Capítulo 41 - No era justo...

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Nos sentamos en el gran comedor para la bienvenida anual, donde empezaron con el coro, siguió la canción del sombrero y la selección y luego la charla que daba Dumbledore de inicio de curso antes del banquete de bienvenida.

— Bienvenidos un año más a Hogwarts. Me gustaría dedicarles unas palabras antes de disfrutar los manjares de nuestro excelente festín — empezó a decir Dumbledore — Primero, me complazco en dar la bienvenida al profesor R.J. Lupin que amablemente ha accedido a hacerse cargo de la asignatura Defensa contra las Artes Oscuras. Buena suerte, profesor.

— Por eso te dio chocolate — dijo Hermione mientras todos aplaudíamos.

— ¡Potter! — Llamó Draco, haciendo que los cuatro nos volviéramos — ¿Es cierto que te desmayaste? ¿Te desmayaste?

— ¡Cállate, Malfoy! — le dijo Ron.

— Puede que Harry se desmayara — solté con indiferencia — pero al menos no se engancho a mi pierna llorando y apunto de hacerse pis encima como alguien que yo se me ¿Verdad, Malfoy?

Draco no hizo nada, solo se giró y siguió a lo suyo.

— Bien jugada Black — susurró Fred, riéndose por lo bajo.

— Nuestro profesor de cuidado de criaturas mágicas ha decidido jubilarse — comentó Dumbledore.

— Se habrá cansado de perder extremidades — comentó George.

— Tienes que tener cuidado, Eris, o tendrás un marido sin extremidades por jugar con dragones — comentó Fred con sorna.

— Si, si, muy bien Fred, tu sigue soñando — le respondí, quitándole importancia.

— ¿Has visto? Ya no se enfada de esa manera, por lo visto empieza a aceptar su futuro — le susurró Fred a George, ganándose una colleja de mi parte — ¡Pero bueno, mujer! ¿No ves que eso es malo para mi pelo?

— Piri biini, mijir ¿ni vis qii isi is mili piri mi pili? — repetí con burla.

— Afortunadamente, me es grato anunciaros que su asignatura será impartida nada menos que por nuestro Rubeus Hagrid — siguió diciendo Dumbledore a lo que todo el comedor estallo en aplausos, salvo la mesa de Slytherin que eran unos aguafiestas.


Sentí como muchos nos miraban a mí y a mi hermana. Muchos sospecharían que nosotras sabíamos algo y los dementores solo harían más complicado que yo viera a mi padre.

En ese momento supe que iba a ser un año de mierda y que íbamos a rememorar todas esas veces en las que la gente nos insultaba, nos menospreciaba y nos miraba mal.

Miré de reojo a los que eran mis mejores amigos.

Fred y George seguían mirando a Dumbledore, eran de los pocos que no me miraban de reojo, pero ¿Se quedarían conmigo o también sospecharían de mí? Y lo más importante ¿Cómo les iba a afectar a ellos esto?

Si fuera egoísta seguiría con mi vida haciendo bromas con ellos, como si no hubiera pasado nada, pero no podía arriesgarme a que esto le salpicara a nadie más.

Dejé de escuchar todo lo que había a mi alrededor y me dediqué a mirar mi plato con intensidad lo que quedo de velada, hasta que todo terminó y salí a paso rapido del Gran Comedor con los gemelos llamándome en la distancia.

Nada de esto era justo, no era justo que pagarán el pato los que no habían hecho nada.

Pero conocía a la gente y lo que era capaz de hacer por miedo. El miedo era el culpable de todo lo que nos había pasado.

Cuando llegué a mi dormitorio me tiré sobre la cama y cerré las cortinas con un encantamiento para que nadie pudiera abrirlas y para que no me escucharan desde fuera.

Saqué de mi bandolera el bloque de vidrio con la flor y me quedé mirándola detenidamente.

¿Qué pensaría Charlie de esto?

Tras pensarlo un momento, saqué papel y pluma, y empecé a escribir.


"Querido Charlie,

Han pasado algunas cosas aquí. La primera es, que mi padre ha escapado de Azkaban. La segunda es que estoy preocupada por mi madre y mi hermana, por lo que puedan sufrir por esto a manos de la comunidad mágica.

Me preocupa que mi madre se haya quedado sola en casa, simplemente porque no tiene a nadie que la apoye cuando los del ministerio le hagan visitas cada dos por tres para revisar y tirar abajo mi casa, porque se que lo harán.

También Selene, que la última vez que esto nos salpico solo era un bebé recién nacido y no fue consciente de todo lo que sufrimos tras el arresto de mi padre.

Y ahora en Hogwarts volverá a ocurrir.

A lo mejor soy algo egoísta, o puede que no ¿Quién sabe? Pero creo que este año, o al menos hasta que la cosa se solucione, me mantendré alejada de Fred y George.

Lo último que necesitan es tenerme a mi cerca y que también les salpique a ellos.

No se que hacer además de agradecerte el haberte tomado la molestia de acordarte de mi en vuestro viaje a Egipto.

No me he separado de tus obsequios, creo que es lo más bonito que he visto en mi vida, o puede que esté empatado con la escama de dragón del collar que nunca me he quitado.

Espero que todo vaya bien por allí.

Atentamente, Eris."


Kan voló con la carta al momento, aprovechando que no había nadie en mi dormitorio aún.

Una vez hecho eso simplemente me quedé mirando la flor hasta que me dormí.


Legado de dos rebeldes: Eris [Con Charlie Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora