ᴘɪʀᴀᴛᴀ 🏴‍☠️

Capítulo 38.

Zayn no es el único en descifrar la identidad de los contrincantes. Louis ve todo lo que sucede en el barco rival a tiempo real desde su posición en el timón, con el rostro implacable y la mandíbula apretada con toda la fuerza de su odio latente en su interior, con el cuerpo rígido y la sed de venganza más presente que nunca al ser enfrentado por su peor enemigo y su séquito de marionetas vestidos con capas rojas y pelucas blancas, luciendo como una bola de idiotas incompetentes.

—¡Disparen! —Louis grita con impaciencia desde la toldilla, con el brazo estirado señalando al barco contrario, deseando que llegue el momento en que pueda quedar frente a Desmond Stone y finalmente cobrar la muerte de su querido padre.

Louis puede oír el sonido de los arcos soltando flechas hacia los tiradores del otro barco, y sonríe con malicia al ver varios cuerpos colapsar sobre la cubierta enemiga. Pero su sonrisa se desvanece tan pronto como sus hombres entrenados comienzan a caer igualmente en el piso de su propia cubierta, con agujeros de balas en las frentes, rodeados por charcos de sangre.

—Mierda, mierda. —Maldice entredientes mientras se desliza hacia el piso para cubrirse con la barandilla de la toldilla cuando varios disparos se aproximan en su dirección. Sabe que no será una batalla fácil, sobretodo porque se trata de los mismos psicópatas que lograron acabar con la vida de su padre hace años atrás, uno que no era cualquiera sino el capitán del barco y el hombre más fuerte y entrenado del Red Leg.

Zayn reacciona al ver caer a cuatro de sus hombres, y entonces detecta un francotirador escondido en la toldilla del otro barco, al lado del timón, regocijante por su supuesto logro. No duda un instante en disparar contra él, apuntando al centro de su cabeza y viéndolo caer segundos después. Enseguida barre su mirada con rapidez entre todos los hombres que se desplazan por la cubierta, hasta que logra localizar a Liam, portando un revólver en una mano y una espada filosa en la otra. Zayn suelta el aire que había estado reteniendo, el alivio instalado en su pecho al saber que el castaño está bien, sonriendo con orgullo al verlo manejar la situación con perfecta agilidad y profunda concentración, como todo un profesional.

Los contrincantes ya habían soltado su tabla, ambos barcos enfrentados, anclados en medio del océano, y Louis sabe que en cualquier momento pueden cruzar hacia su barco para invadirlos. No es la primera vez que se enfrentan a una situación así, pero esta vez todo es diferente porque se trata de un rescate que él quiere evitar a toda costa, aunque eso implique poner en riesgo a toda su tripulación, e incluso su propia vida. No le importaría morir defendiendo a la única persona que ha llegado a amar desde la muerte de su padre, sabe perfectamente que su vida no tendría sentido si llegase a perder a Harry. Nada volvería a ser igual.

Louis saca sus dos armas de fuego y se pone en cuclillas, asomando su cabeza por la barandilla y haciendo frente a la cubierta para ver cómo muchos de sus hombres yacen muertos en el piso. Louis no pierde más tiempo mirando la trágica escena, y comienza a disparar hacia los hombres que intentan cruzar la tabla hasta llegar a su barco. El primer hombre que se baja de la tabla cae muerto antes de que su bota pueda tocar la cubierta, y el segundo hombre cae directo al mar sin oportunidad de cruzar la tabla de madera.

Louis continúa disparando a todos los hombres que intentan cruzar el puente improvisado, pero el gran volumen de hombres supera la cantidad de balas, impidiéndole la posibilidad de seguir disparando en su contra. Se oculta nuevamente detrás de la toldilla para intentar cargar sus armas lo más rápido posible, cuando finalmente escucha fuertes pisadas en los tablones de madera como señal de que han cruzado con éxito. Louis maldice y se levanta de su posición para confirmar que tres hombres del séquito del Rey lograron cruzar a su barco, dispersándose en la cubierta con mucha destreza. Termina de cargar su última pistola y se baja de la toldilla con rapidez para evitar que otros crucen la tabla de madera y puedan invadirlos. Louis se acerca a la borda, esquivando algunas balas y caminando agachado, empujando la tabla con fuerza hasta que finalmente y con mucho esfuerzo logra tirarla al mar, de esa manera ganarán tiempo para acabar con los hombres que han cruzado y eliminar a otros cuantos antes de que logren conseguir una nueva tabla.