se escondió y Harry, aún bajo la capa, empezó a molestarle de todas las maneras posibles hasta que se fueron corriendo y realmente asustados.
Los cuatro amigos por fin estuvieron juntos y se rieron por la reacción que había tenido Malfoy ante la broma que les había gastado Harry.
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Rompiendo las normas || Sirius Black.
FanfictionDonde Sirius Black se enamora perdidamente de quien menos lo esperaba, una Slytherin. | sirius black x fem oc marauders era.