ᴘɪʀᴀᴛᴀ 🏴‍☠️

Capítulo 2.

La embarcación se mueve bruscamente de un lado a otro y escuchan fuertes gritos por parte de la tripulación dando órdenes y corriendo de un extremo a otro. No hay tormenta esta noche, por lo que Harry sospecha que están siendo atacados. Los han alcanzado.

No puede luchar contra la desesperación que lo invade, por lo que no encuentra más opción que ocultarse debajo de las sábanas temblando como un cachorro indefenso, hasta que su madre le arranca las sábanas con brusquedad, mirándolo con el ceño fruncido claramente decepcionada de su cobardía.

—Debes ser valiente, toma tu espada y sal a defender a los nuestros. Honor y gloria.

Harry la mira con profundo temor, con los ojos muy amplios tal vez esperando que todo sea una mala broma que todos han planeado por ser su primer viaje. Su madre realmente no esperará que él luche contra esos vándalos, ¿o sí? ¿Él? Debe estar bromeando, claro que sí.

—¿Qué esperas? —Insiste, todavía con el ceño fruncido. Harry debe hacerse a la idea de que nada de esto es una broma. Está pasando. Están siendo atacados realmente y su madre sí espera que él luche de verdad.

Toda la nave tiembla con la fuerza de los disparos, y Harry se cubre las orejas firmemente, su pequeño cuerpo temblando con la fuerza de cada impacto que recibe la nave. Su estómago sigue retorciéndose con la fuerza de su ansiedad, y jura que está a punto de vomitar de nuevo.

—Y-yo no puedo.

—Sí puedes. Es hora de poner todos estos años de entrenamiento en práctica. Sabes luchar, te he visto hacer esgrima durante muchos años. —Traga saliva con dificultad, intentando ser lo más disciplinado posible.

¿Cómo le explica a su madre que odia los enfrentamientos y que sería incapaz de clavar su espada en una persona? Harry puede ser todo menos un asesino. No se llenará las manos de sangre por ningún motivo, no quiere vivir con eso en su conciencia por el resto de su vida.

Siguen escuchando gritos y espadas chocando entre sí, pero Harry no puede moverse de su posición, está congelado del pánico. Todas sus pesadillas se están haciendo realidad y no hay manera de escapar de eso porque están en medio del jodido océano, a tres días de su destino. Entonces Anne decide tomar el control y toma la espada de su hijo, saliendo del camarote dispuesta a luchar.

Se siente muy cobarde en este momento al ver a su madre actuar con tanta valentía, dispuesta a luchar por primera vez aunque jamás lo haya hecho. Lágrimas de frustración comienzan a brotar de sus ojos pensando en todas las posibilidades que tendrían de sobrevivir a esto, y francamente no logra pensar en nada positivo ya que los piratas tienen fama de ganar todos sus enfrentamientos cuando están en su terreno. En el mar ellos tienen más poder que nadie, básicamente son los dueños del océano. Están en todas partes. ¿Quién podría vencer a unos hombres que viven y respiran de esto? Robar e invadir navíos es su única destreza, ¿cómo podría un niño como él detenerlos con sus ridículas prácticas de esgrima?

Ha quebrantado el honor de su familia. Es una vergüenza real. Vaya príncipe.

Se cubre las orejas porque el ruido de afuera le causa mucha ansiedad y culpa. Todo es su culpa, debe serlo. Sus padres han viajado antes muchas veces y nunca fueron invadidos por piratas, justamente cuando la ceremonia de su presentación oficial está a punto de ser llevada a cabo pasa esto, debe ser su culpa, sin duda alguna lo es. Está temblando bajo las sábanas cuando una patada golpea la puerta de madera con fuerza, quedando abierta y chocando contra la pared provocando un ruido horrible. Harry se estremece debajo de las sábanas, pensando que tal vez puede pasar desapercibido si deja de respirar por un momento.

Para su desgracia, un hombre de aspecto aterrador levanta la sábana donde se oculta, Harry ahoga un grito mirando fijamente al hombre que luce desagradable y le sonríe con malicia. Está sucio como si no hubiera tomado una ducha en muchos días, no puede ocultar su terrible hedor. Sus ojos se llenan de lágrimas solo porque su nariz es delicada y no puede soportar lo hediondo que está el hombre a pocos centímetros de él. Tiene una barba grisácea que luce muy descuidada y sus dientes están picados y amarillentos con algunos espacios vacíos también. Harry está petrificado, incapaz de moverse o decir algo.