-Capítulo 28-

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NARRA ALICE

Tras escuchar el sonido de un coche al otro lado del recinto de la piscina no dudé en ir a ver a Jason. Sabía que eran ellos y esta era mi oportunidad para hablar con él antes de que entrara en la casa. Salí corriendo de la piscina descalza dejando mojado todo el suelo por donde pasaba hasta que llegué a la puerta principal. 

-¡Jason! -grité eufórica al abrir la puerta. Ambos se me quedaron mirando por el pelo mocho que llevaba, empapada por el agua de la piscina y semidesnuda. Sólo Joe me saludó y me puse nerviosa, no sabía que hacer ni como se lo iba a tomar Jason. 

-¿Ya están en la piscina? -me preguntó Joe agarrando unas bolsas de la parte de atrás del coche. Yo asentí mientras veía a Jason cerrar el maletero. Llevaba una gorra hacia atrás que le quedaba jodidamente bien. 

Joe pasó por mi lado y entró en la casa. Yo caminé hasta Jason pero al poner la primera zancada en el suelo llevo de troncos rotos, arena y piedras me lastimé la planta del pie. 

-¡Auch! -grité quejándome y maldiciéndole a la vida en qué momento salí de casa sin chanclas. 

-¡Por qué sales sin chanclas? -me preguntó. Y como si me estuviese leyendo la cabeza el majestuoso y señorito Jason Waud tenía razón, otra vez. Yo me quedé sin palabras por el dolor y me senté en las escaleras e la entrada. 

Jason cerró el coche y pasó de largo. No me dijo nada más. Se me alzó una ceja y me crucé de brazos enfadada. 

-Duele, ¿sabes? ¿No piensas ayudarme? -interrogué sin girarme. Escuché como se detuvo en mitad pasillo y sentía su mirada sobre mi cuerpo sentado en el suelo. 

Se acercó poco a poco situándose frente a mi, mirándome a los ojos sin despejarlos pero con el ceño fruncido. El levantó mi pie izquierdo y vi como estaba sangrando. Jason entró en la casa de nuevo. Escondí mi cabeza entra mis brazos manteniendo la calma. Miré mi planta del pie y tenía una pequeña astilla. 

-No la toques, a ver si la vas a fastidiar. -me dijo cuando volvió con una gasa empapada de agua. Me lavó el pie y yo me quejé un poco por el pinchazo que daba la astilla. Sin pensarlo más, Jason la sacó y me echó alcohol para desinfectarlo. 

-Vaya, ojo por ojo. -dije intentando calmar la situación. 

-Y diente por diente. -me dijo mirándome aún con el ceño fruncido. -Tomas tus chanclas. 

-Jason. -le agarré de la mano. Él rodeó los ojos y se sentó a mi lado. -Por favor, confía en mí. No me voy a enfadar por cualquier tontería y tú tampoco deberías, pero te voy a ayudar. 

-No tienes que estar encima de mí como si fueras mi madre. 

-Jason. -le agarré de nuevo porque se intentó levantar.  -Lo hago porque quiero estar contigo. Quiero estar bien. De verdad. 

Él no me dijo nada más, separó su mano de la mía y desapareció por el pasillo que había. Suspiré profundamente. ¿Qué tengo que hacer para que confíe en mí? Y como si la vida quisiera ayudarme, en ese momento Sam se sentó a mi lado arropándome de lado. No quería llorar. No ahora ni mucho menos en este viaje. No nos hizo faltar hablar. Sam sabía como me sentía por este maldito tema que lleva varias semanas tras de mí. Cameron es solo un amigo y debería entenderlo, y simplemente quiero que sepa que puede confiar en mí, voy a demostrarle que puede hacerlo. 

-Se le pasará. -me dijo Sam con una sonrisa de lado. -Ya lo verás. 

-¿Estas segura? 

-Sí. No te preocupes. Y no quiero verte así de tristona asi que ahora te vas a poner el mejor vestido playero que tengas, nos vamos a ir a comer a uno de los mejores restaurantes del pueblo y Jason se va a quedar boquiabierto. 

𝗡𝗼 𝗤𝘂𝗶𝗲𝗿𝗼 𝗤𝘂𝗲𝗿𝗲𝗿𝘁𝗲 || JASON WAUD✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora