NARRA ALICE
-Jason es una causa perdida.
-¿Qué? ¿Por qué? -gritó Sam a una distancia prudente de los chicos.
-Sí, lo es. Te lo afirmo.
-No sabes de lo que hablas, Alice.
-Lo sé muy bien. ¿Sabes lo que le dijo antes a Josh? Que ojalá nunca me hubiera conocido.
-Normal, Alice. Le estás volviendo loco. Míralo.
Ambas mirábamos a los chicos atentamente. Cada una al suyo. Es gracioso, pero una vez Ross, en el instituto, nos dijo que si íbamos a tener novio algún día de nuestra vida, que fuese al mismo tiempo, así ninguna se pondría mal por no pasar tiempo juntas. Y para mi es una tontería porque pese a que quiera algo con Jason, pues sigo echando de menos las quedadas con mis dos mejores amigos: Sam y Ross.
Los chicos nos miraron un poco dudosos, hasta que Josh nos llamó para que fuéramos hasta allí. En breves, vino el taxi y nos llevó hasta casa a mi y a Jason. La maldita de Sam se quedó con Josh a esperar a la grúa. A esto me refiero cuando digo que la echo de menos.
Jason y el conductor hablaban de lo ocurrido mientras que yo, se lo contaba a Ross por WhatsApp, sin prestar atención a lo que dicen. Aunque... pensándolo bien. ¡Espero que mi padre no me castigue por llegar tan tarde! Se suponía que tenía que estar en casa sobre las cuatro de la tarde y son casi las seis. El taxista nos dejó en Everett, justamente en la entrada. Creo que no le pagaban lo suficiente para que nos dejara a cada uno en casa.
Decidida y sin querer hablar, comencé a caminar adelantándole sin pudor. Sólo quería llegar a casa y ver a mi padre.
-¿Entonces? ¿Ya está? ¿Ya ha acabado esto? -me gritó a mis espaldas.
-Esto... No montes ninguna escena, ¿quieres?
-No es ninguna escena, Alice. Es la verdad, es lo que siento.
-¿Qué sientes? ¿Sientes miedo a perderme? O no, quizá no es eso. Sientes vergüenza a que me vean contigo. Vergüenza de ser una Miller que te curó la maldita cara aquel día tras la pelea con Mike y eso que tanto deseas no haberme conocido nunca, tranquilo, no será un problema para ti. Ya está todo más que dicho, Jason. No quiero saber nada más. No quiero quererte, ¿me oyes?
Lagrimas brotaron de mis ojos deslizándose por mis sencillas mejillas y con el corazón ahogado, me marché hasta mi casa llorando a pleno pulmón. Con las calles medio anaranjadas a causa del atardecer del querido otoño y con las hojas por el suelo, caminaba sin descanso en dirección a mi casa. Ya no podía esconder nada más mis sentimientos y lo dolida que estaba. No quiero un "ahora sí, ahora no". Eso no es lo que merezco y sí, soy consciente de que dije que estaría para entenderle, ayudarle y apoyarle. Pero os voy a decir una cosa. No os olvidéis nunca de vosotros mismo, sed egoístas y mirad por vuestra felicidad y vuestra paz mental y bienestar.
Una vez en la puerta de casa, me puse frente a la ventana de la entrada, para ver mi reflejo y efectivamente, estaba echa mierda. Tenía los ojos hinchados y con la cara roja de tanto llorar. Maldito Jason. Intenté controlar la respiración para no preocupar a mi padre y toqué al timbre. Mis llaves las tenía en la maleta y lo dejé todo allí, con Sam. Para mi sorpresa ninguno de los dos familiares abrieron la puerta. Era Helen, la novia de mi hermano. Sí, es cierto que la primera vez que coincidimos no fue la mejor, ya que fue aquel día en el MacAlister cuando Sam le pegó a Tom, pero tras ese día Davis la ha traído a casa en varias ocasiones: a cenar, a dormir... Incluso el día de Halloween se fueron por las calles a repartir caramelos a los niños disfrazados. He oído que ella también es profesora pero de educación infantil. Estoy segura que si mamá estuviera aquí la aceptaría con todo su corazón, Helen es una buena chica.
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𝗡𝗼 𝗤𝘂𝗶𝗲𝗿𝗼 𝗤𝘂𝗲𝗿𝗲𝗿𝘁𝗲 || JASON WAUD✰
Teen FictionJason Waud, el chico más popular de todo el instituto, engreído y creyéndose el centro del mundo. Alice Miller, una chica desapercibida por los pasillos, encerrada en su música y trabajando para salir adelante. Alice y Jason son mundos completament...