-Capítulo 31-

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NARRA ALICE

Era el último día que nos quedaba en este albergue. Los días anteriores se habían pasado volando con algunos buenos ratos y otros peores, pero hemos sabido hablarlo y superarlo. La noche anterior salimos de fiesta y bebí tanto que solo recuerdo que una de las camareras se lio con Cameron. Por suerte, ya no me molestaba tanto como hace unas semanas y no es que me caiga mal, pero se ve a leguas lo que quiere hacer conmigo y yo no voy a permitir eso. Primero, porque no soy un juego de los suyos y tengo dignidad, y segundo porque no estoy enamorada de él. 

¿Y cuándo sé que estoy enamorada? 

Pues no lo sé ni yo. Sí, es cierto que estuve mucho tiempo con un chico pero creo que realmente no lo amaba... Estar enamorada es sentir esa mariposas en el estomago cuando ves a esa persona, que se te detenga el mundo cuando ocurre algo en base a esa persona, escucharla, abrazarla, observarla. Pequeños detalles, no hace falta gran cosa. Y sí, yo también me pregunto todas las noches si Jason será el indicado, pero es que a veces hace cosas tan surrealistas que me quitan las ganas de todo. Simplemente por sus cambios de actitud, aunque le dije que iba a estar ahí para entenderle y ayudarle, pero eso quema mucho a una persona y no sé cuánto tiempo estaré. Desde el momento en el que lo conocí, no me importaba nada. Al revés, solo era Jason Waud metiéndose en otra pelea más a lo largo del curso y ahora se ha convertido en Jason. Solo Jason. El chico capaz de erizarme la piel en segundos y el que me congela el corazón cada vez que me mira con una sonrisa de lado. El día del hospital me di cuenta de que lo que estaba comenzando a sentir por él, ya no tenía vuelta atrás y el día de la piscina lo tenía más que seguro. Él se ha llevado la primera vez de muchas cosas muy importantes para mí y quiero que me demuestre que puede estar feliz a mi lado, que quiere ser feliz a mi lado. A mi no me valen las cosas de una noche, eso no va conmigo. 

-¿En qué piensas? -me preguntó Ross sentándose en frente cogiendo palomitas del bol. 

-En... Música. -dije con una voz suave. Mentira, mentira. 

-Ah, ¿sí? ¿Cuál? 

-¡Ya hemos llegado! -gritó Sam por la puerta con Jason, Joe y Josh detrás de ella. Agradecí a la vida que mi mejor amiga entrara en ese momento al comedor, no sabía que responderle a Ross cuando le había mentido. 

-Hemos encontrado una feria casi en la playa. -dijo Joe con una sonrisa de oreja a oreja, parecía un nene inocente. 

-¡Sí, vamos! -gritó Jason felizmente. ¿Qué le habrá pasado a este?

-¿Qué pasa? ¿Por qué tanto alboroto? -preguntó Cameron saliendo de la ducha con una toalla envolviendo de cadera para abajo. 

Jason me miró seriamente, pero me levanté de la mesa y fui hasta la televisión para agarrar el mando y apagar la televisión. Lo menos que quería era tener ahora problemas. 

-Hemos visto una feria, así que vamos, a arreglarse todos y nos vamos. -dijo Sam poniendo orden. 

 Y así hicimos, todos cumplimos la orden que nos puso Sam. En unos veinte minutos estábamos ya en la feria llena de música, colores y gente alrededor. Hacía una montón que no venía a la feria, creo que desde que era una niña. A mamá siempre le gustaban las atracciones y siempre que había alguna cerca de Everett, íbamos los cuatro. Miraba con delicadeza a Jason, se le veía tan ilusionado. Sin embargo, puedo descifrar en su mirada que le falta algo. O quizá alguien. Ross iba con Freddie y con Cameron. Sam y Josh iban juntos delante de todos y sin embargo, Joe se quedó a mi lado desde que bajamos del coche. 

Agradezco la presencia de Joe y lamento que Olivia no haya venido, sé que Joe está algo pillado por ella. Por acto imprevisto del destino, Joe me miró con una mirada delicada y con una gran sonrisa. Sin dudar ni un instante, me disculpé.

𝗡𝗼 𝗤𝘂𝗶𝗲𝗿𝗼 𝗤𝘂𝗲𝗿𝗲𝗿𝘁𝗲 || JASON WAUD✰Donde viven las historias. Descúbrelo ahora