𝗡𝗼 𝗤𝘂𝗶𝗲𝗿𝗼 𝗤𝘂𝗲𝗿𝗲𝗿𝘁𝗲 || JASON WAUD✰

-Capítulo 4-

NARRA ALICE

Recuerdo la primera vez que Ross y yo nos conocimos. Fue un verano, en el 2006 cuando mi madre se presentó con una bandeja de galletas de nueces recién horneadas en la puerta de los nuevos vecinos. Recuerdo como estaba detrás de mi madre algo vergonzosa, pero con ganas de conocer a quien iba a ser mi nuevo amigo. Qué fácil era todo cuando éramos pequeños. Le preguntas a alguien que si quiere ser tu amigo y ya está. No se juzga, no se discute. Bueno, a veces sí. Pero sin duda prefiero mil veces eso a que me rompan otra vez el corazón. Nuestras madres se hicieron muy amigas y el resto fue historia. Ross y yo nos hicimos inseparables. Pasábamos las tardes o en su casa o en la mía. Recorríamos el pueblo con nuestras bicis. Jugábamos a futbol con el resto de vecinos. Compartíamos veranos e inviernos. Cumpleaños. Y también recuerdo como cantábamos juntos en cada sitio dónde íbamos. Y nuestra familia estaban súper orgullosos de nosotros.

Estaba en su casa ensayando la canción una y otra vez. Necesitaba que todo saliera perfecto.

-Alice. Va a salir todo genial. -me dijo él dejando su guitarra en la cama. 

-Sí. -miré el reloj y eran las siete menos cuarto. -Ross, me voy a ir a mi casa a prepararme. 

-Perfecto. Yo me voy un traje de etiqueta azul marino. ¿Tienes algo de ese color? Así vamos en conjunto.

-Creo que tengo un vestido. 

-Genial. Pues ahora nos vemos en un rato. -me dijo Ross dejándome en la puerta. 

Crucé la calle y llegué a mi casa. Mi hermano y mi padre estaban fuera así que, agradecí este momento de soledad. Me puse música, me preparé mis cosas y me fui a la ducha. El rato de la ducha para mí es tan relajante... es como que te olvidas de todo durante un rato y te despejas, hasta que tu mejor amiga te llama y te corta todo el rollo. Con el jabón cayendo a mi cara, intenté secarme un poco la mano y deslizar hacia la derecha para aceptar la llamada y ponerlo en altavoz. 

-¡¿QUÉ QUIERES?! -grité en mitad de la ducha. 

-¡Joder, me vas a dejar sorda!

-¡ESTOY EN LA DUCHA! ¡SE ME VA A METER EL JABÓN EN LOS OJOS POR TU CULPA! -volví a gritar. 

-¡Vale, no me grites más! Estoy fuera, ahora me abres. -me dijo Sam. 

-Vale. No tardo. 

Ella colgó el teléfono y yo terminé de ducharme. El momento relajante, me lo había jodido Sam, pero no pasa nada, se lo perdono porque es mi mejor amiga. Salí de la ducha y me envolví en una toalla. Bajé las escaleras corriendo hasta la puerta. 

-Pasa anda. -dije medio desnuda. 

-Vaya, no sabía que había que venir depiladita, cariño. -me dijo vacilando. 

-Idiota. -le insulté. -¿Qué tal? 

-Bien, bastante bien. Mi padre me ha dejado venir. 

-Menos mal, que haría sin ti y sin Ross. 

-Pues cantar igual. 

-Que va, estás loca. -dije subiendo las escaleras. 

-No, lo haces muy bien. Lo sé. 

Subimos arriba y las dos pusimos música. Yo me terminé de arreglar en el cuarto del baño y salí en ropa interior. Vi a Sam rebuscar en mi armario.

-Sam, los vestidos están aquí. -señale en la otra parte del armario. 

-¿Cuál piensas ponerte? -me preguntó. 

-Pues Ross me ha dicho de ir en conjunto. 

-Buena idea.