-Capítulo 11-

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NARRA ALICE 

Todos los martes por la tarde, que es cuando yo libraba, quedábamos y hacíamos tarde de chicas. Y para finalizar el día, hacíamos como una mini fiesta de pijamas en casa de Sam para el día siguiente, ir a clase juntas. Había pasado una semana desde la movida que tuvo Jason con Tom. Con suerte, Jason está bien y Tom... pues sigue igual de siempre, sin comentarios. Sam y yo estábamos en una heladería del centro comercial charlando de cosas que la mayoría de la gente no entendería... 

-Lo que realmente pasa es que si nos vamos de viaje. ¿Quién nos paga la comida, el alojamiento y los caprichos? -preguntó Sam mirando con los ojos abiertos como platos. 

-Cada vez me recuerdas más a una de las chicas del equipo de animadoras. Tonta y pija. -dije rodando los ojos hacia arriba. -Solo había dicho lo del viaje para cambiar un poco de aires, ¿no? 

-Si me parece bien... pero no sé. Es como muy a la locura. Nunca piensas las cosas. -me dijo Sam mirando su teléfono. 

-Es que si las pienso no las hago, Sam. A mi me encantaría irme a no sé donde, pero salir de aquí.  

-Sigue soñando. -me dijo sin mirarme porque seguía mirado su móvil. Yo crucé los brazos e hice como si fuera un bebé, pero Sam no me hacia caso. 

-¿Con quién hablas? -pregunté un poco seca. 

-¿Desde cuando te has vuelto tan celosa? No es nadie. -me dijo riendo. 

-Está claro que es Josh. ¡Hazme caso, Sam! -le volví a decir cuando ella miraba de nuevo su teléfono. 

-¿Y tú? ¿Qué hay de ti con Jason? -me preguntó apagando la pantalla de su teléfono. 

-Bien, no sé. -dije soltando un suspiro. -Normal. 

-¿Cómo que no sabes? -me preguntó alzando las cejas. 

-He dicho que bien. -contesté borde. 

-Alice, tranquila. Sí, era Josh. No te alarmes. -me dijo enseñando el teléfono. 

-Bueno, él me cae mejor que Tom. 

-Es que... No sé como he estado tanto tiempo con semejante paleto. 

-Porque no hiciste caso a tu mejor amiga. Nunca me haces caso. -dije mirándole seriamente intentando aguantar la risa, pero me era inevitable. 

-Estas tonta. -me dijo ella despeinándome en mitad de la heladería. 

-¡Capulla! -grité delante de todos y se nos quedaron mirando. -¿Nos vamos? -pregunté por lo bajito. 

-Sí. 

Sam y yo salimos de la heladería lo más rápido que pudimos, pero que quede claro que antes ya habíamos pagado los helados, eh. Fuimos a un par de tiendas más porque se quería mirar algo de ropa y yo pues ya de paso me compraba algo más. He de admitir que soy un poco obsesionada con las compras. Después de unas tres horas fuera de casa, ya era hora de volver. Hoy no había hablado en todo el día con Jason, pero tampoco me preocupaba. Seguro que estaba jugando con sus amigos o quizá estaba en casa ayudando a sus padres o cualquier tontería. Llegamos a casa de Sam, ya eran las ocho y media a lo tonto. 

-¡Hola abu! -gritó Sam cuando entramos a su casa. 

-Hola mis chicas preciosas. ¿Qué tal lo habéis pasado? 

-Muy bien. -contestamos las dos a la vez. 

-A ver que os habéis comprado, enseñármelo. -dijo la abu de Sam super ilusionada. Parecía ella una adolescente igual que nosotras. -¡Ay, pero que bonito! -dijo cuando vio una camiseta de color rosa palo y con una mariposa en el centro. 

𝗡𝗼 𝗤𝘂𝗶𝗲𝗿𝗼 𝗤𝘂𝗲𝗿𝗲𝗿𝘁𝗲 || JASON WAUD✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora