— No puedo creer que sea mi último día aquí hasta dentro de unos meses — dije en un suspiró, tumbándome bajo la sombra del árbol.
— Deberíamos aprovechar el día ¿Nos bañamos? — dijo Charlie, sonriéndome mientras se sacaba la camiseta y la dejaba a un lado para levantarse y tenderme la mano.
Le sonreí y cogí su mano, levantándome.
— Tu estas planeando algo — le dije mientras me ayudaba a quitarme el vestido y luego se quitaba los pantalones.
— Nada fuera de lo normal — dijo él, sonriendo.
— Seguro que sí — le dije, caminando hacia el agua en ropa interior.
— Había pensado en quitarnos toda la ropa — dijo Charlie, pasando sus brazos por mi cintura y acariciándome con sus manos, besando mi hombro mientras se pegaba a mí.
— Oh, así que ese es el plan — dije, girándome entre sus brazos para encararlo, quitándome el sujetador mientras el me miraba con atención.
— No se de que plan me hablas — me susurró, din dejar de mirarme, bajando sus manos hasta mis caderas y apretándome contra él.
— De este — dije mientras le acariciaba el miembro tras meter mi mano en su ropa interior, haciendo que soltara un jadeo de sorpresa.
— No era ese el plan, pero creo que me gusta más — dijo él, bajándose los calzoncillos y bajándome los pantis para coger mi mano y guiarme al agua.
El agua estaba helada pero pronto entré en calor con su contacto.
Charlie me alzó, cogiéndome por las nalgas, penetrándome mientras yo entrelazaba mis piernas alrededor de su cintura, acercándonos más.
Seguimos moviéndonos en el agua con lentitud, apoyando nuestras frentes en el hombro del otro, jadeando.
Charlie clavo sus dedos en mis caderas, presionándolas con fuerza contra las suyas, en movimientos rápidos y fuertes.
Sentía que no aguantaba, que en cualquier momento explotaría mientras el suspiraba contra mi pecho, mientras me alzaba y me depositaba en el césped y me embestía con fuerza, con los pies aun tocando el agua de la orilla del lago.
Y entonces sentí la tensión del orgasmo y al venirse en mí, sintiendo su calidez llenarme mientras se quedaba dentro de mí, con su cabeza entre mis pechos, respirando agitadamente.
Acaricié su cabello, intentando recuperarme, controlando mi respiración mientras cerraba los ojos.
Nos quedamos un rato así, en esa misma posición y entonces giré y me senté sobre él, besándole y pasando mis manos por su pecho mientras el seguía dentro de mí.
— Eris, me estas volviendo loco — dijo Charlie sin aire mientras me movía sobre él con lentitud, alzando mis caderas y bajándolas con lentitud.
Seguía tan sensible de haberlo hecho hacia un momento que alcancé rapido el orgasmo.
Charlie me giró, embistiéndome con fuerza varias veces, hasta que él también llegó.
— Tu si que me estas volviendo loca — susurré con la voz entrecortada por la respiración que intentaba recuperar.
— Entonces los dos estamos locos — susurró Charlie, besándome con dulzura, envolviendo con sus brazos y cubriéndonos con una manta que habíamos dejado a un lado al llegar.
La vuelta Hogwarts se me hizo dura, quería volver con Charlie, quería empezar a trabajar en el hospital, pero aún me faltaba medio año en Hogwarts y terminar los exámenes de séptimo, que eran los más importantes.
Poco después de volver nos enteramos por los periódicos de que varios presos habían huido de Azkaban tras una explosión de la que culpaban a mi padre, por su puesto.
Entre los fugados estaba Bellatrix Lestrange, prima de mi padre y cuñada de mi madre. Vamos, mi tía por todos lados. Desafortunadamente.
Era como papá había dicho que pasaría, como pasó la última vez, todo se estaba repitiendo delante de nuestras narices y los que estaban en el poder no iban a hacer nada porque para ellos era mejor culpar a una persona inocente mientras seguían viviendo su vida, disfrutando del poder y la sensación de tranquilidad que seguramente no los acompañaba.
— Buscad un recuerdo poderoso, el más feliz que podáis encontrar — dijo Harry mientras todos practicábamos el patronus en la sala de los menesteres — Dejad que os llene. Un patronus de cuerpo entero es difícil de generar, pero las formas protectoras pueden ser igualmente útiles contra variedad de oponentes. Recordad, solo puede protegeros mientras estéis concentrados.
Estábamos practicando en la sala de los menesteres como invocar un patronus, algo que yo dominaba desde hacia varios años ya que en verano me aburria lo suficiente como para mirar libros de hechizos y encantamientos.
Los gemelos consiguieron invocar su patronus, ambos tenían el mismo, unas urracas.
Me reí de ellos e invoqué a mi patronus, que sobrevoló, poderoso, sobre nosotros, descendiendo de vez en cuando y asustando a más de uno.
Fred y George no tardaron en hacer lo mismo, hasta que un águila hizo desaparecer el patronus de Fred, que miro mal a Selene que lo miraba con orgullo cuando el techo tembló.
La sala de los menesteres tembló repetidas veces, haciendo añicos los espejos de la zona de la puerta, que cayeron rotos al suelo.
Donde había estado el espejo había un agujero al que se acercaron Harry y un chico de segundo, pero Harry lo cogió y lo puso detrás de él cuando la pared exploto.
De detrás del humo apareció Umbridge, con su asquerosa sonrisa, la brigada lameculosderana, Filch y Cho, a la que uno de los amigos de Draco tenía cogía por la túnica.
— ¡Cogedlos! — exclamó Umbridge con una sonrisa maligna.
Se llevaron a Harry, que más tarde, antes del castigo que nos impuso a todos en el Gran Comedor, nos contó que habían expulsado a Dumbledore y que habían querido apresarlo para llevarlo a Azkaban hasta el juicio de no sé qué, por unas patrañas inventadas por el ministro, pero este se había dado a la fuga con Fawkes, su fénix.
Todos los del ejército de Dumbledore nos tiramos la tarde copiando con sus plumas diabólicas, marcándose la frase que ella había elegido en nuestras manos.
Nos había reunido en el Gran comedor, y ella nos miraba desde el asiento de Dumbledore con superioridad.
Cada vez que miraba a esa mujer me daban ganas de vomitar del asco que me daba su cara de sapo y su atuendo de cupcake, tan rosa que era repulsiva.
Cuando salimos Cho nos miró, triste, pero ella había caído a los interrogatorios que nosotros habíamos aguantado. Hasta Harry la ignoró al pasar e irse con Ron, Selene y Hermione.
Cuanto deseaba salir de Hogwarts ahora que no estaba Dumbledore...
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Legado de dos rebeldes: Eris [Con Charlie Weasley]
FanficEris era aun pequeña cuando su padre fue encarcelado en Azkaban, y aunque su madre nunca había dejado de intentar demostrar su inocencia no tenía más pruebas que su palabra contra la de todos los demás. Lo único que a Eris le había quedado de su pad...