Al día siguiente circulaba por todo el colegio de Hogwarts una hoja que simulaba la portada del quisquilloso en la que aparecía la foto con movimiento del chico lleno de mocos de troll y en la que se redactan los hechos de lo que le había pasado y porque le había sucedido aquello con el titular de "Los abusones apestan".
Por suerte para mí no tuve que volver a verlo porque era época de exámenes y en breves el año escolar terminaría, volviendo a casa por vacaciones de verano.
Había conseguido esquivar las preguntas de los gemelos sobre lo ocurrido con su hermano hacía relativamente poco.
Al parecer, Charlie les había mandado a la cama, según ellos con un humor de perros, y no habían podido sacarle nada.
Tampoco había ocurrido nada, pero semanas después y tras varios intentos de quedar con Cedric, habíamos decidido mantener nuestras citas en secreto, ya que cada vez que nos juntábamos Charlie parecía tener un motivo para que cada uno tirara para un lado.
Resumen, Charlie me estaba cabreando.
Metí mi baúl y mi lechuza en el compartimento que compartiría con los gemelos, a mitad del tren, desde donde podríamos ir a cualquier lado sin tardar mucho.
— ¿Nos vas a contar lo que está pasando con Charlie? Llevas semanas esquivándolo y a él no hay quien le hable — dijo Fred con cansancio.
— No pasa nada, simplemente vuestro hermano es un aguafiestas, cada vez que quedo con Cedric aparece y siempre tiene una excusa para que nuestra quedada termine — dije cabreada — ¡Es un pesado, primero dice que soy una cría, luego que no tengo edad para tener novios y luego parece que su misión como prefecto es seguirme! — Grité furiosa.
Los gemelos empezaron a reírse, cosa que hizo que me pusiera roja a causa del cabreo que llevaba encima.
—¡No tiene gracia! ¡Es frustrante! — Exclamé cruzándome de brazos — ¡No puedo conocer a Cedric si el pesado de vuestro hermano no deja de hacer de niñera!
Los gemelos volvieron a reírse, esta vez con más fuerza.
— Reírse, reírse... cuando tengáis alguna cita os haré lo mismo para que sepáis lo que es... — dije mirándolos con una ira calmada.
— No es culpa nuestra que le gustes a Charlie — dijo George encogiéndose de hombros.
— No digas gilipolleces, él mismo dijo que no podía gustarle una cría y que era pequeña para tener novio — dije enfadada — simplemente la ha tomado con molestarnos, a saber, que se le pasa por la cabeza.
— Piensa lo que quieras, en el fondo también te gusta nuestro hermano y por eso te enfadas tanto — dijo Fred con malicia haciendo que me pusiera colorada y me enfadara más.
— ¡No es verdad! ¡Mientes! — Grité señalándole acusatoriamente.
— Di lo que quieras, hemos visto cómo lo miras desde que lo viste en este mismo compartimento al principio de curso, se te caía la baba amiga — dijo Fred con burla.
Lo miré con los ojos entrecerrados y apreté los labios.
— Paso de escuchar tonterías, cuando dejéis de decir cosas sin sentido volveré — dije saliendo del compartimento, chocando con Cedric, que parecía a punto de entrar al compartimento del que acababa de salir yo.
— ¡Hola! ¿Qué haces aquí? — le pregunté, sonriéndole.
— ¡Oh! Pretendía secuestrarte un rato — dijo Cedric con una sonrisa de lado que hizo que mi corazón golpeara con fuerza contra mi pecho.
— Para secuestrar a alguien esa persona tiene que estar en contra de irse contigo, y siento decirte que no es el caso — le respondí sonriéndole.
— Vaya, acabas de chafar mi plan de secuestro — dijo ofreciéndome su brazo que cogí sin dudarlo.
— ¿A dónde vais? — Preguntó Charlie, que venía por el pasillo desde el principio del tren donde se encontraban los compartimentos de los prefectos.
— Al compartimento — Dije sin más.
— ¿No estabas con los gemelos? ¿Por qué no te quedas con ellos? — preguntó entrecerrando los ojos.
— ¡No seas aguafiestas y deja a los jóvenes vivir la vida que son dos días! — Exclamé — Vamos a tu compartimento Cedric — dije tirando del susodicho mientras le sonreía, ignorando al pelirrojo que se había quedado clavado de la sorpresa en el mismo sitio donde se había parado a preguntarnos hacia dónde nos dirigíamos.
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Legado de dos rebeldes: Eris [Con Charlie Weasley]
FanfictionEris era aun pequeña cuando su padre fue encarcelado en Azkaban, y aunque su madre nunca había dejado de intentar demostrar su inocencia no tenía más pruebas que su palabra contra la de todos los demás. Lo único que a Eris le había quedado de su pad...