Deje mi quinto año atrás y empecé el verano que tanto había deseado que llegara.
Ya les había dicho a los gemelos, y a Charlie por cartas, que me iria a España todo el verano, pero que volvería para ir a las finales de quidditch.
Mi madre, Selene y yo preparamos las maletas para irnos a España, donde papá ya estaba esperándonos en la casa que habíamos alquilado a orillas del mar en el pueblo muggle que había al lado de la comunidad mágica, para que papá pudiera moverse con libertad con nosotras.
Ellos se quedarían una semana, de manera que me presentarían a los amigos de mamá con los que me quedaría el resto del verano.
Viajamos a través de un traslador y nos aparecimos en la ciudad muggle, donde mamá alquilo un coche muggle para movernos por la ciudad.
Hacía mucho calor y el paisaje era totalmente distinto al de nuestro hogar.
Mientras que en casa todo era de muchas tonalidades de verdes, aquí predominaba el marrón y el verde oscuro de las hojas de los árboles. De vez en cuando encontrabas jóvenes plantas de tonos más claros o pequeñas flores de vivos colores que iban desde los chillones amarillos a los intensos rojos.
Papá nos saludó desde la ventana de la casa que habíamos alquilado, en lo alto de una muralla de piedra bastante antigua y desde la que se podía ver todo el centro de la ciudad y el puerto, desde donde se veían los barcos navegar y el mar perdiéndose en el horizonte, donde el azul del mar se fusionaba con el brillante azul del cielo que estaba totalmente despejado y en el que pocos jirones de nube podías ver.
Se respiraba el olor salado del mar en la fresca frisa que parecía darte la bienvenida y cerré los ojos y aspiré el aire salado al salir del coche.
Definitivamente sería un buen verano.
Corrí a la casa, con la mochila colgada a la espalda y le di un abrazo a mi padre al entrar, que me levanto en peso y se rió con esa risa que recordaba de cuando era más pequeña y que parecía rebotar en todas las paredes y llenar la casa.
— Yo tambien me alegro de verte, cielo — me dijo papá, apretándome la nariz con cariño — ¿Preparada para nuestras primeras vacaciones en familia?
— Yo nací preparada, aunque ojalá hubiéramos podido secuestrar a Harry, seguro que se alegraba de quitarse de encima a sus tios muggles — dije mientras mi lechuza entraba por la ventana y se me posaba en el brazo, dándome un picotazo suave con cariño.
— Ojalá, pero no podemos sacarlo de esa casa hasta que cumpla la mayoría de edad — dijo mamá con pena tras darle un beso a papá, que la abrazo con fuerza — Dumbledore puso un hechizo de protección en esa casa por si Voldemort volvía que no pudiera encontrarle, si sale de allí podría ser peligroso, sobre todo si ya se ha vuelto como creemos que ha hecho.
— Lo sé, pero no es justo — respondí, cruzándome de brazos.
— Que calor hace ¿no? — dijo Selene, entrando con tranquilidad, mirándolo todo con curiosidad para luego acercarse a donde estaba papá, que se separó de mamá para darle un abrazo y un beso en la cabeza a Selene.
— Os acostumbraréis — dijo mamá riéndose — ¿Os apetece dar un pase y tomar un helado?
— ¡Sí! — gritamos Selene y yo a coro.
Nos miramos y nos reímos tras darnos cuenta que habíamos reaccionado igual.
Tiré mi mochila en el sofa, aunque reboto y termino en el suelo, pero me dio igual porque ¡Estábamos los cuatro juntos!
Nos recorrimos la ciudad, mamá y papá iban por detrás de nosotras, cogidos de la mano mientras Selene señalaba cosas, asombrada y yo miraba como todos se reunían a la sombra de los edificios y sombrillas o se sentaban en bares y heladerías y hablaban todos con todos, riendo y conversando animadamente mientras tomaban algo.
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Legado de dos rebeldes: Eris [Con Charlie Weasley]
Fiksi PenggemarEris era aun pequeña cuando su padre fue encarcelado en Azkaban, y aunque su madre nunca había dejado de intentar demostrar su inocencia no tenía más pruebas que su palabra contra la de todos los demás. Lo único que a Eris le había quedado de su pad...