Capítulo 13 - Tenemos que dejar de encontrarnos así.

1.3K 135 3
                                    

— ¡Selene, vístete bien y no hagas el tonto! — Grité enfadada mientras ponía bien la mesa.

Esa noche iban a venir los Diggory al completo a cenar a casa y Selene, lejos de comportarse como una niña de 10 años, aún ni se había vestido y llevaba por pelo un nido de pájaros.

— ¡No me grites! ¡Estás insoportable! — Gritó Selene de vuelta sacándome la lengua de manera infantil, haciendo que la mirara fijamente, enfadada.

— Selene cariño, entiende que tu hermana está nerviosa y que quiere que todo salga bien — dijo mamá con cariño, acariciando la cabeza de mi hermana — Va a conocer a la familia de su novio y va a presentarnos a su novio a nosotras, es algo importante para ella.

Selene la miró fijamente, con seriedad, y luego me miró con detenimiento por unos segundos que se me hicieron larguísimos.

Sin decir nada se dio media vuelta y salió corriendo escaleras arriba.

Mamá no dijo nada más, se marchó a la cocina, donde empezó a tararear con tranquilidad mientras terminaba la cena de esa noche.

Cuando terminé de arreglar la mesa la miré detenidamente.

Todo estaba colocado milimétricamente, un mantel rojo con detalles dorados sobre la mesa de madera de roble alargada donde podían sentarse doce comensales, los platos amarillos que a mamá tanto le gustaban y unas copas de cristal que solo sacaba en reuniones importantes.

"Todo estaba perfecto", pensé.

Me di la vuelta y me miré en el espejo de cuerpo entero que había en el recibidor de la casa.

Me había estado dejando crecer el cabello, que caía en desenfadadas y brillantes ondas casi negras. Llevaba una falda plisada gris, una camisa blanca y un jersey rojo.

La verdad es que, visto así, parecía que llevaba un uniforme...

Subí, cambiándome la falda gris por una falda vaquera y la camisa y el jersey por una camiseta blanca con un estampado de una serie muggle que me gustaba bastante y que estaba de moda entre los muggles.

Me miré y sonreí a mi reflejo.

Mis ojos grises me devolvieron la mirada y en mi mente volvió a aparecer la pregunta que había estado rondando mi cabeza desde hacía días.

¿A papá le habría gustado Cedric?

Apreté los labios, que brillaban por el brillo de labios que me había aplicado.

Mamá apareció en el reflejo del espejo, detrás de mí, y colocó sus manos sobre mis hombros, sonriéndome a través del espejo.

— Todo saldrá bien, seguro que es un chico maravilloso — dijo mamá intentando tranquilizarme.

— Lo es, es solo que... — Empecé a decir, pero me quedé callada.

Mamá me dio la vuelta, mirándome con sus ojos color chocolate.

— ¿Qué es lo que ronda por esa cabecita? — preguntó con cariño, sonriéndome con desenfado.

— Llevo tiempo preguntándome si a papá le habría gustado Cedric — respondí después de un rato, bajando la mirada a nuestros pies.

Mamá empezó a reírse, haciendo que levantara la vista, mirándole el rostro.

— Oh cariño — dijo limpiándose una lagrimilla que había derramado de tanto reírse — A tu padre no le habría gustado ningún chico con el que salieras, prácticamente juró que ningún chico sería lo suficientemente bueno para vosotras.

Legado de dos rebeldes: Eris [Con Charlie Weasley]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora