Me encontraba en la torre de astronomía cuando vi como Ron era arrastrado por un perro hacia el agujero de los pies del sauce boxeador y como Harry, Selene y Hermione lo seguían tras luchar contra las ramas del árbol y de volar subidos a sus ramas.
Salí corriendo hacia abajo y cuando llegaba ví como Snape entraba en el agujero, siguiendo a todo el que entrara alli.
Entré tras un sprint, tirándome al suelo los últimos metros, que recorrí con la barriga para luego deslizarme por un pequeño tobogán hecho de piedra y caer estrepitosamente en el suelo.
Me levante de golpe y camine en silencio a través del túnel que sabía que llegaba hasta la casa de los gritos.
— ¡Sal, muéstrate, Peter! ¡Vamos, sal si te atreves! — Oí que gritaba mi padre a lo lejos.
— ¡Expelliarmus! — dijo Snape mientras yo subía las escaleras.
Subí lentamente los escalones que me faltaban y me pegué a la pared, mirando lo que estaba sucediendo en silencio, con la varita en alto, preparada para cualquier cosa.
— Dulce es la venganza — dijo Snape, apuntando a mi padre — Como deseaba ser yo quien te capturara.
— Severus — dijo Lupin, acercándose a él, pero entonces le apuntó con la varita.
— Le dije a Dumbledore que estaba dejando entrar a un amigo al palacio — dijo Snape — Y ahora, he aquí la prueba.
— Brillante, Snape — dijo mi padre — Una vez más tu incisiva mente se pone a maquinar y una vez más, se equivoca en su conclusión. Si nos disculpas, Remus y yo tenemos asuntos pendientes que atender.
Snape le cortó el diálogo, clavándole la varita en el cuello a mi padre.
— Dame una razón, te lo suplico — dijo Snape.
— Severus, no seas insensato — dijo Lupin.
— No puede evitarlo, ya es un hábito — dijo mi padre, sonriendo.
— Cállate — le dijo Lupin.
— Cállate tú — le espetó mi padre.
— Miraos, discutiendo como un matrimonio trasnochado — les dijo Snape.
— ¿Por qué no te vas a jugar con tus cacharritos de química? — le dijo mi padre.
— Podría hacerlo y lo sabes — dijo Snape, furioso — ¿Y evitarte a los dementores? Están deseando verte. ¿Detecto cierto rictus de terror? Oh, sí. El beso del dementor. Es algo inimaginable. Se cuenta que presenciarlo es insufrible. Pero haré lo que pueda.
— Severus, por favor — le suplicó Lupin.
— Usted primero — le dijo Snape a mi padre, indicándole la puerta de salida.
Si no actuaba ya me vería, o peor, se llevaría a mi padre a que los dementores le dieran el beso. Perdería a mi padre, que sería castigado por algo que hizo otro.
Di un paso hacia delante con fuerza, para que se giraran hacia mí.
— ¡Expelliarmus! — grité con fuerza.
Y Snape salió volando, estampándose con la pared mientras todos me miraban con sorpresa.
— Puede que me haya pasado un poco con la fuerza ¿no? — dije mientras miraba a Snape, que se hallaba inconsciente en el suelo.
Miré a mi padre y le sonreí, lanzándome sobre él y dándole un abrazo que el me respondió con nerviosismo.
— ¡Está ahí! ¡Lo he encontrado! — me dijo mi padre, sonriéndome.
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Legado de dos rebeldes: Eris [Con Charlie Weasley]
FanfictionEris era aun pequeña cuando su padre fue encarcelado en Azkaban, y aunque su madre nunca había dejado de intentar demostrar su inocencia no tenía más pruebas que su palabra contra la de todos los demás. Lo único que a Eris le había quedado de su pad...