Capítulo 1.

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Enero, 1761

Situado frente al espejo de grandes dimensiones, Harry se deja colocar el abrigo de terciopelo blanco, contemplando su reflejo con fingido interés, observando detalladamente el traje que sus padres mandaron a confeccionar específicamente a su medida hace cinco meses atrás, que no es otra cosa que la típica camisola con avertura en el pecho, decorada con la guirindola blanca a modo de volante con tela de encaje que también adorna el final de las mangas, y encima de ésta, un fino abrigo de terciopelo ceñido a su cuerpo para resaltar su silueta. Se ve un poco mayor usándolo, más adulto, más maduro, más importante. Su madre sonríe a sus espaldas, admirando la figura de su hijo a través del espejo, con profundo orgullo y nostalgia.

—Te ves fantástico, hijo. —Su voz está llena de alegría y entusiasmo. Lo mira con satisfacción, como si hubiese esperado ese momento toda su vida.

El joven delgado y pálido de ojos verdes, se observa nuevamente, echándole un vistazo a sus cabellos rizados y en desorden, que caen sobre su frente y nuca, rodeando el rostro juvenil. Había decidido no peinarse en absoluto, aunque su madre le había pedido ya tres veces que lo haga por el amor de Dios. Harry no suele peinarse porque su cabello es rebelde por naturaleza, es una causa perdida, y se niega a parecer un tonto con el cabello pisado de lado a lado en un día tan especial como ese. Claro que no es especial para él, sino para sus padres. El joven no tiene ningún derecho de controlar su futuro, pero eso no le molesta porque toda su vida ha sido controlada por sus padres, el Rey y la Reina de Fireboll. Es más fácil para él sólo aceptar sus decisiones sin refutar, como ha venido haciendo durante diecisiete años.

—¿Por qué tengo que ir? —Pregunta, un poco temeroso de ofender a sus progenitores.

Anne hace un ademán con la mano, restándole importancia.

—Eres el príncipe, esta será tu presentación oficial como heredero del trono. La presentación siempre ha sido importante para el reino, pero en tu caso lo es más, porque nadie te conoce todavía. —Desmond sonríe colocándose a un lado de su esposa, sin mencionar nada al respecto.

Su hijo resopla con cansancio, mirándose por última vez en el espejo antes de alejarse definitivamente, tomando una decisión final. Ya ha visto el traje por más tiempo del debido, desde todos los ángulos, y es aceptable para su percepción, así que su madre sonríe satisfecha por su elección, aunque no tuviera otra, acercándose más y alargando sus manos para ordenar sus alborotados cabellos. Por su parte, el Rey lo mira con recelo, leyendo su expresión fastidiada y prepotente.

—¿Qué tan lejos queda? —Pregunta con curiosidad.

—A cinco días en barco. —Responde su padre finalmente, con la cabeza en alto y sin titubear. Harry siente escalofríos solo de pensar en el mar, quiere gritar de terror—. Debes estar muy preparado, tal vez hasta puedas llegar a conocer a una linda damisela en la fiesta de tu presentación y desposarla. Mientras más pronto zarpemos más pronto estaremos allá para la ceremonia. Date prisa.

—¿Cinco días? No me gusta la idea de viajar en barco, ya sabes que le tengo mucho miedo al océano. —Dice con toda la calma que puede juntar, no puede levantarle la voz a su padre, por lo que es mejor mantener la calma y no enloquecer demasiado pensando en el viaje. Además, se considera de muy mala educación alzar la voz a los adultos, mucho más si se trata de su padre, el Rey.

Siente mucho miedo de quedarse varado en medio del océano, con tantas noticias que ha leído acerca de piratas en los distintos periódicos de la isla. Barcos abandonados en medio del mar, personas desaparecidas en los viajes, mercancía perdida, naufragios... Todos saben que los piratas están detrás de todos esos actos vandálicos, aunque prefieran no nombrarlos y ocultar lo que pasa a mar abierto.

ᴘɪʀᴀᴛᴀ 🏴‍☠️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora