Capítulo 4.

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Harry abre los ojos con bastante dificultad sintiendo picazón y viendo todo borroso a su alrededor, pestañea unas cuantas veces y traga seco, pero siente un ardor muy punzante en su garganta cuando intenta pasar saliva, se le hace imposible no toser, pero eso sólo aumenta su ardor y malestar. Finalmente cuando su vista se aclara puede ver que se encuentra en una habitación diferente, en una cama totalmente desconocida. Las sábanas son suaves e incluso tiene una almohada muy cómoda debajo de su cabeza. La habitación es pequeña pero es acogedora, todo está rodeado de madera y no tiene un olor repudiable, al contrario, huele a limpio.

Se sorprende al ver que tiene una ropa que no le pertenece, la tela de la camisa es suave y es blanca traslucida. Frunce el ceño sin entender cómo llegó allí. ¿Acaso está muerto?

—Buenos días. —Se estremece al escuchar una voz al otro extremo de la habitación. Un chico con un parche en el ojo entra por la puerta de madera, cargando una bandeja en sus manos. Tiene un sombrero en la cabeza y su ropa es muy distintiva. Harry inmediatamente sabe que se trata de un pirata, aunque este chico no está desnutrido y tampoco tiene un olor putrefacto—. Te he traído algunas frutas.

Harry se inclina un poco en la cama para sentarse, sin quitarle la mirada de encima a aquel hombre que se acerca a él con suma delicadeza.

—¿Dónde estoy? ¿Es una isla? —El chico sonríe ampliamente en respuesta, mostrando una perfecta dentadura, sorprendiéndolo mucho más porque no puede creer que un pirata luzca así de pulcro y reluciente.

—Claro no. Estás a bordo del majestuoso Red Leg, niño. Bienvenido. —Deja la bandeja sobre la cama frente a Harvey, quien observa todo con curiosidad. Hay dos manzanas rojas en perfecto estado, y una pera, sólo eso, sin cubiertos para picar.

—Agua. Necesito agua. —Pide sintiendo la garganta cada vez más seca. El hombre frente a él levanta una ceja con algo de diversión.

—Estás en un barco pirata. No tenemos agua potable aquí... Al menos no en este momento, tenemos un mes sin pisar tierra y nuestras provisiones se han agotado. Tampoco ha llovido en las últimas semanas... Sólo tenemos ron y algo de vino para tomar hasta que lleguemos a un puerto en el cual podamos suministrarnos. —Explica con tranquilidad. Harry parpadea sintiéndose muy aterrado de pronto. Acaba de notar que está en un barco pirata, en uno diferente.

—¿Por qué me sacasteis del otro barco? Necesito volver allí. —Se remueve un poco en la cama, pero el hombre coloca una mano sobre su pecho para evitar cualquier posible escape. Harry siente un dolor punzante en el pecho y decide dejar de moverse.

—Te reanimaron, seguramente sientes mucho dolor a causa de la presión que tuvieron que ejercer. Te hemos salvado la vida. El barco donde viajabas fue destruido y sus restos descansan en el fondo del mar. Liam te salvó de una terrible muerte, es un ángel sin duda. —Sus ojos se abren con sorpresa, vagamente puede recordar algo de lo sucedido ya que sus recuerdos están nublados por la poca energía que tiene. Puede recordar el fuego, puede verse acorralado en medio de las llamas sin escapatoria, y también puede recordar a un hombre que soltó sus ataduras y lo lanzó al mar.

Pasó de verdad. No era una pesadilla.

En ese momento se le presenta un pequeño ataque de pánico al recordar los instantes donde todo lo que lo rodeaba era el mar desierto y nada más. El océano lo succionaba lentamente y agarrotaba cada músculo de su cuerpo debido al frío abrasador. Fue el instante más terrorífico de su vida, y aunque sólo fueron unos segundos se sintieron como horas.

—Tranquilo, estás a salvo ahora. —Harry sacude la cabeza sintiéndose muy inseguro.

—Necesito volver. Mis padres pensarán que estoy muerto. Debéis llevarme con ellos, por favor. —No recibe una respuesta, al contrario, el hombre sale de la habitación y lo deja completamente solo para que pueda calmarse.

ᴘɪʀᴀᴛᴀ 🏴‍☠️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora