-Capítulo 42-

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NARRA JASON

Salí de la cena porque me encontraba algo mareado, además de que tenía mucha ganas de fumar. Encendí mi cigarro y exhalé una calada de este humo tan apetecible, pese a que llevaba mucho tiempo sin fumar. Exactamente, desde esa vez que me ingresaron en el hospital por todos los trapos sucios que tenía con toda aquella chusma. Me apoyé en la pared de al lado de la entrada mientras que intentaba relajarme un poco. Enseguida vi salir a Sam del restaurante en busca de alguien. Seguro que me estaba buscando a mi.

-Sam. -le llamé con una voz algo fría.

-Ah, estás aquí.

Sabía que estaba buscándome.

-¿Qué ocurre?

-Nada, simplemente... Me aburría ahí dentro.

-Cierto. He visto lo callada que estabas.

-Lo sé, es que...

-No estás bien, lo entiendo. -junté el cigarro con mis labios y volví a inhalar el humo, expulsándolo después de unos segundos. -Yo tampoco estoy bien.

-Veo que has vuelto a fumar. -me dijo algo apenada.

-¿Quieres? -le ofrecí. Ella asintió y pegó una calada al cigarro.

Todo se quedó en silencio entre nosotros dos. Quizás, el hecho de perder a una persona tan importante para nosotros dos y que encima esa persona sea Alice, nos hace daño a ambos y por lo cual, nos hace unirnos más. Sam estaba muy triste, lo veía en como actuaba y sobre todo en sus ojos. Ellas dos se conocían desde que tenían uso de razón y me daba pena que haya pasado todo lo que ha pasado.

-No deberíamos ni habernos conocido, siquiera. -contesté algo frío y cortante.

-¿Qué? Lo mejor que me ha pasado este año ha sido conoceros a vosotros. No vuelvas a decir eso, Jason.

-Es la cruda realidad, Samantha. Desde entonces, todo ha cambiado. Yo me siento más débil y antes, estaba muy bien, sin conocer a Alice.

-Te estás engañando. Amas tanto a Alice que te da miedo avanzar con ella. Tienes miedo a que te falle, como...

-¿Como ahora? -le interrumpí.

-No, no sé que decirte. Confío en que te volverá a hablar. Ella esta muy enamorada de ti, tanto como tú de ella.

-Las cosas cambian.


***************


NARRA SAM

Las vacaciones de Navidad comenzaron ayer y ahora mismo estoy en la cocina junto a mi abuela, cocinando un bizcocho de chocolate para llevarlo a la iglesia. Mi abuela siempre decía que había que ayudar al prójimo peo sobre todo en estas fechas, debíamos cumplir con lo poquito que podamos. Cuando terminamos de hacer el bizcocho, fuimos hasta el coche y llegamos hasta la iglesia. Yo me quedé fuera durante unos minutos y después, cuando al fin tuve fuerzas para ir, entré a la iglesia. Ayudé a las mujeres a entregar varias bolsas de comida a la gente que lo necesitaba y también, estuve con niños y niñas haciendo unas cuantas actividades grupales en el patio de atrás. Mi abuela seguía por ahí charlando con las vecinas tan tranquila, ella se lo pasa muy bien en estos pequeños momentos. La vida quiso fastidiarme el momento y presentarme aquí a la familia de Alice junto a ella. La vi pasar con su hermano. Davis me saludó a lo lejos pero ella ni siquiera se molestó en sonreírme gratamente ni nada.

¿Por qué me rompe tanto estas cosas? Porque es tu mejor amiga desde infantil, gritó mi subconsciente.


NARRA ALICE

Mi hermano saludó a Samantha. Ni siquiera se merece que le llame por su diminutivo, después de todo, no. Ella no es quién para decirme lo que tengo que hacer y dejar de hacer. Desde lo del otro día, me negué rotundamente hablar con ella y no quería saber nada. Ni tampoco de Jason, ni de ninguno de ellos.

-¿No vas a saludar? -me preguntó mi hermano. Yo no le respondía y fui hasta la puerta, donde mi padre nos estaba esperando para entrar.

Después de es estar un buen rato ahí en la iglesia, volvimos a casa para la hora de comer. Mi padre también me preguntó por Sam, pero me inventé una excusa barata. Ambos me dijeron que era una tontería y que hablara con ella. Joder, no tengo nada de que hablar. No me sentía cómoda en mi casa, así que me fui hasta la casa de Ross. Necesitaba hablar con él.

Una vez allí, su madre me invitó a tomar el postre pero me negué. No tenía hambre. Ross me recibió con los brazos abiertos y fuimos hasta el piso de arriba para entrar a su habitación.

-Yo también he notado la tensión que hay entre vosotras, pero todavía no lo entiendo. ¿Qué pasó?

-Pensarás que es una idiotez pero el otro día en la fiesta... Estaba Olivia. Y ya sabes como se pone Sam cuando está ella. Solo porque es familiar de Tom, ¿Tú te crees? La cuestión es que no sólo estaba Tom y ya se puso como siempre, no. Olivia me dijo que Samantha estaba en el cuarto de baño con Jason y no estaba segura de sí se habían liado aquella noche allí, en la discoteca.

-Alice, no creo..

-Espera, ¡Déjame terminar! -le interrumpí a Ross. -Josh en ese momento se fue de la fiesta así que todo me cuadra perfectamente. Además, cuando salí de allí, Jason no paraba de decirme que me calmara. ¿Por qué? Porque sabía que él mismo tenía la culpa.

-¿De dónde sacas esas conclusiones?

-Porque son obvias.

-Mira Alice. Te quiero y te aprecio un montón, sabes que llevamos juntos desde el jardín de infancia pero no es justo que eches las culpas a dos personas cuándo ni siquiera sabes la pura realidad. ¿Acaso has hablado con Sam en respecto al tema? ¿Y con Jason?

Yo no respondí a las preguntas de Ross, en parte, puede llegar a tener razón.

-Ya veo. Siento mucho lo que te voy a decir Alice pero creo que no estás actuando bien. Y no es porque me caiga mal Olivia, pero no es plan que ella vaya de mejor amiga del alma, de salvadora de tu vida cuando ni siquiera tú misma sabes el porqué dejaste de hablar con Sam.

-Fue porque no paraba de decirme que me controlara, y yo no le hice caso, quería quedarme más tiempo en la discoteca.. Aparte de lo de Jason.

-Ali, lo de la discoteca es porque te habían drogado. No quería ser yo quien te lo dijera pero no me has dejado otra opción. Y lo de Jason y Sam, puras calumnias.

𝗡𝗼 𝗤𝘂𝗶𝗲𝗿𝗼 𝗤𝘂𝗲𝗿𝗲𝗿𝘁𝗲 || JASON WAUD✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora