ᴘɪʀᴀᴛᴀ 🏴‍☠️

Capítulo 25.

No puede dejar de pensar en ese hombre que perdió la mano por su culpa, ni en la mujer escuálida que apenas podía moverse, no puede dejar de pensar en ninguna de las personas que tienen encarcelados en la bodega, sin agua ni comida, pasando frío y expuestos a contraer enfermedades debido al mal estado del lugar, y la inmundicia en la que están. Tienen muy poca resistencia física para aguantar cualquier enfermedad, con la falta de vitaminas y la falta de higiene con la que sobreviven.

Le duele el corazón de sólo pensar en esas pobres personas. ¿Cómo sería su vida antes de ser secuestrados?

Cuando Louis abre la puerta del camarote, lo primero que ve son las marcas de pantano en el piso, y luego barre su mirada hasta llegar a los zapatos del príncipe a un lado de la cama. Frunce el ceño y aprieta los puños al mirarlo fijamente, el menor ni siquiera se atreve a devolverle la mirada, agachando la cabeza lo más que puede mientras se encoge en sí mismo sobre la cama. Louis deja salir un ruidoso suspiro antes de hablar.

—Has salido del camarote. —Lo reta, y Harry alza un poco la cabeza para mirarlo, con un pequeño puchero en los labios y ojos cristalizados.

—No te enojes conmigo, sólo trataba de ser servicial y bondadoso. —Louis tiene la respiración acelerada, y los orificios de su nariz se expanden involuntariamente.

Intenta no explotar de impotencia, trata de ser comprensivo y entender los deseos de Harry de ser bueno con todo el mundo, pero simplemente no puede entenderlo, se le hace muy difícil comprender cómo puede pensar en el bienestar de otras personas antes que en su propio bienestar.

—¿Por qué saliste? —Mantiene el ceño fruncido y una expresión indescifrable, y Harry se encoge mucho más.

—Estaba aburrido sin tí, no tenía nada que hacer. —Louis lo mira boquiabierto, completamente indignado por su respuesta insensata e imprudente.

—¿Crees que esto es un parque de diversiones? No estamos en un maldito parque de juegos. La mayoría del tiempo es aburrido aquí, y supongo que tú y yo no tenemos la misma idea de diversión.

—No te enfades conmigo. —Repite el menor incapaz de contener su mirada. Louis suelta un bufido, caminando de un lado a otro en la habitación mientras intenta controlar su ira y no gritarle cosas ofensivas.

—¿Pero cómo no voy a enfadarme? Te pones en peligro cada vez que me doy la vuelta, y eso absolutamente no es divertido para mí. —Harry lo mira a través de sus pestañas, apenas levantando la cabeza un poco para mirarlo de reojo.

—Lo siento. —El capitán se acerca a él, todavía apretando la mandíbula y con sus puños cerrados.

—No, no lo sientas. No puedes arreglar todo con una disculpa mediocre. Estoy tratando de entenderte, realmente lo estoy intentando, pero no logro entender esa necesidad tuya de meterte en problemas y hacerme enloquecer. —Es capaz de notar cómo su puchero tiembla como si estuviera conteniendo las ganas de llorar, en ese momento Louis maldice entredientes y toma asiento a un lado del príncipe, notando cómo se estremece al sentir su cercanía. Su ceño se relaja al instante porque no soporta la idea de causarle miedo con su cercanía.

Harry no es capaz de decir nada, se siente muy arrepentido de haber desobedecido a Louis y haberlo hecho enfurecer tanto.

—No quiero gritarte, y tampoco quiero estar enojado contigo. Sólo quiero que obedezcas mis órdenes porque no deseo que te metas en peligro. Si algo te pasa entonces tendré que matarlos a todos y quedarme sin tripulación, y sin tí. —Harry alza la cabeza nuevamente después de escuchar eso. Louis suspira profundamente, antes de mirar sus pies descalzos, arrugando la nariz la percibir un olor desagradable.