Capítulo 12.

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No se detiene a pensar en lo que hizo en la cubierta, honestamente no significa nada para él. Por supuesto que no.

No es la primera vez que besa la mejilla de alguien. No es algo de lo que deba sentirse culpable o arrepentido, había querido hacerlo durante el tiempo que el príncipe ha estado a bordo de su nave. En especial porque el chico de tez blanca y rizos chocolates con labios carnosos y ojos esmeraldas es un bello espécimen de la naturaleza, imposible que alguien pueda resistirse a tal belleza.

Mierda. Allí está de nuevo.

Louis maldice una y otra vez al caer en cuenta de que el chico se la vive metido en sus pensamientos como un jodido castigo personal. Él debería castigar al chico, no al revés. Debería ser su verdugo, su peor pesadilla, debería causarle dolor y sufrimiento durante su estadía. ¿Y qué hacía él?

Lo había dejado ir. Lo dejó ir cuando fácilmente pudo haber terminado su trabajo y follarlo para darle una lección de quién manda en el barco. Sin embargo se detuvo al ver esos ojos verdes cristalizados al borde de las lágrimas, al ver esa expresión de terror y angustia surcando sus rasgos aniñados. Louis no se atrevió, simplemente no pudo continuar por más que realmente deseaba llevarlo a cabo.

El capitán T, al que todos respetaban y temían dentro y fuera del océano, el que no tenía piedad por nada ni nadie, el que tenía sus manos manchadas de sangre y una lista larga de muertos bajo su responsabilidad. El que nunca tuvo compasión por los más débiles, y se hacía cargo del barco pirata más señalado por las monarquías...

Ese mismo Louis se vió afectado por un jodido príncipe indefenso y marginado al que tiene como rehén, y quien es el objeto de su venganza contra el Rey que mató a su propio padre dejándolo huérfano a una edad muy temprana, siendo el principal responsable de todas sus desgracias.

No le sorprende en absoluto que toda la tripulación haya caído en los encantos naturales del príncipe. Todos le rinden tributo y parecen estar idiotizados con él. Le han organizado una maldita fiesta de cumpleaños, y mientras todos bailan y festejan su vida, él está en su oficina preguntándose qué mierda tiene ese chico que lo trae tan distraído de sus deberes.

Claro que no es uno de ellos, Louis lo sabe. Posiblemente jamás llegue a ser uno de ellos. Todos sus hombres son ladrones despiadados, con órdenes de aprehensión y pena de muerte, muertos de hambre que necesitan de Louis para seguir viviendo dignamente. No son más que desgraciados que cumplen todas sus órdenes y están dispuestos a cualquier cosa por su capitán. Mientras que él es un príncipe de la realeza, con buenos modales y una pulcra presencia que logra cautivar a todos los imbéciles depravados de su tripulación.

No se compara jamás con lo que Louis alguna vez ha tenido bajo su poder. Aunque haya tenido muchos tesoros valiosos, ni todo el oro del mundo podría compararse con ese pequeño ser humano de bonito rostro. Por más que se atreva a negarlo, el hecho de que Zayn sea quien lo tenga a su disposición, le jode todos los sentidos, torturándolo hasta los cojones.

—¿Louis? —Timmy abre la puerta de su oficina, asomando la cabeza sutilmente. El capitán golpea el escritorio con fuerza, sobresaltado por la intromisión y la falta de modales.

—¡No me llames por mi maldito nombre! Fuera de aquí, perra inmunda.

—P-perdón, capitán... —No obedece las órdenes de Louis, entrando por completo en su oficina.

—¡Te dije que fuera! —Se levanta del escritorio y apunta la puerta, apretando la mandíbula con fuerza.

—Sólo quería avisarte que tenemos tierra a la vista. —Anuncia Timmy con un ligero dolor en el pecho por el trato que siempre recibe de Louis. No es el mismo que recuerda de la infancia, ni siquiera se le acerca un poco. Está convertido en un monstruo de oscuros sentimientos, y Timmy está perdidamente enamorado de ese infeliz sin poder hacer nada para cambiarlo.

ᴘɪʀᴀᴛᴀ 🏴‍☠️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora