36.

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Capítulo 36: El Ataque del Dementor.

El uno de Septiembre llegó en un abrir y cerrar de ojos.

Todo el Expreso estaba lleno, así que los cuatro amigos tuvieron que acomodarse en un compartimento en el cual había una persona.

-Debe de estar dormido. ¿Quién será ese hombre?- Preguntó Harry.

-Remus Lupin.- Dijo Adam sin dudar, notablemente alegre.

-¿Cómo lo sabes?- Habló esta vez Ron.

Obviamente Adam no podía decir que estaban frente a su padrino, con lo cual, se quedó sin argumentos.

-Lo pone en su maleta, Ronald. Es el profesor R.J Lupin.

El joven Black sintió un alivio inmenso al escuchar a Hermione.

-Siempre lo sabéis todo.- Se quejó Ron en voz baja.

-Me preguntó qué enseñara...- Dijo para sí mismo Harry.

-Creo que eso es muy obvio. Sólo hay una vacante, Defensa Contra las Artes Oscuras.- Argumentó Adam.

-¿Estará dormido?

-Seguramente.- Le respondió Adam a Harry al recordar que la noche anterior hubo luna llena. -¿Por qué lo preguntas?

Acto seguido, el de gafas cerró la puerta del compartimento.

Harry les contó a sus tres amigos todo lo que estaba pasando con Demetria y Sirius Black, mientras que el hijo del matrimonio se encontraba incómodo al escuchar hablar de sus padres.

Notaron que a medida que pasaba el tiempo, el ambiente se volvían más y más frío.

-Haber si lo he entendido bien. ¿Estás diciendo que ese par de chiflados quiere matarte a ti?- Resumió Ron.

-Pero seguro que los atrapan. Sus caras están en todas partes, todo el mundo está tras ellos.- Dijo su propio hijo.

-Ya pero... Nunca se había escapado nadie de Azkaban.- Murmuró con miedo Ron.

-Es eso lo que los hacen tan peligrosos.- Habló Hermione.

En ese momento, el Expreso de Hogwarts se paró en seco, provocando que todas las personas a bordo se extrañaran y se quejaran.

-¿Por qué paramos? Todavía no hemos llegado a la estación de Hogsmeade.- Preguntó la única chica presente.

Adam se levantó para salir del compartimento, pero un movimiento brusco hizo que se volviera a sentar, más concretamente al lado de Remus.

-Puede que el tren tenga algún problema.- Supuso Harry.

Las luces parpadearon unas cuantas veces y finalmente se apagaron.

Ron miró a través de la ventana y los pocos rayos de sol que había en la calle se desvanecieron porque las nubes inundaron el cielo.

Realmente el pelirrojo se veía asustado.

-Alguien está subiendo al tren.

Nada más escuchar a Ron, Adam movió la pierna de Remus para que se despertara.

La ventana del compartimento se empezó a congelar, y la botella de agua que llevaba Remus, también.

Parecía que toda la felicidad se esfumó de golpe.

El tren se movía bruscamente, haciendo que los chicos se sujetaran a los asientos para no caerse.

De repente, una gran silueta negra cubierta con una capa y que llegaba hasta el techo, pasó por el pasillo hasta que se detuvo frente a la puerta.

Abrió esta con su gran mano, pero sólo estuvo a la vista una fracción de segundo, como si hubiera sentido la mirada de Harry sobre ella.

Y entonces, aspiró largo, lenta y ruidosamente, como si quisiera succionar algo más que aire.

Un frío intenso pasó por encima de todos, pero el frío penetró más allá de la piel de Potter.

Sus ojos quedaron en blanco, no podía ver nada y se ahoga de frío.

El dementor le estaba absorbiendo el alma.

Entonces, Lupin se levantó de su asiento con varita en mano y logró ahuyentar a esa horrible criatura con un hechizo.

Harry quedó inconsciente, sus amigos intentaron reanimarle con palmadas suaves en la cara, moviendo su cuerpo o simplemente, diciendo su nombre.

Al final, el chico poco a poco abrió los ojos.

-¡Harry!- Exclamó Hermione al ver que se había despertado al fin.

-Toma, ten algo de chocolate.- Dijo Adam tendiéndole un trozo de chocolate a su amigo.

Remus y Adam se miraron.

Remus le desafió con la mirada al saber que su ahijado había cogido chocolate de su túnica, pero este respondió con una sonrisa burlesca.

-¿Qué ha pasado? ¿Qué era eso?- Preguntó confuso mientras agarraba el chocolate.

-Un dementor, los guardianes de Azkaban.- Explicó Remus. -Han subido para buscar a Demetria y a Sirius Black.

-¿Creían que podían estar aquí? ¿En el tren?- Preguntó Ron, a lo que el adulto asintió.

-Disculparme, tengo que ir a hablar con el maquinista.- Dijo Lupin yendo a la puerta, pero antes de salir les miró nuevamente. -Come, te sentirás mejor.

Cuando se fue, Harry le dio un mordisco al chocolate.

-¿Qué me pasó?

-Te desmayaste, pensamos que te había dado un ataque o algo así.- Aclaró Adam.

-¿Nadie más se desmayó? ¿Sólo yo?

Adam asintió con la cabeza, un poco apenado por lo que le había pasado a su amigo.

-Yo me sentí raro. Fue como si toda la felicidad se hubiera esfumado de repente.- Habló Ron.

-Pero una mujer gritaba.

-Nadie gritaba, Harry.- Dijo Hermione, acariciando a su gato Crookshanks.

Tras horas de viaje, en el cual la lluvia no cesó ni un momento, llegaron a la estación de Hogsmeade.

Como no podía ser de otro modo, los carteles de busca y captura estaban por todas partes.

Adam se quedó mirando los carteles y, aprovechado que sus amigos estaban subiendo a los carruajes, arrancó tanto el de su madre como el de su padre, y se los metió en el bolsillo del pantalón.

Cuando llegaron a Hogwarts, antes de que el banquete comenzara, Albus Dumbledore dio su discurso.

Anunció que Remus Lupin iba a ser el nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, y se levantó tímidamente de su asiento para recibir el aplauso de los estudiantes.

Para sorpresa de todos, el profesor Silvanus Kettleburn se había jubilado para pasar más tiempo con el brazo que le quedaba, dejando así su puesto de trabajo a Rubeus Hagrid.

El director también avisó que los dementores iban a estar vigilando el castillo por si Demetria y Sirius se atrevían a acercarse, y aunque dijo que no iban a atacar a los alumnos, debían tener cuidado porque se alimentan de los recuerdos felices.

Harry se notaba bastante preocupado, no quería volver a desmayarse, y menos después de las burlas de Draco Malfoy, pero las palabras de Dumbledore y los ánimos de Adam, lograron tranquilizarle un poco.

Rompiendo las normas || Sirius Black.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora