NARRA ALICE
Salí por la puerta principal de la casa de Ross, mientras él me sonreía gratamente a punto de cerrar.
-Buenas noches, mañana te llamo. -me dijo Ross sonriéndome.
-Vale. Descansar. -fue lo único que logré decir ya que tenía la voz rota.
No tenía ganas de nada, solo quería llegar a mi casa y observar las cosas de mi madre que habían en el desván. A veces el olor de sus cosas, las fotos y cada carta que escribía me hacía sentir que estaba más unida a ella.
Escuché la puerta de Ross cerrarse, pero no tenía fuerzas ni para girarme al ver quién era.
-¡Alice! -escuché mi nombre gritar.
"Jason" pensé en mi interior. Me giré y lo vi que venía hasta mi, con sus cabellos rubios despeinados a los lados de su cara, con sus ojos azules que le hacían una cara perfecta acompañado de esos labios carnosos rosados.
Cuando él llegó hasta mi, no dijo nada. Creo que realmente existe una tensión muy fuerte entre nosotros dos y ambos nos quedamos sin palabras al vernos. Jason se relamió los labios para decir algo, pero se calló. Escuché su agitada respiración y yo le sonreí sin decir nada. Me dediqué a agarrarle la mano y notar lo congelada que estaba.
-Tengo que irme, Jason. -dije con una voz rota y mordiéndome la lengua por no llorar. -Ya te llamo.
Le observé esperando a que él dijera algo pero creo que no quería fastidiar este momento. Vi como sus ojos no se podían separar de los míos y por muy difícil que era, terminé soltando su mano y dándome la vuelta para cruzar la carretera y llegar hasta mi casa. Él se quedó ahí parado y no me molestó, es más, por lo menos vino hasta mí ahora, aunque sea solo para darme el último choque de miradas de la noche.
Entré a mi casa y al cerrar la puerta me apoyé en ella, resbalando poco a poco hasta el suelo. Tapé mi cara con mis manos y las lágrimas salieron solas. No escuché a nadie en casa o a lo mejor ya estaba dormidos, no tenía ni idea. Alcé la vista al frente para ver en el pasillo una gran foto de la boda de mis padres, lo que provocó que mi cara se volviera a inundar de lágrimas. Decidí levantarme, eché un vistazo al salón y no había nadie. Me limpié las lágrimas con mi mano derecha y me senté en el sofá. En ese momento pensé en todo los momentos que había vivido con mamá y que la maldita enfermedad se la llevó.
Mamá siempre me dijo que luchara por lo que quería. Recuerdo una vez, en este mismo salón sacamos los colchones para hacer una fiesta de pijamas Davis, mis padres y yo. Esa noche fue mágica, hicieron palomitas, cenamos pizza por encargo y estuvimos viendo un maratón de Harry Potter. A mamá le encantaba esa saga. Siempre ha querido llevarnos de viaje a Londres pero por desgracia eso nunca sucedió. Papá me suele decir que iremos en su honor, pero ahora ya no tiene mucho sentido sin ella. La echo tanto de menos como cualquier persona, es mi madre y no voy a decir 'era mi madre' porque para mí lo es y lo seguirá siendo.
Me levanté del sofá y fui hasta el pasillo, subiendo las escaleras para llegar al desván. Ahí estaban todas sus cosas y en ocasiones, las miraba para sentirla más cerca de mí. Abrí una caja con collares y pulseras suyas, todas de oro y plata. Algunas ponían su nombre o tenían algún llavero de tacón. A ella le encantaban los tacones y los micrófonos. Siempre que salía a cantar en algún escenario me decía que los tacones daban buena suerte, por esa misma razón aquella noche en el Alister, me puse tacones y decidí cantar; por ella.
Mamá siempre quiso ser cantante y aunque no llegó a ser muy conocía nacionalmente, creó un grupo con sus amigas de la universidad y sacaron varios discos sobre todo para los vecinos de Washington, familiares y amigos. Ojalá cumplir todos y cada uno de sus sueños. Por ella, para que se sienta orgullosa de mí.
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𝗡𝗼 𝗤𝘂𝗶𝗲𝗿𝗼 𝗤𝘂𝗲𝗿𝗲𝗿𝘁𝗲 || JASON WAUD✰
Teen FictionJason Waud, el chico más popular de todo el instituto, engreído y creyéndose el centro del mundo. Alice Miller, una chica desapercibida por los pasillos, encerrada en su música y trabajando para salir adelante. Alice y Jason son mundos completament...