Capítulo 62 - La primera prueba.

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El día de la primera prueba llegó con rapidez y yo me fui a las gradas de las primeras mientras los gemelos se paseaban entre los alumnos gritando que hicieran sus apuestas.

Estos no perdían ni una oportunidad para hacer negocio, pensé divertida.

Encontré a Ron, Harry y Selene y me acerqué a ellos.

— ¿Nerviosos? — les pregunté.

Esa mañana, frente al espejo del baño de Charlie me había pintado en rojo el apellido de Harry en la frente y me había puesto los colores de Gryffindor en las mejillas en franjas horizontales que Charlie había emborronado antes de que me marchara.

— Llevas la pintura corrida en esa mejilla — dijo Hermione, señalando las franjas de la mejilla derecha que parecían más un borrón naranja que líneas rojas y amarillas.

— Si, he tenido un percance viniendo para acá....

— ¡Mirad! — dijo Ron.

— Es el Hocicorto sueco — dije mirando al dragón que estaban encadenando al lado de un huevo dorado, ganándome una mirada rara de los tres.

— Te juntas demasiado con Charlie, empiezas a hablar como él — dijo Ron con cara de asco.

— Es mi novio, no sé qué te esperabas — le dije riendo, revolviéndole el pelo — Todo se termina pegando.

— Supongo... — dijo Ron indignado, intentando ponerse bien el pelo.

El cañón sonó y el primero en salir fue Cedric, que consiguió el huevo con rapidez, el siguiente fue Viktor Krum y la siguiente Fleur.

Me estaba poniendo nerviosa por momentos, los tres participantes ya habían conseguido sus huevos, unos más rápidos que otros, y el dragón que quedaba era el más agresivo de los cuatro, y como no, le había tocado a Harry.

— ¡Deja de moverte! ¡Si sigues moviendo así las piernas vas a tirar las gradas enteras! — espetó nerviosa Selene.

— ¡No puedo evitarlo! ¡Me estoy poniendo nerviosa por momentos! — expliqué.

— Tres de nuestros campeones se han enfrentado ya a sus dragones — dijo Dumbledore — Continuarán con la siguiente prueba. Ahora, nuestro cuarto y último contendiente.

Dicho eso Harry salió por el mismo hueco de entre las rocas por el que habían salido los demás.

El colacuerno ya estaba en posición, encadenado sobre el huevo dorado que Harry debía coger lo más rápido posible.

Harry salió y nos miró en las gradas, todos aplaudiendo, para luego pasear la mirada por el campo de juego y fijarla en el huevo dorado.

Nada más salir directo hacia el huevo el colacuerno lanzo su cola hacia Harry, que rodo por el suelo evitando los machazos que intentaba asentarle el dragón con violencia.

Harry se levantó y echó a correr con rapidez mientras el dragón escupía una potente llamarada en su dirección.

El dragón voló hacia el la corta distancia y empezó a darle con la cola, que Harry esquivo por suerte del destino, pero termino lanzado por los aires.

Todo el publico exclamó y grito horrorizado y yo deje de respirar por un momento.

— ¡Tú varita, Harry! ¡Tu varita! — le gritó Hermione a todo pulmón.

— ¡Accio Saeta de Fuego! — exclamó Harry, que tuvo que cambiar de sitio mientras su escoba venía, ya que el colacuerno se movía, intentando pillarlo.

La escoba de Harry venía veloz, surcando el cielo y, tras una llamarada del dragón que Harry esquivo escondido tras una roca, se subió a ella con agilidad sin pararse la escoba para que este subiera en ella.

Echó a volar con agilidad y todos aplaudimos, hasta Ron, que parecía feliz de que su amigo, con el que seguía sin hablar, no hubiera muerto calcinado.

Harry voló alrededor del dragón, intentando coger el huevo, pero el colacuerno era rápido y cuando quiso ir detrás de Harry se encontró con la cadena, por lo que se liberó de un potente golpe de alas y echó a volar detrás de Harry, perdiéndose los dos en la lejanía.

Y todo quedo en silencio, expectantes por ver que sucedía.

— ¡Sí! ¡Así se hace, dragón! — gritó Fred, aplaudiendo.

— ¡¿Pero tu de que lado estas, zanahoria con patas?! — le espetó Selene con rabia.

— De la del dragón si vuelve a tirar a Snape al suelo de la grada — dijo Fred, aplaudiendo.

— Será imbécil — murmuró Selene, mirando al frente.

Un chico búlgaro, ese que días atrás le había sonreído y mirado como si no hubiera nadie más en la sala se le acerco y empezaron a hablar animadamente, ignorando al resto y sin darse cuenta de las miradas que parecía echarles de reojo Fred, que aplaudía disimulando felicidad.

— ¿Qué pasa Freddie? ¿Te están quitando el caramelo? — le pregunté riéndome.

— ¡Cállate! — dijo Fred, colorado, mientras George y yo nos partíamos el culo de risa.

— Cuñados al cuadrado, recuérdalo — le dije, guiñándole un ojo.

— Ciñidis il ciidridi, riciirdili — repitió Fred con voz de pito.

Fue entonces cuando vi aparecer a Harry, sobre su escoba que tenía las ramitas quemadas y echaba humo, por encima de las gradas, tirarse contra el huevo dorado y cogerlo.

Sonreí con alivio mientras lo veía levantar el huevo, contento y cansado.

Al fin había terminado esta maldita prueba.

Legado de dos rebeldes: Eris [Con Charlie Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora