ᴘɪʀᴀᴛᴀ 🏴‍☠️

Capítulo 13.

Liam espera con paciencia a que el príncipe decida bajar del barco por voluntad propia, sin embargo el menor parece que no tiene intenciones de moverse de su posición, observando todo con profundo terror y desconfianza, tiritando levemente por el frío clima que los envuelve esta mañana.

El pirata observa con envidia cómo sus compañeros se divierten en el puerto, correteando al ritmo de la música que suena desde un local cercano, bebiendo alcohol sin medidas y comiendo de todos los platillos que les ofrecen los habitantes de la aldea.

—Muévete niño, vamos a pasear un rato. —Harry se sobresalta al escuchar la voz seria de Liam a sus espaldas. No lo vió acercarse, estaba totalmente perdido en sus propios pensamientos.

—N-no quiero ir... Prefiero quedarme. —Esperaba esa respuesta, pero de igual manera Liam rueda los ojos y coloca sus manos a cada lado de sus caderas, intentando reunir suficiente paciencia para tolerar al desobediente príncipe y escuchar otra de sus ridículas excusas para arruinarle el día.

—No es posible, estaremos aquí durante una semana o más. Comeremos en la aldea, no querrás morir de hambre solo aquí. —Harry baja la cabeza y observa sus pies descalzos, un poco sucios, sintiendo el frío arrasador que los abraza, temiendo ponerlos en el puerto donde diariamente desembarcan cada tipo de maleantes y esclavos desconocidos. Teme por su integridad ya que nadie parece cuidar su salud o al menos mantener la limpieza para evitar contaminación ambiental.

—Gracias, pero no. —Es firme en su decisión de permanecer en el barco, y no sólo porque está jodidamente asustado, sino también porque no quiere pasear por una aldea desconocida con sus pies descalzos arriesgándose a pescar cualquier infección peligrosa.

—Oye, no voy a perderme toda la diversión por tu culpa. Bajarás conmigo ahora, quieras o no. —El menor lo mira con el ceño fruncido y sus puños apretados a sus costados, reacio. Intenta parecer intimidante, pero el puchero que se abre paso en sus labios temblorosos no le hacen justicia.

—No tienes que cuidarme, yo puedo defenderme solo. Tengo un sable. Puedo quedarme aquí y no afectar a nadie. —Liam pone los ojos en blanco, cansado de discutir con alguien tan testarudo y caprichoso.

—Ni de chiste. El capitán me ha ordenado que te vigile y no pienso desobedecer sus órdenes. —Esa revelación llama la atención del príncipe, quien rápidamente busca la mirada del capitán y lo encuentra mirándolo desde lo alto de la toldilla, como si no tuviera otra cosa que hacer además de arruinar sus planes. Harry frunce el ceño en su dirección, dispuesto a retarlo, antes de volver a mirar a Liam.

—¿Por qué tendrías que vigilarme? Soy perfectamente capaz de valerme por mí mismo. Tengo derecho a ser libre.

—Sigues siendo un prisionero del capitán, aunque te permita muchas libertades en el barco, en la aldea eso no será posible. —Explica con calma, teniendo un poco de compasión por el menor que parece muy confundido después de entender su posición—. Vamos, intentemos olvidar tu mala racha.

Louis suspira con algo de alivio al ver que Liam finalmente logra convencer al príncipe de bajar del barco. Lo ve caminar con sus pies en punta, trastabillando un poco al pasar por la tablilla hasta pisar el puerto. Sonríe con satisfacción y algo más, disfrutando la vista desde su posición. Le parece adorable su extraña manera de caminar sosteniendo todo su peso sobre sus pequeños dedos flexionados y estirando sus piernas tanto como puede para alargar sus pasos.

También es una jodida trampa mortal, de eso no hay duda. Cualquiera que lo vea caminar de esa manera tan ridícula sabrá que no es un pirata. Louis maldice internamente sin quitarle la mirada de encima, incapaz de mirar en otra dirección.

—¿Qué haré contigo? —Se pregunta por milésima vez, sin ser capaz de encontrar una respuesta. Su presencia en la aldea de seguro le traerá muchos problemas, y aunque Louis adora meterse en problemas, tratándose de este caso no le parece tan divertido si involucra al príncipe y pone en peligro su vida.