𝗡𝗼 𝗤𝘂𝗶𝗲𝗿𝗼 𝗤𝘂𝗲𝗿𝗲𝗿𝘁𝗲 || JASON WAUD✰

-Capítulo 35-

NARRA JASON

Sentí una mano conectando con la mía y solo podía ser de una persona: Alice. Cuando me incorporé un poco, ella comenzó a hablar sin detenerse y sin más me besó. No fue un beso cálido, fue más bien un beso lleno de placer, de ganas, de satisfacción.

-Vaya, ¿Estoy en el cielo?

-Eres idiota. No sabes el susto que me has dado. -me dijo, con una sonrisa grata y con una lágrima cayendo por su rosada mejilla. 

Yo le acaricié suavemente, disfrutando de ella, de cada instante, de cada detalle. Alice Miller puede estar un poco alocada y quizá sacarme de mis casillas, incluso, pero es jodidamente perfecta. Ella me hace querer salir de toda la mierda donde me he metido, quiero ser mejor persona por ella. 

-Jason. Dime una cosa. 

-¿Si?

-Prométeme que vas a dejar de hacer toda esa mierda. 

Como si me leyera el pensamiento, sus palabras salieron de su boca firmemente. Yo despegué su mirada de la mía, observando la habitación en la que estaba. Ella me cogió del mentón y me obligó a mirarla.

-Sé que no me he comportado bien estos últimos días. Llámame bipolar, si quieres. Pero no te voy a dejar caer, te lo prometo. 

¿Por qué no puedo decir nada? Habla maldito inútil, habla. 

Alice se quedó mirándome a que yo dijera algo, pero ese algo nunca llegó. Entraron por la puerta Freddie y los chicos, haciendo que Alice y yo nos separásemos. 

-No os asustéis tanto, ya sabemos que estáis de rollo. -dijo Freddie, como siempre, cagandola. 

-Esto... Estaré fuera. -dijo Alice algo cabizbaja mientras se recogía su pelo tras la oreja. Ella se marchó y cerró la puerta, dejándonos a los chicos y a mí en la habitación. 

-Tío, ¿estás gilipollas? ¿Cómo se te ocurre decir eso? -cuestioné con el ceño fruncido. 

-¿Cómo se te ocurre a ti seguir en esa mierda de trabajo? ¿Estás loco o qué, acaso quieres que te maten? -preguntó Josh enfurecido.

-Lo sé, lo sé. Lo lamento, no sé en qué estaba pensando. 

-Yo sí lo sé. En que estabais enfadados Alice y tú. -dijo mi hermano cruzándose de hombros. 

-Deja de meter el dedo en la herida, Joe. 

-Si, pero es la verdad. Aunque te duela. 

-Es cierto. Joe tiene razón. -dijo Cameron. Yo alcé los ojos hacía arriba soltando un gran suspiro. -¿No te das cuenta? Siempre que estás bien con Alice eres un Jason totalmente diferente. Y cuando no es así dan ganas de meterte de ostias, colega. 

-Verdad. -dijo Josh. -Sabes que la quieres, ¿A qué esperas para decírselo? 

-No me sale. No, uff. Es imposible. Me siento vulnerable. Alice acaba de sincerarse conmigo de que ella a hecho las cosas mal, y quiere ayudarme a salir de todo esto. 

-¡Pues hazlo, Jason! No es tan dificil. -dijo Josh. 

-Es que no encuentro el momento. No quiero fastidiarla. 

-Mira, esta noche la invitas al restaurante de mi padre. -dijo Freddie calmado. -Yo le digo que te reserve una mesa para dos. 

Todos nos quedamos perplejos y callados mirando a Freddie. 

-¿Qué? Saldrás esta noche, ¿no? 

-Sí. -contestó Joe por mí. 

-Vale. ¿Y qué le digo? -pregunté algo nervioso.